ATSA: un barrio sobre el acceso Sur, con torre de vigilancia

Lo acaban de entregar y las familias adjudicatarias están haciendo medianeras y ampliaciones. Lo habitan, en gran medida, matrimonios jóvenes con niños.

ATSA: un barrio sobre el acceso Sur, con torre de vigilancia

Si alguien inadvertidamente arriba al barrio ATSA, sobre el Acceso Sur, en el distrito Las Tortugas, tendrá la impresión de concurrir a un conglomerado que todavía está en construcción.

Es la impresión que ofrecen las distintas calles con obreros en continuo movimiento y hormigoneras entregando el concreto que se convertirá en medianeras, cocheras y ampliación del ambientes.

El barrio es flamante: se entregó el 14 de diciembre pasado, y como sostuvo el director de Vivienda de Godoy Cruz, Damián Salamone, vino "a llenar un vacío urbano muy significativo, completando la trama urbana de esta parte del departamento".

Son 319 viviendas y tras recorrer las, por ahora, calles de tierra se puede asegurar que están todas ocupadas por los adjudicatarios, salvo rarísimas excepciones.

Se trata del segundo barrio más grande de Godoy Cruz, solo aventajado por La Estanzuela (Dolores Prats de Huisi), en el oeste, que tiene el privilegio de ser uno de los más amplios de Mendoza.

El conglomerado del Acceso Sur es uno de los emprendimientos del plan Procrear, de origen nacional, y un logro del gremio de la Sanidad de Mendoza, encabezado por Juan Carlos Navarro.

Pese a que ese sindicato aportó un importante número de afiliados, hay otros sectores del trabajo representados en los domicilios: maestros, policías, gendarmes, agentes de la administración pública, mercantiles, profesionales varios, como médicos y abogados, y periodistas.

Fue levantado en aproximadamente 2 años y medio y por el volumen de obra; en su ejecución participaron 5 empresas constructoras. En momentos pico se encontraron trabajando 450 operarios.

En el este del perímetro, frente al barrio Pablo Sexto, se observa otra particularidad técnica del flamante complejo. Allí se construyó un reservorio de agua, de medio metro de profundidad y 5 bandejas, donde caerán las aguas desmadradas en ocasiones de grandes lluvias.

Esto se exigió para dar la factibilidad de construcción y tiene por cometido evitar que correntadas grandes inunden las barriadas ubicadas al este. Es un modelo copiado de situaciones similares en Europa.

El asfalto está pendiente, pero el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, prometió pavimentar una vez que cese la acumulación de materiales por los trabajos en ejecución. El Gobierno provincial se haría cargo de asfaltar René Favaloro, la lateral este del Acceso Sur.


La seguridad
Tras el crimen de un guardia de seguridad antes de la inauguración del complejo habitacional, los vecinos supieron que la inseguridad era un factor a tener en cuenta en el hábitat que estaban poblando.

Militaron el tema y aunque la solución en este aspecto no está plenamente lograda, por lo menos consiguieron la instalación de un puesto fijo, en la esquina de Vélez Sársfield y Cabo San Pío.

Lo novedoso es que ese retén es un mangrullo, una torre vigía, donde se ubica un policía, que se eleva hasta los 5 metros y desde allí tiene una visual muy amplia del lugar. Este sistema de vigilancia es la primera vez que se coloca en la provincia. Cuenta con una cámara de monitoreo de 360 grados y comunicación con la comisaría 52a, del barrio La Gloria, seccional de la que depende este equipamiento.

Por otra parte, con alguna frecuencia un móvil policial recorre las arterias internas, donde el viernes pasado se observaba la presencia de máquinas y personal municipal retirando escombros.

Habrá que señalar que durante la construcción, los obreros de las distintas firmas y las mismas empresas, soportaron sustracciones. Inclusive, algunos trabajadores no querían volver a ese destino laboral.


La vecinal
El barrio tiene unión vecinal, que encabeza Liliana Calle (59), quien viene siguiendo las tratativas para la construcción del complejo desde hace una década por lo menos. Como es discapacitada motriz, su hogar fue acondicionado para favorecer sus desplazamientos. "Este barrio es parte de mi vida, de mi transitar por el vecinalismo", comenta.

Espera que en el futuro la entidad siga existiendo "porque hay mucho por hacer". Es responsable de comunicar por Facebook muchas de las novedades que van ocurriendo y los trámites que se deben realizar. Su mandato expira en 2016.

Una característica más del ATSA es que una gran mayoría de sus habitantes son matrimonios jóvenes, con chicos en edad escolar.

Para estas personas, beneficiados con su primer techo, una gran preocupación es la educación de sus vástagos. Hay establecimientos educativos en los alrededores, pero sus matrículas están prácticamente colmadas.

Esta situación es una preocupación para Patricia Barison (36), quien está emocionada por tener su primer techo, pero que sabe que en tiempo de clases tendrá que hacer una larga travesía para llegar a la escuela de su hija, la Tomás Alva Edison, en San José (Guaymallén).

Otro morador, Fabián Iacopini (45, técnico en farmacia), aprovecha su licencia para completar los arreglos en el domicilio. Casi todos los de la cuadra se encuentran en los mismos menesteres, como corresponde a un barrio que muestra gente activa y con ganas de progresar.

Leonardo Yacante (35) abrió un almacén y sostiene que su negocio está en el centro del conglomerado habitacional. Viene de cerca: antes habitaba en el corazón de La Gloria. Pero no es la única boca de expendio, hay varias más, y muchos repartidores se acercan a ofrecer el más surtido de los artículos, desde empanadas hasta plumeros y escobas.

A Graciela Díaz (50) se la encontró preparando el jardín del frente de su casa, junto a su papá. "Estamos felices -declara-. No es fácil tener la casa propia y el hecho de tenerla se lo debemos a la organización gremial y a la solidaridad".

Cerca del mangrullo, Ángel (51, chofer de ambulancia del hospital Notti) y su esposa Silvia Cristina, afirman que han cumplido un anhelo muy grande y ahora deben empeñarse en mejorar el inmueble recibido.

La breve existencia del barrio está latente en su incipiente arbolado. No hay sombra y el sol cae a pleno todo el día. "Los árboles en crecimiento serán una referencia para nuestros primeros años en este lugar, a la par del aumento de edad de nuestros hijos", dijo un padre treintañero.

Esperan gas, teléfono y un cruce a desnivel para salir

Como todo barrio, en el ATSA hay muchas expectativas de mejoras.

Un tema excluyente es el gas natural, cuya red está habilitada, pero faltan las conexiones en la mayoría de las viviendas. Ecogas exige especificaciones muy estrictas, y los vecinos están haciendo las adecuaciones pertinentes en sus hogares.

El teléfono fijo es otra de las aspiraciones. Hay tratativas para que se concrete el cableado correspondiente. "Creemos que no quieren cablear el barrio", dijo un morador algo escéptico.

La salida en vehículo también es una preocupación. Consultado al respecto el ministro Rolando Baldasso informó que un cruce a desnivel, similar al existente en la vecina calle Rawson probablemente se haga a la altura de la calle Aristóbulo del Valle. Esta solución vial, según el funcionario provincial, formará parte de la construcción de la tercera trocha del Acceso Sur y se haría este año.

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