Elecciones 2023
Votos que siempre suman y algún referente a mano
Lo que ocurre es que Mendoza siempre tiene dirigentes con presencia nacional, aunque muchas veces sea una cuestión circunstancial. Cada uno en su función.
Lo que ocurre es que Mendoza siempre tiene dirigentes con presencia nacional, aunque muchas veces sea una cuestión circunstancial. Cada uno en su función.
Hay un clima de relativa tranquilidad en partidos y coaliciones. Los comicios nacionales garantizan mucha expectativa, tanto por la participación de mendocinos que aspiran a cargos relevantes como por cómo los posicionamientos.
En mayor o menor medida, los políticos mendocinos no quieren caer en el lodazal nacional. Esto, más allá de que cuesta mucho, y más aún en una provincia gravitante, mantenerse al margen de la contienda. Pero lo que también deben comprender las políticos mendocinos es que el nivel de hartazgo de la población es tal que muy pocos son los que se detienen a observar de qué área de gobierno se trata: si es nacional, provincial o municipal.
Lo llamativo es que sin haber podido revertir la pálida imagen de gestión que el gobierno nacional tenía cuando Massa asumió en Economía, el líder del Frente Renovador logró el aval de todo el peronismo para ser el candidato único en las próximas presidenciales. Lo que él pretendía se cumplió.
Estas PASO fueron la peor caída del peronismo en 40 años. Había sido tercero, bastante lejos, en la elección a gobernador que ganó Iglesias, en 1999. Pero lo reciente fue lo más estrepitoso por el bajísimo porcentaje de votos.
Esa gran encuesta que significa toda elección primaria dirá, realmente, cómo se encuentra el escenario político provincial de cara a la convocatoria a las urnas de setiembre, que sí definirá al futuro gobernador y determinará la composición de la Legislatura, la que, más allá de quién gane, seguramente mostrará un mayor equilibrio de fuerzas, siempre saludable desde el punto de vista de la calidad democrática.
Que Suárez está incluido en el listado de posibles precandidatos a vice de la ex ministra de Seguridad de Macri no quedan dudas, porque así lo aseguró la propia aspirante presidencial en recientes declaraciones periodísticas.
Cornejo y Suárez ponen en vidriera a un radicalismo que pretende ser el más confiable del país, más aún que el de Morales, teniendo en cuenta que el jujeño, que ya logró imponer a su sucesor surgido entre su propio equipo de gobierno, se encuentra embarcado hacia las presidenciales como precandidato y nunca ha negado su cercanía política y afectiva con Sergio Massa.
De modo que las PASO, para las que faltan sólo 21 días, es probable que marquen una tendencia y hasta se constituyan en una suerte de primera vuelta. En efecto, no sorprendería que los dos precandidatos más votados ese día sean los llamados a dirimir la sucesión de Suárez en la elección final.
Hay un generalizado malhumor social que es lógico que tenga como primeros destinatarios a los que, también por imperio de la crisis, cada vez les cuesta más vender ilusiones.
Independientemente de toda especulación, no es malo que en el ámbito legislativo se genere un escenario de equilibrio político, con mayor paridad de fuerzas.
Mañana, el Gobernador deberá enumerar los logros de gestión para sostener una campaña que seduzca a los mendocinos y le asegure devolverle el poder a Cornejo en diciembre.
En cuanto al oficialismo provincial no cabe ninguna duda que el portazo de Orozco sorprendió. Quizá sea el dato político más trascendente del tiempo de cierre de listas que finalizó anoche.
Ahora los tiempos están marcados por el movimiento brusco que dio De Marchi al romper su alianza con el radicalismo y pasar a encabezar una nueva propuesta electoral y política para Mendoza. Crea un escenario distinto en el que de una u otra forma se encuentra incluido todo el abanico político provincial.
Los resultados que obtenga ese nuevo espacio en las PASO provinciales de junio seguramente mostrarán el grado de competitividad del mismo y permitirán aventurar si realmente De Marchi logró o no devolverle a la provincia una opción política capaz de romper con el liderazgo ejercido por radicales y peronistas desde 1983.
Gran parte de lo que ocurra en la escena electoral de Mendoza este año dependerá de la decisión que tome Omar De Marchi.
Después de los cierres llegarán los momentos para debatir y hablar más. Algunos dicen que hay un silencio similar al que se produce en la sala teatral cuando llega el apagón previo al espectáculo.
Llamó la atención que no hubiese contacto de Vidal con De Marchi y sí con aquellos “amarillos” que se mantienen junto a los radicales en Cambia Mendoza.
La opinión, muy crítica, que De Marchi tiene de quien buscará volver a ser gobernador de Mendoza por la UCR no forma parte de una discusión político-partidaria clásica. Por su lado, el diputado Jorge Difonso sigue armando su estrategia. Su salida de Cambia Mendoza junto a su propio espacio fue uno de los portazos más fuertes escuchados en la casona radical, que es también sede de la coalición oficialista.
Hay radicales a los que no les termina de convencer tanta efervescencia, pero por el momento la voz cantante sigue partiendo de Cornejo, fundamentalmente, y el gobernador Suárez.
“El radicalismo es y seguirá siendo el eje de Cambia Mendoza”, decía Alfredo Cornejo a fines de 2018, cuando comenzaba a preparar su sucesión en la provincia. De Marchi no piensa lo mismo y por eso espera armar su propia coalición.
Habrá oportunidades para que el espacio que lidera De Marchi haga valer su número gravitante en la Legislatura. Pero lo que también puede llegar a enfrentar para su proyecto electoral es una división dentro de su propio partido.
El controvertido otorgamiento de tierras a comunidades mapuches es una suerte de imposición de límitres por parte de la Nación en pleno territorio provincial. Toda suspicacia es válida, sin ningún lugar a dudas. Con intenciones o no, se pone en aprietos a la administración de Juntos por el Cambio más importante en el país después de la Capital Federal.