Policías federales mexicanos detuvieron en la madrugada de ayer a Servando Gómez, alias “La Tuta”, considerado el capo más buscado de México y el único líder en libertad del debilitado cártel de Los Caballeros Templarios, que atormentó por años la convulsa región de Michoacán.
Gómez fue capturado en Morelia, capital de Michoacán (a unos 300 km de Ciudad de México), en un “trabajo de inteligencia de la policía federal de varios meses, sin realizar disparo alguno”, dijo una fuente de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
El capo, de 49 años, fue capturado en una vivienda al sur de Morelia, aparentemente sin guardaespaldas, en un operativo que inició alrededor de las 3 de la madrugada local (6 en Argentina).
La detención de Gómez, ex maestro de primaria, era considerada clave para el gobierno de Enrique Peña Nieto, que suma esta captura a la de otros importantes capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán y en momentos en que atraviesa un fuerte cuestionamiento internacional por la desaparición y presunta masacre en setiembre de 43 estudiantes de magisterio.
“Con esta detención, se fortalece el Estado de Derecho en el país y seguimos avanzando hacia un México en Paz”, celebró Peña Nieto en su cuenta de Twitter.
Una captura "simbólica"
Viviendo "a salto de mata" y presuntamente escondido en cuevas y montañas de su natal Arteaga, el mediático Gómez logró burlar por meses a las autoridades mexicanas que lo buscaron incansablemente, muchas veces con la ayuda de las autodefensas, los campesinos que se levantaron en armas a inicios de 2013 para combatir a Los Templarios.
“En términos de simbolismo, su captura es muy importante porque ‘La Tuta’ es el rostro de la impunidad cínica de Michoacán, pero en términos prácticos no estoy seguro que sea tan importante porque ya estaba muy aislado”, dijo el ex agente de inteligencia Alejandro Hope.
Haciendo de la agreste subregión de Tierra Caliente su feudo, Los Caballeros Templarios sembraron el terror en los últimos años en todo Michoacán a punta de secuestros, extorsiones y asesinatos, muchas veces amparados por autoridades locales corruptas.
Ante sus choques con las autodefensas, el gobierno lanzó el año pasado una ofensiva que logró desmantelar a casi toda la cúpula de Los Caballeros Templarios, que quedó muy debilitada y con sólo Gómez visiblemente a la cabeza.
Conocido por sus videos subidos a internet en los que lanzaba amenazas a sus enemigos del cártel Jalisco Nueva Generación o se le veía conversando con figuras políticas de Michoacán -lo que llevó a la detención de un ex gobernador interino y del hijo de otro exgobernador- Gómez también había dado entrevistas a medios de comunicación, convertido en la cara visible de Los Templarios.
“Somos un mal necesario”, dijo en una entrevista clandestina en diciembre de 2013 asegurando que su “fraternidad” tenía la misión de proteger al pueblo de Michoacán. Pero aunque se presentaba como su líder, en realidad, el cartel estuvo dirigido desde su creación en 2011 por Nazario Moreno “El Chayo”, dado erróneamente por muerto en 2010 por el gobierno de Felipe Calderón y con quien Gómez fundó el grupo criminal.
Tras la supuesta caída de “El Chayo”, se produjo la escisión de su cartel, La Familia, y en su lugar se situaron Los Caballeros Templarios, que heredaron su doctrina pseudorreligiosa, sus rituales iniciáticos y siguieron con el negocio de la marihuana y amapola y empezaron a traficar hierro extraído ilegalmente hacia China.
