Cuarenta y ocho soldados yemeníes murieron y otros 84 resultaron heridos ayer en Adén, la segunda ciudad de Yemen, en un atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
En un anterior balance, el jefe del servicio local de Sanidad, Abdel Naser al Wali, dio cuenta de al menos 40 muertos y unos 50 heridos.
Es el tercer ataque de este tipo en menos de cuatro meses en esta gran ciudad portuaria del sur del país. Los tres fueron reivindicados por el EI.
Ayer, un kamikaze hizo estallar sus explosivos mientras los soldados estaban reunidos para cobrar sus salarios en una base en el noreste de Adén, indicaron responsables militares.
El kamikaze se introdujo entre la multitud de soldados delante de la residencia de un jefe militar cerca de la base de Al Sawlaban, situada en el barrio de Al Arish, antes de perpetrar el atentado, precisó uno de ellos.
El atacante “se dirigió a soldados congregados delante de la residencia, en una zona abierta y sin seguridad”, añadió este responsable militar.
Después del atentado, el suelo estaba lleno de manchas de sangre y recubierto de restos de zapatos y de ropa, según un fotógrafo.
El EI afirmó en un comunicado divulgado en Twitter que “el mártir Abu Hashem al Radfani consiguió cruzar los controles de seguridad y hacer estallar su chaqueta de explosivos en medio de una concentración de miembros de la seguridad yemení”.
El 10 de diciembre hubo otro ataque parecido, reivindicado también por el EI, en el que perdieron la vida 48 soldados que también estaban esperando para cobrar su sueldo.
Y el 29 de agosto, un kamikaze al volante de un coche bomba se abalanzó contra un grupo jóvenes reclutas del ejército en Adén, causando 71 muertos. El EI también asumió la autoría del ataque.
Al Qaeda y el EI han aprovechado el caos desatado por la guerra en Yemen para multiplicar sus acciones, sobre todo contra las fuerzas gubernamentales.
Las autoridades tienen problemas para mantener la seguridad en las zonas bajo su control y para reclutar a jóvenes soldados.