Opinión
Una Constitución olvidada
Cuando son inocentes tenemos una justicia impecable, ágil y eficaz pero cuando son culpables se trata meramente de “lawfare”, un argumento, a mi humilde criterio, trillado.
Cuando son inocentes tenemos una justicia impecable, ágil y eficaz pero cuando son culpables se trata meramente de “lawfare”, un argumento, a mi humilde criterio, trillado.
Basta de discursos llenos de maquillaje y pobres en contenido: los argentinos requieren hechos certeros que demuestren que el país comienza a encarrilarse.
Se está labrando una agenda legislativa con tintes personalistas lejos de buscar soluciones a los graves problemas del país.
La marcha convocada por el oficialismo no es objeto de crítica porque están en su derecho de manifestarse. Lo que sí se cuestiona es el objeto perverso que posee: arremeter contra el máximo tribunal por fallar conforme a derecho y no a pretensiones políticas del poder de turno.
Mientras los temas que se propusieron antes de las elecciones no se discuten, las reelecciones son defendidas tanto por oficialistas como por opositores.
Hay algo que sigue intacto y que perdura a lo largo de las generaciones en la sangre de todos y cada uno de los argentinos/as de bien y ello es nada más ni nada menos que la esperanza.
Una marcha cuya predica es “lealtad” tiene que estar impregnada y dotada consiguientemente de un valor principal, el “respeto”, lo cual no solamente se pasó por alto, sino que se pisoteó.