Los ataques del 22 de julio de 2011 en Noruega consistieron en una explosión en Oslo, y un tiroteo 2 horas después en la Isla de Utoya, en el lago Tyrifjorden, que dejó un saldo de 76 muertos y más de 100 heridos, muchos adolescentes.
Ese mismo día la policía detuvo al hombre disfrazado de policía que abrió fuego contra la multitud: Anders Behring Breivik, un empresario noruego de 32 años, simpatizante de la ultraderecha. Fue descrito como “fundamentalista cristiano”, de ideología nacionalista, pro-israelí, islamófobo y admirador del movimiento político estadounidense del Tea Party.