Seguramente has pensado que todo lo que sobra luego de un almuerzo o cena se puede congelar para consumir después, sin embargo, para esta práctica hay que tener ciertos cuidados ya que no todos los alimentos se pueden frizar. Hay 5 comidas que no son aptas para congelar.
1. Lácteos. Si se congelan, algunos lácteos se vuelven acuosos o pierden textura. Pero hay trucos: la crema puede frezarse solo si es de alto tenor graso, a punto Chantilly y con una pizca de azúcar. La leche también puede guardarse, pero solo en su envase original. En cuanto a los quesos, solo se conservan bien los que tienen, al menos, un 40% de grasa. Un no rotundo a congelar quesos untables y yogures.
2. Huevos. Si congelas un huevo crudo, la cáscara se romperá con facilidad y la yema se expandirá. Si tuvieras la suerte de que permanezca intacto, al romperlo verías que ha perdido consistencia y se ha puesto gomoso. Mejor déjalos en la heladera.
3. Latas. Para conservar correctamente los alimentos, las latas contienen líquidos en su interior que, cuando se solidifican, se expanden y adquieren un volumen mayor al de la capacidad del envase. Resultado: una explosión de película que terminarás limpiando las siguientes dos horas.
4. Lechuga y otras verduras. Los vegetales con un alto contenido de agua (como la lechuga, el pepino, los rábanos o cualquier otra verdura de hoja) no pertenecen al freezer. Al descongelarlos, seguro perderán consistencia. Si estás empecinado en guardarlos, te sugerimos que lo hagas una vez cocidos, en sopas u otros preparados.
5. Alimentos sueltos. ¿Alguna vez descongelaste un trozo de carne y notaste unas manchitas marrones o grisáceas en su superficie? Son quemaduras por congelación que se producen cuando la comida no está en un recipiente bien hermético o correctamente envuelta. Alteran el color, el olor, el sabor y la textura de tus alimentos.