Históricamente, el viaje de bandas argentinas a México es muy común: las audiencias son similares, la cultura latina se comparte y los lazos se forman casi instantáneamente. El primer día de este mes, Cosquín Rock llegó a la ciudad de Guadalajara y con él, varios grupos de nuestra tierra: "Fue un show corto donde metés entre lo nuevo y lo viejo, pero lo bueno es que te renovás y buscás sorprender. Fuimos hace siete meses y ahora volvimos, habla bien del interés de la gente", piensa el guitarrrista de Attaque 77, Mariano Martínez, luego de tan largo viaje.
No fueron los únicos que llegaron a esos lares en este tiempo. Indios, Las Ligas Menores, Los Caligaris, estuvieron presentes en la edición extranjera del famoso festival. La diferencia con algunos de esos grupos está en la trayectoria y la posibilidad que tuvieron, desde muy jóvenes, de tocar afuera del país. El frontman de Attaque dice que ser un cuarentón en esas circunstancias, lo aprovecha distinto y con otra mirada, no tanto pensando en el futuro; sino para celebrar por el laburo de tantos años.
"Está bueno para las bandas que tienen una propuesta novedosa y copada dar estos pasos en lugares extraños, en el sentido de lo ajeno; comprender su público y ver cómo recibe tu música. Te hace crecer como músico", piensa Martínez.
-Con tantos años en la espalda, ¿de qué se trata renovarse, teniendo una identidad definida?
- Primero con disco nuevo. Yo siento que siempre tenemos una propuesta o una banda nueva. Empezamos siendo muy chicos: cuando grabamos el primer disco yo tenía 16 años. Te imaginás que la primera mitad de la carrera fue dejar la adolescencia atrás prácticamente. Pero hace 10 años, con la partida de Ciro (Pertussi) del grupo, se planteó un quiebre en nuestra carrera. Siento a la distancia que sirvió para que el grupo encuentre su identidad definitiva, un sello más personal. A partir de ahí empieza una especie de etapa de una banda de rock madura. Por supuesto que tenemos nuestro origen en el punk, pero con el tiempo nos metimos al rock clásico, por lo menos hace una década, que se dio con Luciano y Leo.
La identidad de Attaque está grabada "en el disco duro del rock nacional". Con los primeros pasos en el punk, la banda se fue abriendo hacia un rock más clásico, barrial. Después, la cosa fue variando y el "Acústico en el Teatro Ópera" consagró ese cambio y los dejó romper con los límites.
"El acústico fue un quiebre muy importante. A partir de ahí, comprendimos que podemos hacer lo que queramos desafiando nuestro propio sonido o limitación, o incluso lo que la gente espera de nosotro. El disco nuevo tiene mucho de ese aprendizaje.
-¿Existen hoy en día bandas de géneros duros, cerrados, que tengan los límites claros?
-A mí me gustan algunas bandas que conozco que mantienen una línea y un estilo, pero incluso las que uno cree que suenan igual, no es tan así. Vos ya sabés que AC/DC tiene un modo, pero un momento sentí que ya habían hecho todo y que empezaron a repetirse, y están ahí, estarán ahí y harán un disco mejor que otro. Los Ramones, que fueron una inspiración para nosotros, también evolucionaron y han hecho sus experimentos.
Tres ángulos del triangulo
La nostalgia y la experimentación se mezclan en el nuevo álbum de Attaque 77. "Triangulo de fuerza" es el nuevo trabajo de Mariano Martínez, Leonardo De Cecco (batería) y Luciano Scaglione (bajo y coros). Cuenta con doce canciones que van del rock, al ska, el reggae y el hard rock, de la mano de colaboraciones de Peteco Carabajal, Vitillo Ábalos y Campino, cantante de la banda alemana Die Toten Hosen.
Los límites se borran, los géneros se unen y el mensaje toma mayor protagonismo. En canciones como "A cielo abierto" y "Sin tierra", el reclamo contra la minería a cielo abierto y los campos sojeros que arrasan la tierra de Santiago del Estero, se hace visible el mensaje de los pueblos.
-¿Cómo es el trabajo para llegar a esos lugares, para mostrar su mensaje?
-Yo conocí a algunas personas vinculadas con el movimiento campesino (Santiago del Estero). El contacto con esta realidades y escuchar de primera mano lo que está ocurriendo, es la única manera de enterarse. En los medios no aparece y a la ciudad esto no llega. Nos tienen muy entretenidos con Netflix. Hay pueblos donde nos dicen que los ríos están contaminados y se tienen que mudar: nuestro modo de colaborar es con una canción para hacer esto visible.
-¿Y te encontrás con que la gente reaccione a esto?
-La gente reacciona, sí. Se ha subestimado tanto al pueblo, que se cree que está más dormido de lo que en realidad está. Yo vivo en un pueblo muy chiquito de Córdoba que es Tanti y ahí también se intentó el tema de la minería y el pueblo se manifestó y no se permitió. Eso es esperanzador.
-Siempre han estado al tiro de lo que la sociedad tiene para decir: ¿por dónde pasa la responsabilidad, de la gente y de los músicos, ante tales mensajes y cómo cambió en el tiempo?
-Las canciones que parece que tienen varios años incluso décadas, hoy son vigentes. Siempre es un ciclo que se repite y nos pone a pensar en cuál fue el modo que como sociedad elegimos para manifestarnos. Supongo que el resultado tiene que ver con la autocrítica, sin esperar que los políticos lo solucionen todo. En lo personal, si seguimos patinando en el barro como sociedad, nos toca hacer autocrítica y comprender que tenemos que crecer: hoy la clave es ser solidario. Es lo más revolucionario. El sistema te llena de trampas para dividirnos, nos tenemos que poner de acuerdo.
-¿Cómo creés que es la llegada de todos estos mensajes, con distintas formas de consumo?
-Es importante la búsqueda personal, saliendo de la comodidad. En estas últimas generaciones hay una conciencia sobre los gustos. Siempre hubo música y moda impuesta por los medios. Hoy es el trap, ayer fue el reggaetón. Siempre hubo gente inquieta que busca su propia identidad, que investiga a otros artistas que te representa. En el trap puede haber un artista que transmite algo, otro que no, hay que buscar. Tenés que tener el espíritu de encontrar el mensaje que necesitás recibir. La música acompaña en eso. El trap no me interesa demasiado pero encontré artistas que tienen un mensaje más copado que otro, y lo importante es ver que tiene para decir. Desde ahí hay que elegir.
-En "A cielo abierto", preguntás qué hicimos cuando Menem privatizó los bienes. Ahora, ¿qué hacemos?
-Tenemos una historia de la que aprender. Una historia larga, sangrienta, dura: ¿qué hacemos con eso? Como sociedad nos toca ejercitar la memoria, reconocer nuestra responsabilidad en cada etapa de nuestra historia. Si logramos eso, creo que hay un montón de cuestiones trágicas y tristes de nuestra historia que es imposible que se repitan.
Attaque 77 en Mendoza
Día y hora: hoy, a las 22.
Lugar: N8 Show & Bar (Mitre 1709).
Entrada general: $700 a través de www.tuentrada.com