El barrio Don Augusto está en Los Barriales, muy cerca de la plaza de ese distrito de Junín y lo forman algo menos de 50 viviendas, que son las que se llegaron a construir, a partir de un proyecto más ambicioso y que hablaba de levantar casi un centenar de casas.
"Formalmente este barrio nunca se entregó y los primeros que llegamos a vivir, fuimos cuatro familias que quedamos como cuidadores de la obra, cuando la primera etapa estaba terminada. Eso fue en el 94 pero la segunda parte del barrio no se hizo nunca", dice Roberto Quinteros, efectivamente uno de los primeros vecinos del Don Augusto.
El lugar tiene una calle principal que se llama Santa Teresita y que se conecta a la ruta 60, que a su vez es la principal arteria de Los Barriales. El barrio lleva ese nombre en recuerdo de Augusto Puppato, que era el dueño original de aquellas tierras en las que antes que casas hubo una extensa finca.
Al terreno lo compró la cooperativa El Pueblo, que en los años 80 supo tener un centenar de socios y aspiraba a construir allí, el primer barrio de todo el pueblo de Los Barriales.
"Acá siempre hubo mucha necesidad de vivienda y éste iba a ser el primer barrio del distrito, pero la construcción se demoró tanto que terminó siendo el tercer barrio que hubo en Los Barriales", dice Diego Henríquez, presidente de la unión vecinal que nuclea no solo a la gente del Don Augusto sino también a todos los que viven en el barrio Dios es con nosotros, que se construyó en un terreno lindero y en dos etapas, entre los años 2003 y 2006.
En total, esas barriadas suman cerca de 150 viviendas y la unión vecinal que las agrupa se llama Domingo Puebla, como reconocimiento a un querido vecino de Los Barriales. La gente cuenta que la agrupación nació hace un par de años, buscando unir fuerzas para que les pusiera el gas a ambos barrios.
"Acá siempre ha sido todo así, las cosas se han conseguido con mucho esfuerzo de la gente; primero el gas, después las cloacas y ahora estamos detrás del asfalto", comenta Ramón Leppez.
Según recuerdan los vecinos, seis años es lo que demoró la construcción del Don Augusto y a las casas las entregaron "como si estuviesen terminadas, pero en realidad faltaban muchas cosas, entre ellas los pisos, las celosías, la pintura, el calefón".
El barrio se hizo a través del banco Previsión y cuando la entidad cerró, los adjudicatarios de las casas quedaron boyando durante mucho tiempo sin figurar en ningún lado. "Era insólito, nos llegaban las boletas municipales y de la luz, pero el barrio no figuraba en ninguna oficina del gobierno. Después de mucho luchar, el ex intendente Dante Pellegrini consiguió que apareciéramos en el IPV", recuerda Roberto Quinteros.
Al oeste del barrio Don Augusto corre un canal de riego, que se llama Chimbas y que en estos casi 20 años de historia que tiene barrio se ha desbordado más de una vez, provocando grandes anegamientos.
"Después de muchos reclamos, hormigonaron una parte del canal y por suerte, hace tiempo que no nos inundamos", cuenta don Francisco Carrera, que integrar la unión vecinal y también el centro de los jubilados, cuyo salón está en Don Augusto y fue construido hace apenas dos años.
"Antes, a las juntadas de los jubilados las hacíamos en una vieja casa de adobes que en cualquier momento se va a venir abajo. Ahora tenemos un lugar más lindo", dice el hombre. Junto al centro de jubilados del que habla está la guardería de niños, otro de los logros vecinales y el lugar al que asisten muchos bebes y pibes del barrio, mientras sus padres salen a trabajar.
Los vecinos coinciden en que lo mejor que tiene el barrio es precisamente a su gente. "Acá toda es gente de trabajo y muchos de los que viven en el barrio Don Augusto, tienen a sus hijos en el Dios es por nosotros. Nos conocemos todos y de algún modo somos como una gran familia", dice Henríquez.
Los vecinos cuentan que la segunda etapa del barrio nunca se construyó y que algunos propietarios de esas carpetas decidieron iniciar las casas por su cuenta: "Es gente que pagó el lote, la carpeta, pero a la que nunca les levantaron las casas. Se cansaron de esperar y las hicieron ellos mismos; ya hay tres o cuatro y tienen servicio de agua, pero no de luz y entonces se alumbran gracias a que algún vecino les tira un cable", dice Quinteros.
Entre los pedidos de la gente del barrio, uno de los principales es el asfalto y después viene el arreglo de las veredas y las cunetas, algo a lo que se comprometió la comuna pero que aún no ha realizado. También hay pedidos por luminarias para la plazoleta y, un proyecto ambicioso es la construcción de un pequeño polideportivo, que Los Barriales no tiene y que podría ir en los terrenos del salón de la unión vecinal.
