Balloffet como en cada partido salió en Río Cuarto a jugarle de igual a igual Atenas; presionando, buscando ser protagonista y marcar presencia. A los 8’ llegó el gol de Martín Cabrera para el local y sintió el golpe de estar abajo, pero no perdió las ganas de buscar el empate y seguir jugando como lo hacía hasta la desventaja.
Se paró bien en el fondo, combatía en el medio y buscaba la velocidad de sus delanteros, pero Atenas también era peligroso y tuvo algunas que pudieron aumentar la ventaja; la labor de Pelayes no se lo permitió al local.
Se hizo de ida y vuelta, uno queriendo aumentar, el otro queriendo el empate, en un partido entretenido, los arqueros tuvieron protagonismo. A los 40’, Balloffet se quedó con uno menos, otra vez Pedro Millán se fue expulsado con roja directa, y el funcionamiento del “Cruzado” no sintió la ausencia, siguió yendo por el empate.
En la salida del segundo tiempo, Balloffet se paró con tres en el fondo, salió Fuentes e ingresó otro delantero Gutiérrez, apostando a buscar el empate. El funcionamiento del “Cruzado” fue endemoniado y en los primeros minutos, tuvo algunas claras. La siesta de Atenas la pagó caro. Balloffet le ganó el medio campo, se adueñó de la pelota, no lo dejó pensar. Ganó la pelota Gutiérrez a Bearzotti, fue incisivo envió el centro y Miranda que llegaba consiguió el empate con toque suave. El local noto que debía dejar de dormir y con poco volvió a crear peligro.
Las desinteligencias, y los malos entendidos hicieron que Balloffet cometiera errores. Lo aprovecho a los 26’ Baigorria que ejecutó el tiro libre y se puso arriba en el marcador. El golpe se sintió y desde otro tiro libre de Baigorria, llegó Becerra a los 29’. Todo fue del local. De una pelota cruzada a los 35’, para Urbano, el delantero marcó el cuarto. La suerte estaba definida, Balloffet.