El marino represor Alfredo Astiz, conocido como el “Angel Rubio” y figura emblemática de la dictadura, afirmó que “nunca pedirá perdón por defender a la Patria”, y denunció el “terrorismo judicial” y la “encarnizada persecución” por la actuación de las Fuerzas Armadas en lo que definió “la guerra sin tiempos”, en el tercer juicio por los crímenes de la ESMA.
Canoso, de traje y con una escarapela en la solapa, Astiz habló ante el Tribunal Oral Federal 5: tras citar una frase de Voltaire y comparar a los militares acusados con la protagonista de “Alicia a través del Espejo”, el ex capitán de fragata insistió en negar la legitimidad del proceso y de la justicia ordinaria para juzgarlo.
“Nunca voy a pedir perdón por defender a mi Patria”, advirtió en un descargo de más de una hora, donde consideró “aberrante” que en este “ilegítimo juicio” estén sentados en el banquillo suboficiales que fueron destinados a la Escuela de Mecánica de la Armada sin ser marinos, y ahora, “40 años después de los supuestos hechos”, deban dar explicaciones por haber estado ahí, con acusaciones más graves que sus superiores.
Pero además Astiz sostuvo que “una orangutana tuvo más derechos que los uniformados que prestaron (servicio) en los años ‘70 a los que se alojó en celdas no aptas para animales”, tras remarcar: “Quieren hacer creer que tenemos todos los derechos legales, sin poseer ninguno pero siempre simulando que los tenemos”.
“Este ilegítimo tribunal me podrá dictar una falsa condena a prisión perpetua, que virtualmente puede ser a muerte. Pero lo que no va a poder hacer es que crea que esto es serio. Citando a Platón, la peor forma de justicia es la justicia simulada”, añadió.
Ya condenado a perpetua en otras causas por derechos humanos e incluso por crímenes en la ESMA, Astiz reportó que se lo está juzgado por tercera vez por el caso de la joven sueca Dagmar Hagelin, secuestrada y desaparecida, cuando las dos veces anteriores había sido sobreseído primero por un tribunal militar y luego por la Corte Suprema en los primeros años de democracia.
Precisamente, Astiz apuntó contra el gobierno de Néstor Kirchner y el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti -a quien llamó todo el tiempo “abogado Lorenzetti”- por sostener que era una “política de Estado” los juicios de lesa humanidad. Hasta llegó a hablar de la inseguridad jurídica en el país, del crecimiento de la delincuencia y de la aparición de grupos mapuches en el Sur.
Según señaló, “ahora los sesudos pensadores se han dado cuenta que la guerra contra el terrorismo no se gana, es una guerra sin tiempo, únicamente se pueden ganar batallas”.
Este es el tercer juicio por los crímenes en la ESMA donde se investigan 789 hechos y hay 56 militares acusados (el proceso comenzó en marzo de 2013 y terminaría para fin de año).