Estados Unidos, Francia y Reino Unido llevaron a cabo del sábado en la madrugada bombardeos selectivos en Siria contra el régimen de Bashar Al Asad, acusado por el presidente Donald Trump de haber cometido ataques químicos dignos de "un monstruo".
Ante esto, el presidente Bachar Al Asad sostuvo que luchará contra el terrorismo existente en cualquier punto de mundo.
Según la prensa en Damasco, las explosiones fueron seguidas por ruidos de aviones y columnas de humo que se elevaban hacia el cielo en el nordeste de la capital siria.
De madrugada, después de 45 minutos de ataques, partidarios del régimen de Asad se congregaron en la emblemática plaza de los Omeyas de Damasco. Algunas sonreían, hacían la V de la victoria, agitaban banderas sirias, se sacaban selfis o bailaban y cantaban al son de música a la gloria del presidente Asad.
"La historia se quedará con que Siria derribó los misiles, pero no sólo eso. Derribó la arrogancia estadounidense", dijo con orgullo Nedher Hamud, de 48 años.
Según el general Joe Dunford, jefe del Estado Mayor estadounidense, los bombardeos apuntaron a tres blancos vinculados al programa de armamento químico sirio: uno cerca de Damasco y los otros dos en la región de Homs (centro).
Precisó que por el momento no se prevén más operaciones militares en el país.