Así festejaba Mendoza el 9 de Julio hace más de 100 años

Algunos rasgos de la provincia que hace más de un siglo saludaba a la Patria.   

Así festejaba Mendoza el 9 de Julio hace más de 100 años
Así festejaba Mendoza el 9 de Julio hace más de 100 años

La "remolienda" era un festejo típico de origen chileno que se daba en el marco de la vendimia. Abarcaba un plazo de dos días durante los que no se trabajaba. Los vendimiadores se entregaban al jolgorio y los festejos a lo largo de aquellas 48 horas. A principios del siglo XX el término fue adoptado por los mendocinos para referirse a los festejos patrios. Práctica que se mantuvo durante algunos años.

En 1900 la revista Caras y Caretas describió aquellas fiestas en el marco del 9 de julio en Mendoza. Se llevaban a cabo en diversos lugares, uno de ellos es la actual zona del Área Fundacional. En aquél “antiguo camino de carreras criollas –leemos-, se alzan una serie de cobertizos de rama que forman calle y que son los típicos «bodegones» o sea la famosa carpa de romería.

El 25 de Mayo y el 9 de Julio son los días clásicos de las remoliendas, y el pueblo concurre a ellas a beber a bailar y a comer en honor de los héroes guerreros de su predilección. Los nombres de San Martín y de Belgrano se unen a las notas expresivas de la cueca o del gato. El vino corre, las mujeres se brindan a la danza característica de la tierra del poncho corto y del calzón «cribado», y las empanadas ofrecen su vientre rechoncho a la glotonería de los que no se cuidan de amoríos”.

Los festejos formales ya eran parte de la parafernalia política y educativa. El gobernador de turno -acompañado por sus ministros y los legisladores- asistía al fastuoso Tedeum oficiado en la iglesia de San Francisco o de San Nicolás. Luego presenciaban el desfile por la calle San Martín.

En la mayoría de las escuelas los actos eran como en la actualidad. Los niños realizaban con esmero diversos números ante la mirada amorosa de sus familiares, que aplaudían con orgullo.

La beneficencia no faltaba a la cita. Se buscaba que todos pudiesen festejar, por lo cual diversos sectores u organizaciones entregaban regalos a los humildes. Los empleados del matadero, por ejemplo, distribuyeron en 1911 tarjetas para recoger carne y pan gratis. Paulatinamente el deporte se incorporó a las citas patrias. A partir de 1912 hay registros de enfrentamientos futboleros interprovinciales a modo de festejo.

Estos son solo algunos rasgos de la Mendoza que hace más de 100 años saludaba a la Patria.

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