Una ola de atentados en Irak, inclusive con coches bomba, ataques suicidas y tiroteos, causó la muerte al menos a 73 personas e hirió a 128 ayer, indicaron fuentes médicas y de seguridad.
Los principales ataques estuvieron concentrados en Bagdad, donde nueve coches bomba mataron a 37 personas, pero los ataques también ocurrieron en la provincia de Diyala y alrededor de la norteña ciudad de Mosul.
Los atentados ocurrieron el mismo día en que los insurgentes ganaron más terreno a las fuerzas de seguridad en la convulsa provincia Al Anbar.
Los ataques no fueron reivindicados, pero insurgentes ligados a Al-Qaeda realizan con frecuencia ataques coordinados contra civiles, las fuerzas del orden y milicias sunitas Sahwa, reclutadas para luchar contra la red extremista.
A sólo tres meses de las elecciones generales previstas en abril, se trata de un nuevo doble revés para las autoridades iraquíes que tratan de atajar un recrudecimiento de la violencia.