A horas de escuchar la decisión de los jueces de concederle la prisión domiciliaria, Julieta Silva volvió a su casa y dejó el penal de San Rafael, donde estuvo prisionera desde el 10 de septiembre pasado.
Esta tarde se realizó la audiencia de apelación de la prisión preventiva por el caso Fortunato, el rugbier que murió arrollado por su novia el 9 de septiembre pasado a la salida del boliche "La Mona".
La primera Cámara del Crimen de San Rafael resolvió mantener la prisión preventiva de la imputada pero con la modalidad domiciliaria. Este había sido un pedido de la defensa encabezada por Alejandro Cazabán, ya que Silva tiene hijos pequeños.
El tribunal solicitó a la fiscal de la causa que se realice una nueva imputación por homicidio culposo agravado y, alternativamente, por homicidio simple con dolo eventual.
Alrededor de las 19, Julieta Silva fue escoltada desde la cárcel sureña en donde estaba recluida hasta su casa.
Los Andes pudo captar el momento en el que, acompañada por efectivos del Servicio Penitenciario provincial, ingresaba a la vivienda donde esperará el juicio por la muerte de su novio. Con sólo unos bolsos y ya sin lágrimas en sus ojos, como los mantuvo hasta en la audiencia, la mujer de 29 años quedó en la casa que será su prisión.