Desde hace varios años el Día Mundial del Asma tiene como objetivo informar a través de todos los medios y crear conciencia sobre esta enfermedad, La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) cree de suma importancia que, tanto los médicos encargados de impartir los tratamientos y cuidados como los pacientes, deben conocer su enfermedad, cuáles son los riesgos de padecerla y cuáles son los beneficios de realizar un tratamiento, con el único objetivo de mejorar la calidad de vida, ya que el asma bronquial es una enfermedad crónica.
Según estimaciones de la OMS, hay actualmente más de 300 millones de pacientes con asma, constituyendo una de las enfermedades crónicas más frecuentes, y la más prevalente en los niños.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía respiratoria (bronquios) caracterizada por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y sibilancias (silbidos en el pecho), que varían en severidad y frecuencia. Los síntomas pueden presentarse de manera intermitente o persistente, y en algunas personas se agravan durante la actividad física, con las infecciones virales, con la exposición a alérgenos y en algunos casos por la noche.
En el asma, mantener la vía aérea desinflamada es fundamental para disminuir las posibilidades de exacerbaciones que pueden obligar a tener que concurrir a guardias con el riesgo de exposición.
Vivimos un tiempo de pandemia, y los pulmones son uno de los órganos principalmente afectados, donde se destaca la virulencia con que lo ataca siendo potencialmente fatal. Por esta razón, los millones de pacientes asmáticos se encuentran sumamente preocupados y conmemorando este día, dándole difusión, desde la AAAeIC, queremos contribuir con el conocimiento y llevarles tranquilidad.
Recomendaciones
En tiempos de pandemia, no suspender el tratamiento habitual del asma. Los pacientes con asma no han mostrado tener un riesgo mayor de complicaciones, tal como sí ocurre con la edad avanzada, hipertensión, DBT y obesidad.
La alergia cumple un rol importantísimo en el origen del asma, siendo su principal mecanismo de producción. Los tratamientos para la alergia y el asma no protegen ni empeoran la infección por CoV-2. Pero sí mejoran su condición de alérgico, por tanto tampoco deben modificarse.