"Se la tenían jurada, tenía broncas por todos lados". Con esas palabras familiares de Diego Martín Riquelme (37) describieron la vida de este hombre, asesinado el fin de semana pasado en Guaymallén. El cuerpo fue encontrado con múltiples heridas en un descampado y los investigadores tratan de identificar a los sujetos con los que la víctima habría tenido conflictos.
El cadáver fue hallado la mañana del sábado por un grupo de albañiles que trabaja en una obra cercana al callejón Antonelli, en Buena Nueva. Estos hombres fueron a tirar escombros en un baldío y advirtieron que había una persona muerta. El llamado al 911 y la llegada de la Policía al lugar permitieron confirmar que estaban ante un crimen. Riquelme presentaba varios cortes y la marca de un fuerte golpe en la cabeza. Incluso a pocos metros había una piedra con manchas de sangre.
En el inicio de la pesquisa se le tomó declaración al círculo íntimo del occiso y los mismos parientes revelaron que tendría problemas por temas de droga. También tenía deudas y algunas disputas más relacionadas a los estupefacientes, "con gente del Bajo Luján y de barrios de Guaymallén", precisó una fuente.
Además de su vínculo con las drogas, Riquelme estaba señalado por muchos robos en la zona. El hombre vivía en un asentamiento colindante al barrio Suyai y casi todos sus vecinos lo responsabilizaban ante cada hecho de inseguridad.
Aparentemente había generado malestar en varias personas y quienes lo atacaron descargaron toda la ira. Muestra de esto son los numerosos cortes que le provocaron, los golpes que le dieron y el piedrazo que le asestaron en la cabeza para rematarlo.
Los pesquisas tienen claro que Riquelme era un sujeto con diversos enfrentamientos, aunque aún no logran identificar quién pudo atacarlo. Respecto a esto, en el expediente todavía no hay testigos presenciales.
La víctima vivía junto a sus hermanas. Tenía dos hijos pero estaba separado de su pareja, ya que lo habían denunciado por violencia de género. El viernes en la tarde lo vieron salir de su casa solo y horas después -sería en la madrugada del sábado- lo mataron. "Se tenía que cuidar cada vez que salía", aseguró un familiar. El caso lo investiga el fiscal Gustavo Pirrello.