Asoma un tibio sol pero calentaría en abril - Por Rodolfo Cavagnaro

Comienzan a aparecer indicadores positivos, pero el sistema estadístico recién los expondrá en el segundo trimestre del año.

Asoma un tibio sol  pero calentaría en abril - Por Rodolfo  Cavagnaro
Asoma un tibio sol pero calentaría en abril - Por Rodolfo Cavagnaro

El año comenzó con datos positivos. El dólar empezó  a operar tranquilo pero comenzó a bajar y hace varios días opera casi en el límite de la banda de flotación. Esta banda se actualiza diariamente a un ritmo del 2% mensual y esto puede permitir una lenta progresión pero sin ningún estallido.

Estamos en la época en  que se comienzan a liquidar exportaciones de granos, pero está faltando un mayor dinamismo de las generadas por las economías regionales, que están muy complicadas por los altos impuestos, las altas tasas de interés y las retenciones a las exportaciones. No obstante, la economía se achicó tanto, que las solas exportaciones de granos alcanzan para mover la balanza, pero es claro que no lo hace  para asegurar el inicio del desarrollo.

Esta semana también se conoció una nueva rebaja del precio de las naftas, aunque es menor a la  que debía ser en función de la caída que tuvo el precio internacional del petróleo. No obstante, en esta Argentina donde los precios siempre suben pero nunca bajan, esta segunda rebaja en un mes no deja causar sorpresa. Las petroleras argumentan, ahora, que las retenciones a las exportaciones no les permiten bajar más porque venden a la paridad de exportación.

Todos estos datos son coincidentes con una mayor tranquilidad en los mercados internacionales, apoyados en que la Reserva Federal de EE.UU. anunció mayor cautela en el manejo de las tasas, ya que se aprecia mayor lentitud en el ritmo de la economía norteamericana, y esto comenzó a revertir el flujo de los capitales especulativos.

Por otra parte, un mayor entendimiento entre China y EE.UU por sus desacuerdos comerciales, permite avizorar un futuro un poco más tranquilo en la relación entre ambos gigantes. El menor ritmo de la actividad es mundial y ya se perciben sus consecuencias también en las economías europeas.

Todos estos datos todavía no generan indicadores positivos porque sus  resultados se perciben en el tiempo y porque, además, los sistemas estadísticos entregan datos con dos o tres meses de atraso. Todavía en nuestro país estamos recibiendo datos muy malos de actividad de noviembre y diciembre, pero nadie afirma que el Banco Mundial, en un reciente informe, pronosticó una caída de la economía argentina del 1,7% para 2019 pero rescató que el último cuatrimestre la caída había sido menor que la calculada.

Muchos datos positivos comenzarán a verse en abril o mayo porque los primeros de este año, aunque sean mejores, serán malos comparados con el primer trimestre del año pasado. Recién desde el segundo trimestre los resultados volverán a mostrarse positivos porque ya estaremos comparando con el comienzo de la crisis de 2018.

Expectativas con temores a la política

Los datos actuales son buenos pero la duda es ¿seguirán? Y nadie lo puede asegurar. Por lo que se sabe, hasta ahora, la súper cosecha de granos no será tal. Hubo pérdidas por heladas, granizo y, ahora, inundaciones en el norte de Santa Fe. Hay problemas con la carne por la baja del precio internacional que ha frenado los valores en el mercado interno. Esto está llevando a que se faenen mayor cantidad de hembras, lo que significa menos cantidad de terneros en dos años más. El tema es grave porque se han llegado a detectar hembras preñadas que se mandaban a faena.

Nunca los caminos son lineales y está claro que el único posible para iniciar un proceso de desarrollo sostenido es el crecimiento de la inversión y una mejora de la productividad. Pero la inversión no es posible porque cae la tasa de ahorro debido el crecimiento desmedido del gasto público y la presión fiscal. Si el Estado no comienza a bajar el gasto y los impuestos, tendremos cortos períodos de recuperación pero luego caeremos en los mismos problemas de siempre.

El gobierno enfrenta el desafío de bajar la inflación casi a la mitad de la registrada en 2018, que llegó a cerca del 48%. La propuesta para el año 2019 es del 23%, aunque el mercado la estima en 28%. Hasta ahora el Banco Central ha tenido éxito en la estrategia de congelar la base monetaria hasta junio de 2019 y fijar bandas de flotación. La carencia de efectivo ha sido un aliciente que estimuló la tranquilidad en el mercado cambiario.

Pero existe un riesgo y es que el gobierno se entusiasme con el dólar barato, más en vísperas de las elecciones, donde quieren llegar sin datos que alteren el ánimo social. Pero con la inflación prevista sería muy malo que el gobierno desestimule la actualización del valor de dólar. En este sentido, el hecho de que el límite inferior de la banda de flotación se actualice a un ritmo del 2% mensual es positivo porque irá empujando estos valores. Según lo planeado, este límite inferior permitiría que el precio de la divisa alcance el valor de $ 40 antes de marzo próximo.

El otro punto importante será mantener la  disciplina fiscal, evitando cualquier tentación de relajar el gasto fiscal en vista de las elecciones. Esto no solo será una mala señal sino que puede generar una carrera sobre el dólar y una disparada inflacionaria. Si se mantiene la conducta fiscal, además, se podrá acelerar la baja de las tasas y mejorar el nivel de consumo interno.

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