Esta semana, los trabajadores de la Municipalidad de Lavalle, que fueron despedidos en el verano, cumplieron 56 días de acampe frente a la comuna pidiendo ser reincorporados. Se trata de cuatro personas que argumentan haber sido despedidos arbitrariamente y, por eso, quieren que les devuelvan su fuente de trabajo. Ayer, el grupo de municipales nucleados en ATE trasladó su manifestación al aeropuerto. Es que allí estaba el intendente lavallino, Roberto Righi (PJ), subiéndose a un avión para irse de vacaciones. Y, como desde ATE decidieron “escracharlo en donde esté”, allá fueron.
Que se tomó 15 días de licencia es una verdad que nadie discute. El tema, que sí tiene dos versiones, es para ir adónde. “Se fue a Brasil el señor intendente, seguramente a ver el Mundial. Da mucha bronca e indignación porque él se puede ir de vacaciones y siguen estando cuatro familias en la calle. De los despedidos se reincorporó a uno. Los otros están en juicio, esperando que decida el juez Walter Bento. Llevamos 56 días en la carpa y seguiremos hasta que los compañeros sean reincorporados”, aseguró Esther Urquiza, delegada seccional de ATE Lavalle.
Por su parte, el cacique justicialista negó rotundamente su viaje a Brasil. “Estoy en Chile, me he tomado mis vacaciones que no tomé en el verano. Al Mundial no voy, lo miro por la televisión. Es una de las tantas mentiras que dice esta gente (en referencia a ATE) que, con esa metodología, trata de conseguir algún resultado. Cuando se quedaron sin contrato fue porque llevaban muchos días sin ir a trabajar. No podemos permitir que la gente que no trabaja cobre. Además, ellos están trabajando para ATE. Todos los meses cobran y les acercan almuerzo y cena. Les están pagando para que estén ahí”, afirmó Righi.
Este enfrentamiento entre las partes lleva casi medio año. Los despidos se produjeron después de que se resolvió el conflicto entre los municipales y la intendencia, por el que se reclamaban mejores condiciones laborales y salariales. Este problema se cerró el 6 de enero, luego de 29 días de lucha. Righi firmó un acta diciendo que no habría represalias, ni descuentos, ni despidos. ATE argumenta que no se cumplió con lo convenido entonces.