La policía paquistaní anunció ayer que ha detenido a unos 200 sospechosos, al día siguiente de un ataque contra un avión de línea en Peshawar, en el noroeste de Paquistán, que dejó al menos una pasajera muerta.
Además de esa víctima mortal, dos miembros de la tripulación sufrieron heridas por los disparos de unos desconocidos contra un avión de línea cuando aterrizaba en Peshawar, en plena ofensiva del ejército contra los talibanes y Al Qaeda.
El aparato de Paquistán International Airlines (PIA) se acercaba al aeropuerto procedente de Riad con más de 170 pasajeros a bordo cuando fue alcanzado por cuatro o cinco balazos, según Mashud Tajwar, portavoz de la compañía aérea.
"Los disparos fueron efectuados desde el exterior del aeropuerto, una pasajera y dos tripulantes resultaron heridos, la pasajera murió en el hospital", explicó Tajwar.
El autor o autores de los disparos abrieron fuego contra el avión cuando volaba a 1.500 metros de altitud, según otro alto responsable de la policía, Najeeb Ur Rehman, convencido de que estuvo a punto de producirse una catástrofe.
Un azafato se encontraba en estado grave, según Muhammad Faisal, un responsable policial. El atentado no fue reivindicado, al menos públicamente, pero la semana pasada los talibanes advirtieron a las empresas internacionales y compañías aéreas, y les aconsejaron que cesaran sus actividades o se atuvieran a las consecuencias.
Se dispararon ocho balas de Kalashnikov contra el avión cuando este se encontraba a unos 5 km del aeropuerto y fue alcanzado en la cola, según un primer informe balístico citado por Mohamad Faisal, un alto responsable de la policía de Peshawar.
La policía de Peshawar lanzó una búsqueda para tratar de encontrar a los asaltantes en los alrededores el aeropuerto, rodeado de barrios populares laberínticos desde donde se puede abrir fuego fácilmente a los aviones.
A mediados de la tarde, la policía de esa ciudad indicó que había detenido a "más de 200 personas" sospechosas de estar implicada en el ataque.
También las autoridades informaron sobre el primer atentado suicida rebelde en Waziristán del Norte desde el lanzamiento de la operación destinada a erradicar los refugios de los combatientes islamistas talibanes y de Al Qaeda, que había transformado en los últimos años a Paquistán en su principal santuario.
El atentado, que dejó tres muertos -dos soldados y un civil según el ejército- fue reivindicado por Ansur-ul-Mijahedin, una facción de los talibanes. El grupo prometió nuevos ataques.