El asma bronquial es la enfermedad crónica más frecuente entre los niños, pero también alcanza a los mayores. Su día de evocación es el primer martes de mayo, por impulso de la Iniciativa Global para el Asma (GINA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fin de concientizar de la enfermedad a todo el mundo.
EL asma bronquial es una enfermedad muy común en nuestro medio. Afecta a casi 4 millones de personas en Argentina sobre todo niños y mujeres. Como en muchas otras situaciones vinculadas a la salud, no hay cifras reales en la provincia. Sin embargo es el motivo de consulta más frecuente en todos los servicios de Neumonología y Alergia públicos y privados. Puede, en un pequeño porcentaje, llevar a la muerte o a la necesidad de internación en una terapia intensiva. De hecho, un requerimiento muy complicado hoy por la crisis causada por el patógeno del Covid-19.
Es un proceso inflamatorio generalmente de origen alérgico que afecta a los bronquios, provocando obstrucción de los mismos con la consecuente dificultad para respirar y tos. No tratado a tiempo, este mal puede producir limitaciones para realizar actividades físicas e importante alteración en la calidad de vida.
Es una enfermedad que confunde, ya que es muy variable en sus manifestaciones, pudiendo la persona pasar largos períodos sin clínica manifiesta pero con el proceso inflamatorio activo. Es por ello que desde hace varios años se pregona realizar un tratamiento permanente y regular con medicación antiinflamatoria local, es decir aplicada a través de aerosoles que llevan el medicamento directamente a la vía aérea.
El tratamiento es sencillo en la mayoría de los casos, según explica el neumonólogo Enrique Barimboin. Requiere que el paciente perciba la enfermedad como tal, que adhiera a la medicación prescripta, que la utilice en tiempo y forma y que realice las consultas de seguimiento de rigor.
El asma bronquial se considera dentro de las enfermedades de riesgo en la pandemia en curso. Sin embargo, los reportes originales de China y de algunos países europeos afectados, no han mostrado una mayor cantidad de pacientes asmáticos entre las víctimas. Es una situación distinta a lo sucedido durante la pandemia de 2009 de gripe H1N1 cuando éste fue un grupo muy afectado.
No obstante, un paciente que se presente a la guardia con una crisis asmática seguramente ingresará a protocolo de evaluación de Covid-19, con un uso de materiales, guantes, barbijos que son escasos y confinado a un aislamiento innecesario. De no contar con tests diagnósticos suficientes, serán incluso tratados como infectados por el SARS-Cov2. Por lo tanto, es importante evitar este tipo de situaciones a través de un correcto manejo preventivo. En un contexto de pandemia, maximizar los recursos disponibles es importante para salvar la mayor cantidad de vidas.
Entonces hay que insistir en concientizar a la población de las cargas que supone esta enfermedad a quien la padece y de la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones.
Mendoza tiene, a nivel público y privado, médicos de excelencia y recursos farmacológicos disponibles para lograr un buen control de síntomas y mejorar la calidad de vida de este grupo importante de la población.
