La lucha por lograr una igualdad de género efectiva y definitiva en la industria audiovisual no es nueva. Sí quizás lo sea el hecho de que, desde hace varios años a esta parte (los procesos sociales son difíciles de medir) el empoderamiento femenino ha sido masivo.
Las organizaciones sociales de mujeres proliferaron; el movimiento Ni Una Menos las sacó a las calles y, particularmente en el mundo del cine: las denuncias al poderoso productor Harvey Weinstein destaparon una olla de violencia institucional, abusos sexuales y fuertes desigualdades en el interior de la industria.
Esta transformación cobra múltiples formas y, en Mendoza, tiene la cara de un colectivo que, bajo el calor feminista, quiere hacer realidad la equidad: las Audiovisualas Mendocinas.
"Como mujeres del cine y del audiovisual nos hemos juntado, a partir de nuestras necesidades individuales que llegamos a reconocer como colectivas, por las ganas de construir nuestra voz como Audiovisualas Mendocinas y generar nuestra propia representatividad", escribieron en el manifiesto de presentación de su página de Facebook. En esta misma red social, en el grupo privado que las nuclea, al día de hoy son 182 mujeres.
La unión surgió así: a mediados del año pasado hubo una convocatoria nacional para formar colectivos de mujeres que se dedicaran a la realización audiovisual en sus diferentes formas; es decir, directoras, técnicas, camarógrafas, sonidistas, fotógrafas y actrices, entre otras especialidades.
Ese llamado propició no sólo que unas mujeres decidieran unirse en nuestra provincia bajo el nombre transgresor de "Audiovisualas", sino que también hubiera respuestas en otras provincias. Nos referimos a las Mujeres Audiovisuales Rosario (MAR), a Mujeres Audiovisuales (MUA), Muma Bariloche-Mujeres de Medios Audiovisuales, Muma Neuquén, Mujeres de Medios Audiovisuales y Mujeres de Película de Mar del Plata.
"Lo interesante de Mendoza fue ponerle Audiovisualas. Una genialidad, porque ninguna otra agrupación en el resto del país se llama así. Ya nos identifican así y nos ubican adonde vayamos", destaca Cristina Raschia sobre el nombre. Ella es, recordemos, una de las directoras más reconocidas de la provincia, que viene trabajando desde finales de los '80 y aquí encontró un abrazo colectivo, siendo una más de las realizadoras del grupo.
¿Cuál es la razón para convocar a mujeres para que se unan? Ella lo explica: “Porque nuestro ingreso en la industria audiovisual tiene dificultades. Fue bastante tardío históricamente, en una industria donde mayoritariamente siempre hubo hombres”.
Las Audiovisualas optaron por una forma de organización típicamente feminista: la asamblea. Así es que las decisiones no salen del voto de la mayoría sino de discusiones que van macerando un consenso entre todas.
Así fue que “las primeras reuniones de Audiovisualas fueron básicamente catárticas. Las chicas querían contar ante todo qué les estaba pasando”, recuerda Raschia.
“Toda la organización todavía está consolidando los lazos entre nosotras mismas, porque otra cosa a la que la sociedad nos acostumbró es a esa creencia de que dos mujeres juntas se pelean, y es todo lo contrario: aquí hay sororidad y hay hermandad”, agrega.
La convocatoria para participar está siempre abierta, y se reúnen el primer sábado de cada mes en la Nave Universitaria. Allí, entre un mate que va y vuelve, comparten experiencias atravesadas no solamente por el oficio sino también por el género. Dos cosas que no pueden separarse, en este caso.
Las estadísticas, tal como Raschia nos confirma, nos obligan a reflexionar: fuera de la cámara, tres de cuatro trabajadores del sector son hombres. “Y en el área en donde tenemos más presencia es en producción”, acota.
Manifiesto y desafíos
Al momento de juntarse, Audiovisualas Mendocinas dieron forma a un manifiesto, que es su mejor retrato. Allí explican que no están enmarcadas en ningún partido político, que reivindican la unión y el federalismo como forma de transformar su situación de desigualdad, al igual que la necesidad del intercambio y de encontrarse cara a cara.
