En el siglo XXI, encontrarse a través de internet se ha transformado en la manera más habitual para buscar pareja. Muchas personas se han unido luego de "matchear" por medio de alguna de las tantas aplicaciones que proponen encontrar el amor ideal. Esto no es más que la prueba fehaciente del poder de las redes en la vida de las personas: usamos la web no solo para comprar productos o informarnos, sino que -desde hace unos años- buscamos que nuestra "media naranja" esté en línea.
Muchos creían que esto nunca iba a ocurrir, pero los tiempos acelerados y los grandes desarrollos tecnológicos han dejado boquiabiertos a más de uno. En la era digital "encontrar pareja través de las redes es cada vez más fácil", analiza la psicóloga Laura Giménez. No cabe duda de que desde hace mucho tiempo, chatear con un desconocido en las redes era "una mala palabra", resultaba tabú y hasta mal visto. Hoy, internet ha dado un gran salto y este ha sido tan grande "que es capaz de conectar a personas de cualquier parte del mundo dando siempre la posibilidad de que el amor aparezca".
Hay aplicaciones para todos los gustos: Tinder, Badoo, Bumble, Pure, OK Cupid; entre otras. Todas ellas, abren escenarios para conectar con alguien que resulte de interés. Además, se han desarrollado de manera tal que garantizan la seguridad de ambas partes. "Gracias a los smartphones, las charlas se dan de manera dinámica, pudiendo interactuar en cualquier momento y desde cualquier lugar". Asimismo, nos permite ver en vivo y directo a aquella persona con la que estamos chateando, pero el amor es mucho más que chatear en las redes. Entonces, ¿cómo se da el romance en línea?
Para la psicóloga, el amor se construye paso a paso. Como si se tratase de una receta "se necesitan los condimentos indicados para sentir atracción por la otra persona y esto va mucho más allá de lo físico. Tiene que ver con los valores, las similitudes, los gustos, los tratos, las palabras y los pensamientos". Pero las redes juegan en contra ya que su fuerte está en la imagen, ver la foto de perfil de otra persona es el primer limitante. Si nos gusta lo que la imagen nos muestra, avanzamos. Si no nos gusta, la desestimamos. "El amor no se mide con la vara de la imagen, sino con la de los sentimientos, la conexión entre las partes", describe la profesional.
Existe una aplicación que rompe estructuras y que, de alguna manera, invita a enamorarse por lo que la otra persona "es" y no por lo que "la imagen nos muestra". Se trata de una opción que apuesta a una conexión emocional y física más profunda con el otro, ya que la foto de perfil no se vuelve un determinante para decir sí o no a la otra persona. "La gente está cansada de las mismas aplicaciones de citas que te venden matches pero en verdad están vendiendo dos personas que se ponen 'like' en una foto. Es una actividad automática con un 'swipe' compulsivo", dice Federico Volinsky, creador de BlindLove, una aplicación en la que la imagen de la otra persona está inicialmente desenfocada.
Esta estrategia de "foto distorsionada" busca volver al concepto de "slow date", alimentando el misterio y la dedicación cuando conocemos a alguien. A través de la funcionalidad "sneak peek", el usuario puede elegir develar una porción de la foto, y así sucesivamente hasta que se muestre la imagen completa, al ritmo crece la interacción y la conexión. De esta manera, se rompe la idea de que las relaciones se basan en meras atracciones físicas, ya que "la búsqueda está en descubrir aquellos puntos en común que alimentan una relación y la hacen crecer. El amor no se basa en la mejor foto de perfil de uno, pero sí en la profunda conexión emocional que hace que una relación pueda superar los obstáculos y permanecer en el tiempo", destaca Federico.
La propuesta de "creer que el amor a través de las redes es posible, es reforzar la idea de que el romance es el ingrediente principal", destaca la psicóloga.
"Los puntos en común que tienen las personas en sus gustos, consumos y hábitos tienen mucho más valor para construir ese vínculo a largo plazo desde un lugar de ser autentico y mostrar la verdadera personalidad, sin estar 'obligado' a construir una ficción o un personaje que no somos y que no podremos sostener", reafirma Volinsky.
En el mundo entero, las cifras sorprenden: durante 2018 se duplicó la cantidad de usuarios que se sumaron a aplicaciones que los conecta con otros con el fin de encontrar pareja. Un informe de The Economist señaló que globalmente, alrededor de 200 millones de personas usan estas apps cada mes y que en Estados Unidos más del tercio de los matrimonios comenzaron con un "match" virtual.
La era digital nos invita a conectarnos con más personas de manera vertiginosa, pero a pesar de la velocidad, para estos profesionales sí es posible encontrar el amor a través de una app. "El truco está en ser pacientes y disfrutar de las charlas. Animarnos a preguntar detalles, curiosidades, conocer hobbies, gustos y, sobre todo, respetar los tiempos de cada uno para un encuentro formal", dice Giménez.
Quien agrega que, "el no ver la foto de la otra persona en el primer momento (sino que ésta se vaya develando a medida que la conexión se profundiza), es una buena iniciativa para enfocarnos en el otro tal cual es y no tanto por su imagen física".
Por su parte, Volinsky sostiene que "el amor no se basa en la mejor foto de perfil de uno pero sí en una conexión emocional y física". El desafío está en volver a poner en el centro de toda relación (desde su inicio), el misterio y el romanticismo por sobre la atracción física que solo lleva al encuentro sexual.