Una autopsia realizada a George Floyd, el hombre afroamericano asesinado en Minneapolis a manos de una policía en Estados Unidos, un caso que desató protestas e incidentes en todo el país, confirmó que la causa de su muerte fue asfixia y además que sufría de Covid-19.
Según el examen, Floyd murió como consecuencia de "una parada cardiopulmonar cuando estaba siendo detenido por los agentes de la ley. Por su parte, la prueba para Covid-19 que le realizaron postmorten dio positiva.
El médico forense jefe, el doctor Andrew Baker, explicó a CNN que la prueba, una PCR, puede mostrar un resultado positivo “durante semanas después del inicio y la resolución de la enfermedad clínica”.
El resultado positivo, probablemente dijo el profesional, refleje que Floyd era un enfermo de coronavirus asintomático. Pero destacó que la infección no influyó en su deceso.
La tensión seguía alta en Estados Unidos, ya que las protestas antiracistas no pierden fuerza y los reclamos contra la brutalidad policial se multiplican, especialmente en Minneapolis, donde la familia de George Floyd anunció que todos los policías que participaron de su detención y no evitaron su muerte fueron acusados y detenidos.
Al finalizar la tarde de ayer y a poco de comenzar a regir los toques de quedas, múltiples marchas volvían a recorrer las calles de Nueva York, California, Minnesota, entre otros estados, y especialmente, cerca del parque Lafayette, a cuadras de la Casa Blanca, protegida nuevamente por un importante cordón de la Policía y la Guardia Nacional.
Desde Minneapolis, en tanto, los reclamos tampoco cedieron, ni en las calles, ni dentro de la investigación del asesinato de Floyd.
"Es un momento agridulce. Estamos muy satisfechos con que el fiscal general Keith Ellison actuó de manera decisiva, arrestó y acusó a todos los oficiales involucrados en la muerte de George Floyd, y agravó el cargo contra Derek Chauvin a homicidio de segundo grado", tuiteó Ben Crump, uno de los abogados de la familia del hombre afroestadounidense asesinado la semana pasado cuando era detenido en Minneapolis.
Poco antes, durante una visita a un memorial levantado en el corazón de esa ciudad con la familia Floyd, Crump había presionado a Ellison para que impute a los tres policías que miraron impávidos mientras Chauvin se arrodillaba sobre el cuello del hombre afroestadounidense de 46 años durante casi nueve minutos.
Crump había pedido que se los impute a todos antes de mañana, cuando se realizará el funeral, un evento que seguramente congregara a una multitud, incluidas las principales autoridades de la ciudad y el estado de Minnesota.
La decisión de Ellison podría sostenerse en una segunda autopsia oficial difundida hoy y que, a diferencia de la primera, confirma lo que sostiene el examen que hicieron los peritos de la familia Floyd: el hombre murió por asfixia y, por lo tanto, se trata de un homicidio.
La ola de protestas que desató el asesinato de Floyd el lunes 25 de mayo no solo se tradujo en manifestaciones en las calles, sino en una mayor presión sobre los departamentos de policía locales para sancionar a los oficiales que abusan de su autoridad.
Uno de los casos más emblemáticos del momento sucede en Atlanta, donde la jefa de la Policía, Erika Shields, reaccionó rápido y despidió a dos oficiales y suspendió a otros tres que atacaron a dos estudiantes universitarios que viajaban en su auto cerca de una protesta, un caso que se viralizó en las redes sociales.