Los proyectos de Avalúo e Impositiva parecen quedar varados en los recovecos legislativos. Ayer, el oficialismo esperaba un listado de modificaciones de parte del radicalismo, con el objeto de analizarlo en el Ministerio de Hacienda.
La esperanza del Gobierno era poder dar respuesta y cerrar los textos de ambas leyes hoy y pedir una sesión especial para mañana. Pero esa esperanza parecía esfumarse ante el tenor de los pedidos opositores.
La situación no da mucho espacio a las ilusiones. La poca predisposición radical pone al Frente para la Victoria en la necesidad de contar sí o sí con el apoyo del PD y del Frente Renovador. Pero ese apoyo hoy parece lejano. Hay varias diferencias que justifican las posturas, pero hay una que es el corazón de todos los reproches: la rebaja de la alícuota de Ingresos Brutos a la actividad petrolera.
El FpV tiene 20 votos, el radicalismo 21. Desde el Frente Renovador Daniel Cassia indica que el lunes o martes habrá una posición del massismo mendocino en conjunto, por lo que hasta la semana que viene no contarán con los dos votos en Diputados (si es que los pueden contar); y desde el PD, Rómulo Leonardi dice que dudan que haya definiciones para esta semana, por lo que los dos votos demócratas tampoco están asegurados.
En caso de que el FpV contase con esos cuatro votos, llegaría a 24 votos; mientras que a los 21 votos radicales habría que sumarle el seguro rechazo de los tres votos del Frente de Izquierda. De esta manera se produciría una igualdad que obligaría al presidente de la Cámara Baja Jorge Tanús a desempatar.
Sin embargo, esas cuentas hoy son pura especulación. La realidad dice que se ha desvanecido la esperanza inicial del oficialismo de votar Avalúo e Impositiva en la sesión de hoy de Diputados. Y que el intento de forzar una sesión especial fue apenas un amague sin sustento.
La semana corta se estirará en dimes y diretes entre uno y otro bando. Por el lado del proyecto de Avalúo hay dos observaciones compartidas por UCR y FIT: el precio fiscal de las propiedades más caras y el de la Destilería de Luján.
En este proyecto, se fija el valor que el fisco le pone a los bienes muebles e inmuebles. Sobre ese precio fiscal es sobre el que la otra ley, la Impositiva, aplica las alícuotas para calcular el monto de los impuestos automotor e inmobiliario.
Concretamente, el problema es el valor que el ATM le puso a las propiedades de lujo y a la Destilería; se entiende que si el precio fiscal es bajo, también lo será el impuesto inmobiliario que se le cobre.
Héctor Fresina, del FIT, entiende que el avalúo “es una exención impositiva al gran capital”. Menos combativo, el radical Martín Kerchner plantea que todas las propiedades de mayor valor presenten declaraciones juradas con un valor autodeclarado de avalúo, particularmente los destinados a la actividad bancaria, supermercados, paseos de compras y petroleros.
Y, para seguir con las coincidencias entre UCR y FIT, ambas fuerzas sostienen que el valor de mercado de la Destilería supera largamente los 650 millones de pesos que le ha puesto ATM.
Por el lado del proyecto de Impositiva, el gran escollo para llegar a un acuerdo es la reducción de la alícuota de Ingresos Brutos a la actividad petrolera. Es que desde la oposición se entiende que esa reducción al 3% es la ratificación legislativa al acuerdo hidrocarburífero que firmaran todas las provincias petroleras con el Gobierno nacional, sobre el que se sancionó la conocida como Ley Galuccio.
Cabe recordar que el artículo 99 de la Constitución provincial indica que corresponde al Poder Legislativo aprobar o rechazar los tratados que firme el Ejecutivo, como así también establecer impuestos y contribuciones. Por ese motivo, aprobar la reducción de ingresos brutos a las petroleras les resulta casi una ratificación de ese acuerdo que tan largamente fue fustigado por la oposición. Hasta el propio Cassia se muestra reacio a votar ese ítem.