Se presentaron oficialmente en el último Bafici Mendoza, y participarán en breve en la segunda edición del Graba, Festival Audiovisual de Cine Latinoamericano (entre el 14 y el 18 de marzo).
Su gran desafío es dar los primeros pasos de una transformación profunda, bajo banderas como "Igual trabajo, igual salario", y empezar a plantear la necesidad de una legislación laboral que las ampare: "La realización audiovisual es muy esclava. Nosotras decimos que los rodajes 'te secuestran', porque son jornadas largas de muchísimo trabajo. Y a eso hay que sumar que además es un trabajo freelance", explica la directora.
Es una legislación que deberá contemplar las vivencias de mujeres, como el embarazo y los primeros años de la maternidad.
“Hay un montón de temas que hace falta que se hablen, y el solo hecho de estar agrupadas como mujeres de la realización hace que una tenga más presencia pública y eso ayuda mucho”, asegura.
Pero además han decidido, como estrategia para consolidarse y ampliar fronteras laborales, ayudarse entre ellas. Es por eso que, a nivel nacional, se están convocando entre ellas para sus proyectos.
“El sentido principal de Audiovisualas es casi más cultural que otra cosa, en el sentido de un cambio de paradigma y de modificación de nuestras propias cabezas”, define.
-La desigualdad también se manifiesta en los roles que se le han asignado a la mujer en el set: ser maquilladoras, por ejemplo.
-Completamente. Por años, las mujeres en la industria del cine éramos fundamentalmente asistentes de todo: de producción, etcétera... En la década del ‘60 y ‘70 empezaron a aparecer mujeres directoras con más presencia, pero antes era impensado. Durante muchos años hubo un rol en los equipos técnicos internacionales que era la script girl, quien iba llevando el raccord de lo que se iba a filmando. Las mujeres somos muy minuciosas, y ése era un papel acorde.
-Respecto del #metoo y todo lo que está sucediendo en Hollywood, ¿han tomado postura?
-Son temas que sí hemos hablado, pero son más las urgencias que tenemos nosotras en las reuniones respecto a la cosa laboral del día a día. Respecto al #metoo, son situaciones que hemos vivido y vivimos todos los días y no sólo en la industria cinematográfica. Lo importante es que son cosas que vivimos, de las que nos dábamos cuenta, pero que estaba naturalizada. Lo interesante es que está dejando de ser algo natural. En la medida en que Hollywood tiene pantalla en todos lados y hay mucha identificación con sus actrices, eso es valioso: el valor de ponerle nombre y desnaturalizarlo.
Dónde y cuándo conocerlas
Las Audiovisualas Mendocinas se juntan los primeros sábados de cada mes en la Nave Universitaria, alrededor del mediodía. En Facebook su página es Audiovisualas Mendocinas y su e-mail es audiovisualasmendocinas@gmail.com
Participarán, el próximo 16 de marzo a las 22.30, en el FEM Festival. Se realizará en el Espacio Cultural Julio Le Parc y se proyectará "Madam Baterflai" de Carina Sama.
Algunas de ellas son, además de Raschia: Ornela Tosi Bargero, Guadalupe Pregal Salles, Dámaris Rendón, Andrea Puebla, Sofía Toro Polichino, Emma Saccavino Ganem, Lucía Labrada, Loruhama Guerrero Mirabal, Alexia Salguero, Carina Turka Sama, Dana Fz, Ana Pelichotti, Sol Freites, Rocío Pérez Monteleone, Silvana Díaz Coppoletta, Carina Piazza, Luli Salvo, Griselda Serresone, Noelia Nieto, Micaela Taber, Itta Scalvini, Alejandra Mascareño, Victoria Jota, Natu Siracusa, Alejandra Amar, María Luisina Puebla, Maru Suárez, Estefanía Acosta, Margarita Morales Barón, Giuli Santarone, Laura Mendoza, Vanina Turrisi, Mariana Guzzante, Agustina Salvador, María Lourdes Ereñú, Natu Siracusa, Flora Pezon, Gisela Levin, Cecilia Agüero, Camila Menéndez, Virginia Céspedes, Laura Piastrellini y Florencia Fusari, entre otras.
