Autos inteligentes, ¿la solución a la imprudencia humana?

¿Hasta qué punto van de la mano los avances tecnológicos aplicados a la conducción, con la toma de conciencia vial?.

Autos inteligentes, ¿la solución a la imprudencia humana?
Autos inteligentes, ¿la solución a la imprudencia humana?

Hoy los fabricantes de autos están enfocados en aspectos relacionados con la seguridad vehicular y la prevención de accidentes, pero además han incorporado innovaciones con el objetivo de alcanzar un tránsito sin accidentes y disminuir el número de víctimas fatales que se suceden cada año en las rutas locales y nacionales. Entre ellas: cinturones de seguridad con airbags incorporados que permiten un mayor agarre y reducen posibles lesiones en caso de impacto; sistemas de monitoreo inteligente que detectan obstáculos en el camino para evitar posibles colisiones y servicios interactivos de seguridad y asistencia vehicular que garantizan una serie de operaciones que se gestionan desde cualquier Smartphone.

A esto se suma un sistema inteligente que logra simplificar las maniobras a la hora de estacionar. En la conferencia de tecnología CES 2015, llevada a cabo en las Vegas, se presentaron autos que pueden buscar un espacio y estacionar solos dentro de una playa de estacionamiento sin interacción de un humano. BMW, Audi y Honda, entre otras, están trabajando para lograr este objetivo y se espera que en los próximos 5 años puedan concretarlos. Tal como señaló el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, “en el futuro el vehículo permitirá acceder a uno de los lujos más importantes del siglo XXI: el espacio privado y el tiempo”.

Esto indica el inicio de la conducción autónoma y cuando se menciona este tema no se puede dejar de hablar de Google y su reciente anuncio. El gigante americano viene trabajando hace tiempo en Mountain View en su prototipo de auto sin volante, aunque recientemente anunció que comenzará a competir en el segmento de transporte personal de pasajeros donde se encuentran empresas como Uber o Lyft, que recibieron billones de dólares en financiación de capital de riesgo, con el fin de utilizar sus autos sin piloto para trabajar de choferes personales o taxis.

El factor humano

Ahora bien, por más sensores, radares, cámaras y cuanta modernización equipe un auto, el factor humano sigue presente al frente del volante, tomando las decisiones pertinentes. Hasta que el sueño de la “conducción autónoma” no sea un hecho, quien encienda el motor y ponga en marcha el vehículo tendrá un papel clave para lograr una conducción segura y evitar accidentes. Entonces… ¿qué ocurre si, a pesar de que un automóvil cuente con modernos cinturones de seguridad, los que viajan en el asiento trasero creen que “allí no es necesario usarlo”?, ¿cumplirá su función un cinturón inercial, si la madre lleva a su bebé en brazos en el asiento delantero?, ¿de qué sirve que una aplicación le avise al conductor cuál es la mejor zona para circular, si éste no deja de mandar mensajes de texto y pierde de vista el camino?, ¿por cuánto tiempo podrá proteger a sus ocupantes un sistema pre-colisión, si quien está al volante “tomó unas copas de más”?, ¿de qué sirve que un sistema inteligente ayude a estacionar sin riesgos, si el conductor lo hace con una sola mano porque con la otra sostiene el celular?. En definitiva: ¿podrán los vehículos cargados de tecnología hacer frente a la inconciencia vial?.

Encuestas realizadas por organizaciones dedicadas a la seguridad y prevención vehicular como Luchemos por la Vida y CESVI, así lo demuestran: en un país donde hay más celulares que habitantes, 1 de cada 5 conductores consulta las redes sociales mientras maneja, hecho que aumenta 4 veces el riesgo de sufrir un accidente de tránsito. Por su parte, la dupla bebidas alcohólicas + conducción continúa presente en las rutas argentinas, ocasionando finales fatales: el 50% de los accidentes viales tienen al alcohol como protagonista. Asimismo, usar el cinturón de seguridad sigue siendo una asignatura pendiente, dando como resultado cifras alarmantes: en Argentina mueren 3 personas por día por no utilizarlo.

Parece que la conciencia vial aún dista de ser efectiva, aunque se diga que la tecnología está puesta al servicio del hombre para mejorar su calidad de vida. Ya es hora de que, de una vez por todas, conductores y tripulantes hagan un mea culpa de sus actitudes en el tránsito y, de una vez por todas, dejemos de lamentar tantas tragedias en nuestras rutas.


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