El asilo casi pierde su histórico teléfono

A través del 112 una persona pidió el cambio de número del hogar Las Mercedes. Se investiga si fue una broma de mal gusto o la acción desprevenida de alguien de la institución de 106 años. El número es usado por familiares para comunicarse con sus parient

El asilo casi pierde su histórico teléfono

Una problemática grave para ellos surgió en el Asilo Hogar Las Mercedes de San Rafael pero tuvo su solución a través de gestiones entre la entidad, Defensa del Consumidor de la comuna sanrafaelina y la empresa de telefonía Movistar. Sin previo aviso, según relató la hermana Hilda (de la congregación Carmelitas Misioneras Teresianas), le fue cambiado el número de teléfono fijo que poseía esa institución desde la década del ?30.

Según la monja y miembros de la Sociedad de Damas de Beneficencia, entre ellas su presidenta Francisca Vigier de Alvarez, este cambio dejó prácticamente sin comunicación a muchos de los más de 20 abuelos que atienden y que residen en el lugar.

Lo cierto es que de acuerdo a lo informado oportunamente por la empresa de telefonía a través de su jefe de Marketing de la región, Facundo Bustos, el 17 de marzo pasado se accedió a un pedido realizado desde el número de servicios al cliente 112 y se cambió el número. Según el ejecutivo, la persona que lo hizo respondió a los requerimientos de la empresa para estos casos y reasignó el número a otra solicitud de línea.

Explicó que una vez tomado conocimiento del hecho, la empresa y Defensa del Consumidor localizaron al nuevo propietario de la línea quien estuvo de acuerdo en ceder nuevamente el número al Hogar.

Bustos también reconoció una demora en atender la inquietud de los directivos de la institución, pero aclaró que siempre estuvo en el objetivo empresarial solucionar este problema.

Además, se comprometió a que se seguirá rastreando el origen de la solicitud a fin de deslindar responsabilidades y localizar a quien realizó el pedido original.

Según explicaron los directivos del Asilo Hogar que funciona en Independencia casi Las Heras de la ciudad de San Rafael (pleno centro), la institución de 106 años de existencia subsiste gracias a la colaboración de la población a través de donaciones y de cuotas societarias de $ 10. Destacaron especialmente el apoyo que reciben constantemente de la firma de materiales para la construcción FGH SA. También señalaron que los gastos fijos ascienden a alrededor de 300.000 pesos. Tienen a 14 personas empleadas en forma permanente más un grupo de suplentes.

"Todo es en blanco", aclaró Francisca, que en ese momento esperaba una solución al problema del teléfono que -aseguró- deja incomunicados a los ancianos porque sus familias sólo tienen ese número para saber algo de los abuelos internados.

A estas recaudaciones agregan lo que obtienen por el alquiler de una parte del edificio a la escuela artística Blanca Noti de Cuartara, que funciona allí.

Historia centenaria

El asilo es la vivienda permanente de unos 60 ancianos que no tienen un lugar donde quedarse o familia que pueda cuidarlos. Allí son atendidos por seis hermanas de la orden religiosa citada que comparten el afecto y la dedicación hacia los más desvalidos con las mujeres que integran la Sociedad de Damas.

Las horas en el hogar transcurren con una paz inusitada. En la sala de estar todo es silencio y esa situación se traslada a las veredas que rodean al antiguo edificio de ladrillos. Allí las historias de sus habitantes, algunos llegan a los 98 años de edad, colaboran a develar el pasado de un pueblo. Las charlas se remontan en el tiempo, recordando la vida en los distritos o las costumbres de décadas pasadas.

Esta ayuda desinteresada nació en 1908, hace 106 años, cuando un grupo de mujeres se reunió para construir un hospital, ya que en el incipiente San Rafael no había un centro asistencial que atendiera a sus pobladores. Así, abrió sus puertas el 6 de diciembre de aquel año, bajo el nombre de Enfermería San Antonio. La primera presidenta Paula de Simonovich, junto a las vicepresidentas Carmen de Piola y Sara Quiroga de Palacios, formaron parte de la comisión fundacional.

Durante casi un siglo de vida, el asilo fue cambiando de función y servicios, ya que durante un tiempo sirvió para albergar a niñas huérfanas y desprotegidas. Fue entonces cuando se creó una escuela en el terreno propiedad del hogar a la que asistían las pequeñas.

Más tarde comenzó a dar cobijo a los ancianos, además de albergar a aquellas personas que carecían de una casa o estaban solas. Por eso se lo denominó Asilo de Huérfanos y Mendigos.

La vieja casona es el hogar más antiguo de la provincia y está ubicada en Independencia 226, a pocas cuadras del microcentro sanrafaelino. Hoy funciona como un hogar gratuito para los ancianos que no tienen donde ir.

Desde 1936 es administrado y atendido por las religiosas de la congregación de las Carmelitas Misioneras Teresianas, quienes se encargan de cuidar con amor y ternura a los ancianos. También colaboran voluntarios, personal médico, empleados que realizan las tareas domésticas y algunos religiosos.

El edificio posee -además de los dormitorios- comedores, salas de estar, oficinas, la capilla, lavandería automatizada, cocina y amplios jardines. Además se suman las pensiones de algunos abuelos, un subsidio de la Dinaadyf (Dirección de Niñez, Ancianidad, Adolescencia y Familia) actualmente atrasado varios meses y el aporte de muchos sanrafaelinos que hacen llegar su ayuda en forma anónima. Para colaborar los interesados se pueden comunicar nuevamente al 4421085.

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