Ausentismo en la secundaria: hay chicos hasta con 70 faltas

Datos oficiales de la DGE revelan que al menos 3 mil alumnos quedaron como “condicionales” al superar el límite de insistencias establecido. Preocupa el alto índice de ausencias y hay críticas a la flexibilidad del sistema adoptado.

Ausentismo en la secundaria: hay chicos hasta con 70 faltas
Ausentismo en la secundaria: hay chicos hasta con 70 faltas

En abril el gobierno escolar implementó en el secundario, un régimen de inasistencias y tardanzas que impone un límite de 28 ausencias anuales, factibles de ser extendidas según la realidad de cada colegio y establece la posibilidad de asistir a clase en calidad de condicional, dejando para casos extremos la figura del alumno libre.

Para saber en qué materias habían faltado más, la Dirección General de Escuelas acompañó la nueva metodología con la implementación de un software que permitió recopilar los datos de cada institución en relación con las faltas de los alumnos.

Los resultados indican que al menos 3 mil  adolescentes superaron las 28 faltas y están en situación de condicionales, es decir, que tienen un alto riesgo de llevarse como mínimo un espacio curricular a diciembre. De no aprobar en esa instancia, la asignatura quedará como previa.

El camino para llegar a esta instancia es largo, ya que antes, además de faltar repetidas veces y de no haber aprovechado muchas oportunidades, el/la estudiante cuenta con la posibilidad de continuar en el colegio. Es que la resolución que ya tiene siete meses de vigencia, indica que cuando el alumno sobrepasa el límite de inasistencias permitido se comienzan a considerar las faltas por materia o espacio curricular.

Si no logra cubrir el 85% de la asistencia (según la carga horaria anual de cada espacio curricular), queda libre y se lleva la materia; de lo contrario, su condición será la de regular.

Los cuestionamientos en relación con la norma no tardaron en hacerse oír dentro y fuera del ámbito escolar y hasta se llegó a interpretar la medida como una forma de flexibilizar al extremo los límites que debe imponer la institución educativa.

En ese sentido, una queja repetida fue la "contemplación" que cada colegio puede tener una vez que el alumno/a supera las faltas permitidas. En algunos casos, de hecho, el tope de ausencias establecido por las instituciones llegó a 32 y al parecer ni siquiera esto fue suficiente: gran parte de los alumnos/as superó las 70 inasistencias.

Ocurre que al margen de las faltas justificadas por razones de fuerza mayor, enfermedad o embarazo, entre otras, la mayoría de las veces no existe un motivo real para no ir a la escuela.
Por eso, los educadores, preceptores, directivos y regentes se mostraron preocupados y alertaron sobre la falta de interés que los estudiantes y las familias están demostrando por la educación. Para el Gobierno, la creación de la figura de condicional fue el cambio más notorio aplicado este año para equilibrar la balanza entre los que cumplieron con la asistencia y los que no. 

"Fue una manera de poner límites y al mismo tiempo lograr que los chicos/as que superaron  las faltas permitidas pudieran seguir asistiendo a clases, siempre con la condición de continuar en la escuela", explicó la subsecretaria de educación, Mónica Soto.

La medida, que fue implementada en los colegios de nivel medio a través de la resolución  446, se planteó al amparo de la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, que establece el acceso a la educación como un derecho fundamental, que debe ser garantizado por el Estado.

Desde la DGE aseguran que este cambio en la forma de contabilizar y resolver las inasistencias es una manera de lograr retener a los alumnos en la escuela y evitar así que abandonen.

De acuerdo a las estadísticas, de los 68.000 estudiantes que asisten al secundario orientado en escuelas estatales y privadas, 3,7%, (es decir, 2.516) faltó más de lo permitido. En tanto que las instituciones con perfil técnico registraron un menor nivel de ausentismo por parte del alumnado: sobre un total de 31 adolescentes, sólo 1,09 (equivalente a 589) culminará 2013 en calidad de condicional.

Desde el punto de vista de Soto, la explicación a esta diferencia está en que al tener una mayor cantidad de materias y horas de cursado, los alumnos/as  evitan por todos los medios llevarse las materias a diciembre. Según Soto, este año la cantidad de faltas en el secundario descendió respecto de 2012, cuando  el nivel de ausentismo escolar muy alto alcanzó al 12% de los estudiantes.

Viernes de faltazo

Entre los datos recabados, uno llamó la atención. Ocurre que más allá de la condición socio económica de cada adolescente, el día viernes aparece como el menos presenciado puertas adentro de los colegios. Esto se debe, según las autoridades, a que los chicos/as organizan salidas y juntadas los jueves en la noche.
 
"Es muy común que sobre todo en el turno mañana falten porque se quedaron dormidos. Esto es clásico en todos los contextos sociales y para revertirlo requiere de un mayor nivel de conciencia por parte del/la estudiante y su familia", indicó Soto.

Falta de agilidad en el sistema informático destinado a registrar el porcentaje de faltas por materia; padres casi ausentes;  escaso interés de los estudiantes y un exceso de carga en las tareas que deben cumplir los preceptores, directivos y educadores, son sólo una parte de los puntos en contra que cosechó el nuevo régimen dentro de las instituciones.

En la escuela Fray Mamerto  Esquiú, de Capital, sus directivos expresaron preocupación.  Aseguraron que a pesar de todos los esfuerzos realizados por la institución para acercarse a los chicos, hubo casos en los que las inasistencias llegaron a sumar 70.

"Hacemos lo mejor que podemos, vamos a las casas de los alumnos a hablar con los padres, armamos nuevos proyectos, pero esto no parece ser suficiente", comentaron y aseguraron que en esta institución la problemática del ausentismo escolar se ha profundizado en los últimos años. "Hay chicos a los que no les interesa estudiar", advirtieron.

El balance de este año lectivo que culmina no es muy diferente en la escuela Gabriel del Mazo, de Godoy Cruz. Sus autoridades aseguraron que el cambio en la metodología para contabilizar las inasistencias no significó una mejora sustancial. "Se nota cada vez más apatía por parte del alumnado y más allá del régimen que se aplique, lo cierto es que el problema de las inasistecias es cada vez mayor", explicó Francisco Triviroli, regente de la institución.

En este caso, la escuela buscó como modo de evitar que los chicos abandonaran y extendió a 32 el límite de faltas permitidas antes de quedar como condicional.  Sin embargo, hubo muchos estudiantes que sobrepasaron ese total y al igual que en la Mamerto Esquiú superaron las 70. 

La actitud de los padres frente a los avisos y actas elaboradas desde las escuelas fue en muchos casos, de indiferencia ante la excesiva ausencia de su hijo/a a clases. La luz de alerta, se enciende sobre todo en el tercer trimestre, mientras que el año en el que más faltan es en quinto.

"Desde setiembre se empieza a notar el incremento de las faltas.  Esto se repite todos los años", indicó Marcia, del área de administración de la escuela Ingeniero Ricardo Videla, de Luján.

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