Economía
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hace 46 minutos
La histórica tranquilidad que predominaba en la rutina diaria del jardín de infantes Manantiales 0-133 (Tunuyán) se vio interrumpida y convulsionada ayer por la tarde. Un grupo de casi de 70 padres de niños que asisten al establecimiento se congregaron en la puerta; enfurecidos, fuera de sí y reclamando por un supuesto abuso sexual perpetrado por uno de los celadores contra una nena de 4 años. La familia de la niña -que asiste al lugar- radicó la denuncia y de inmediato el hombre quedó aprehendido en la comisaría 15 de ese departamento del Valle de Uco, hasta tanto se resuelva su situación.
El día después de este alzamiento -que implicó el traslado de un centenar de policías de Infantería para controlar la situación- transcurre con un poco más de calma, aunque con el mismo dolor e incertidumbre. De hecho, y aunque las clases no han sido suspendidas; los adultos han decidido no dejar a los chicos en las salas de 4 y 5 años. Y en el establecimiento están únicamente los docentes y personal administrativo.
"La situación por el momento está tranquila. Más temprano vino un grupo de entre 20 y 30 padres a pedir explicaciones, pero están más tranquilos que ayer. Los ánimos están más calmos, pero lo cierto es que los padres vienen a pedir respuestas que no tenemos. Esa es la realidad", destacó la delegada de la DGE en el Valle de Uco, Silvia Cornejo.
Sin antecedentes
Cornejo destacó que el celador -se reserva su identidad- sigue detenido en la comisaría y que existe una denuncia radicada en la fiscalía, hecha por la familia de la niña presuntamente abusada.
"El celador está detenido y seguirá así hasta que la Justicia lo disponga. Mientras tanto, seguirá separado de su cargo hasta tanto finalice el proceso judicial y la Justicia se expida sobre su culpabilidad o inocencia", destacó Cornejo, quien aclaró que no volverá al jardín en caso de recuperar la libertad.
La funcionaria escolar destacó que previo a la denuncia reciente, no existía ningún antecedente o acusación similar contra el trabajador. "No había ninguna acusación, nada. En absoluto. Todo lo contrario, ya que de acuerdo a lo relatado por la gente que trabajaba con él, su conducta y accionar siempre habían sido correctos", resumió Cornejo.
La delegada regional insistió además en la necesidad de tratar públicamente el tema de forma mesurada, para preservar la integridad física y psíquica de la niña y de los involucrados. Y para reservar el derecho de los niños.
"Los directivos del establecimiento actuaron bien. Aplicaron el protocolo de forma adecuada, se preservó la integridad de la niña y han tenido todo controlado. No han dejado nada librado al azar. Ayer debió movilizarse a la Policía porque se pidió protección, pero fue a raíz de los disturbios ocasionados por los padres, quienes estaban poniendo incluso en peligro a los propios chicos", sostuvo.
El jardín 0-133 -ubicado a pocas cuadras del microcentro tunuyanino- tiene una matrícula de 310 chicos distribuidos en salas de 4 y 5 años. Esta mañana, más allá de los padres que llegaron a pedir explicaciones, solo un par de adultos llegaron con sus hijos; pero decidieron no dejarlos en el lugar (aunque todo el personal asistió con normalidad).
La expectativa está puesta ahora en saber qué ocurrirá con el turno tarde, más teniendo en cuenta que fue en este turno en que se sucedieron los incidentes de ayer.
