La mora en préstamos personales y todo lo relacionado con el consumo en el sistema financiero aumentó de 4,7% a 6,5%, según cifras del Banco Central (BCRA). Pero en junio puede llegar al 9%, según estima el ex gerente general del BICE, Alberto Bavestrello, ya que toma en consideración las cifras del Central del Gran Buenos Aires, que es el territorio que suele marcar tendencia de lo que luego ocurrirá a nivel nacional.
En GBA, donde la situación es un tanto más conflictiva, la morosidad al consumo prácticamente se duplicó, al pasar de 4,5% en noviembre de 2017 a 8% en diciembre pasado, de acuerdo a las últimas cifras que acaba de publicar el Central que compara diciembre de 2017 contra el mismo mes de 2018.
"Lo alto de la mora en el GBA que es un indicador fuerte, que muchas veces representa una tendencia y preanuncia lo que viene, por lo que el deterioro allí se nota más rápido. Calculo que en unos meses los indicadores de consumo seguirían esta tendencia y llegarán al resto del país, tanto por la caída del consumo como por la pérdida de empleo", vaticinó Bavestrello.
El informe de la autoridad monetaria detalló, en forma desmenuzada, cómo se deterioró el nivel de actividad por provincia y por cada rubro en particular. En este sentido, la industria manufacturera cayó en forma significativa, al pasar de una cartera irregular del 2% al 5,6%, mientras el comercio mayorista trepó del 2 al 6,2% y el comercio minorista del 3,3% al 7,5% de mora, teniendo siempre en cuenta que mora significa más de 30 días de atraso en los pagos, momento en el cual ya se empieza a tener problemas y resulta bastante difícil encontrarle un final feliz. Es que mientras cae la cartera normal, sube la mora: los movimientos no suelen ser bruscos, pero sí se nota un ascenso en la cantidad de deudores.
Ante este escenario, en el sector relatan que resurgieron los estudios de abogados, que pasaron a trabajar mucho en temas de cobranzas para tratar de recuperar créditos, es un rubro que hoy se ha reactivado de la mano de la malaria económica. Empiezan a llamar por teléfono a toda hora a los deudores, a la casa y al trabajo, para que paguen, y si el atraso es mayor, mandan carta documento.
Sucede que, cuando la cartera se deteriora, produce un impacto en el resultado de los bancos, por eso ellos tratan de que el cliente pueda refinanciar la deuda, ya que cuando la cartera se deteriora deben previsionarla, y cuanto más se deteriora, más aumenta la previsión.
Bavestrello lo denomina la tormenta perfecta, porque ante la caída en la actividad, baja en la producción y merma en el consumo, se sumó la suba de tasas desde junio. Por ende, la gente que ya venía pagando el mínimo de la tarjeta porque no llegaba a pagar el total, se encontró con una nueva suba del costo financiero total, por lo cual el pago mínimo que debía hacer resultó todavía más alto.
Entonces, el deudor se encuentra expulsado del sistema financiero y le resulta difícil que le den crédito en otro lado, excepto en otro tipo de prestamistas que les cobran intereses siderales, por lo que se convierten en una suerte de paria en el sistema financiero.
Cartera comercial deteriorada
A nivel empresas, la cartera comercial tenía una situación irregular del 0,8% en diciembre del 2017 y saltó al 2,4% en noviembre pasado. Ahí los bancos analizan otras variables, como las perspectivas de ventas, los productos que se elaboran, cómo está el balance, el análisis de riesgo propio.
“Las entidades deben recalificar a sus deudores y ello implica un deterioro de la calidad de activos de los bancos. El banco intenta sostener en situación normal para no degradar su calidad de cartera. Pero ante situaciones más complejas, como un concurso, un acuerdo extrajudicial o una clasificación negativa en otros bancos, no les queda alternativa que degradar su clasificación”, aclara Bavestrello.