Auspicioso debate de candidatos

El voto es herramienta crucial de la democracia y sufragar sin estar informados es desaprovechar la oportunidad de construir un futuro. Por eso reconocemos la voluntad de debatir que han exhibido los candidatos a la Gobernación de Mendoza.

Auspicioso debate de candidatos

Con mayor o menor resultado práctico para el electorado mendocino, en cuyo seno hay un número significativo de indecisos, resulta un hecho auspicioso que los candidatos a la Gobernación de la Provincia hayan debatido varias veces en las últimas semanas.

El sufragio es una de las herramientas cruciales de la democracia y si los componentes del grupo con derecho a votar están informados y acceden a las propuestas de los aspirantes a los cargos electivos sin dejarse llevar únicamente por la imagen y promesas de dudosa ejecución, mucho mejor.

Por eso debe reconocerse y valorarse la predisposición para confrontar y poner las ideas sobre la mesa que han tenido los tres candidatos a ejercer la primera magistratura de Mendoza, Noelia Barbeito, Adolfo Bermejo y Alfredo Cornejo.

Lo han hecho en distintos escenarios y foros, y uno de los importantes encuentros, a principios de mes, fue organizado por Los Andes, junto con la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y la Universidad del Aconcagua, institución educativa que cedió sus instalaciones para que los postulantes dieran testimonio de cómo piensan gobernar y qué harán para materializar una mejor calidad de vida de los habitantes.

Además de la cita hubo otros ámbitos de discusión, como la Universidad Nacional de Cuyo, radios, canales de televisión y Radio Mitre de Mendoza. Inclusive, en una de las emisoras de TV, los que confrontaron fueron los postulados a la Vicegobernación por los partidos intervinientes en las elecciones provinciales del domingo 21, aspecto novedoso porque, en ocasiones, los segundos integrantes de las fórmulas pasan desapercibidos. Entonces la a veces vapuleada y castigada política mendocina ha exhibido, en esta oportunidad, un plano de madurez y los ciudadanos interesados pudieron acceder a las propuestas de los candidatos y examinar la verosimilitud de las iniciativas.

Los tres dirigentes citados han dicho cómo ven y qué harán con la educación y la cultura, el tránsito, la vivienda y cuál será la instancia para frenar la carrera delincuencial que se padece en todo el territorio provincial, además de tratar problemas ambientales, incluido el ríspido asunto de la minería. Asimismo se pudo acceder a otra instancia determinante: las obras públicas que necesita Mendoza a corto y mediano plazos.

Esta forma de dirimir posiciones y saber quién es quién y qué hará al momento de ocupar el sillón de San Martín, debería trasladarse a los departamentos, y si no fuera posible a todos, por lo menos plantear la discusión en aquellos con mayor gravitación en el territorio.

Se ha producido entonces, con mayor o menor grado en la lógica y relevancia de los argumentos, una instancia de controversia saludable, que alejó a los candidatos de su zona de tranquilidad, que es hablar en la tribuna partidaria o recorriendo zonas en búsqueda de la adhesión del vecino.

Los debates son muy útiles, y aunque no resuelven de hecho los problemas que abordan, brindan señales al ciudadano para saber o aproximarse a un “cómo” hará tal cosa cada proponente a un cargo de máxima responsabilidad, en este caso conducir una provincia.

En el nivel nacional también serían muy necesarios y por eso hay una corriente legislativa y de movimientos civiles que están propiciando el debate entre candidatos presidenciales como práctica obligatoria.

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