Especialistas en Salud Mental sostienen que la pandemia puede generar estrés postraumático. Las tensiones a que se ven sometidas las personas en este contexto, pueden exceder su capacidad de respuesta e implicar una afectación transitoria o pasar al plano de lo patológico.
Un informe del Observatorio Clínico de Salud Mental y Adicciones de la Universidad de Belgrano así lo advierte: "Algunos médicos comenzamos a encontrar en nuestra especialidad particular, la psiquiatría, que la vivencia y la experiencia de la pandemia por COVID-19 afectaba a nuestros pacientes de manera peculiar. Sentimientos variados como ansiedad, miedo y angustia son cotidianos".
Expresa además: “Aquellos que presentan alguna vulnerabilidad previa muestran síntomas floridos, ideas obsesivas intrusivas y recurrentes, reacciones de estrés aguda y síntomas autonómicos simpáticos antes de salir de casa o previo a subirse a un transporte público. En pacientes con patologías más graves, descompensación o desestabilización, síntomas psicóticos o ataques de pánico.”
El informe "Trauma en épocas de COVID-19" estuvo a cargo de la psiquiatra Delfina Lahitou Herlyn.
Pero ya la Organización Panamericana de la Salud había comunicado sobre el impacto de las epidemias en la psiquis. "Una epidemia de gran magnitud implica una perturbación psicosocial que puede exceder la capacidad de manejo de la población afectada. Puede considerarse, incluso, que toda la población sufre tensiones y angustias en mayor o menor medida. Así es que se estima un incremento de la incidencia de trastornos psíquicos (entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta podrá sufrir alguna manifestación psicopatológica, de acuerdo a la magnitud del evento y el grado de vulnerabilidad)", expresa.
Es parte del informe "Protección de la salud mental en tiempos de epidemias" que además señala que muchas personas pueden enfrentar una crisis, definida esta como aquella situación generada por un evento vital externo que sobrepasa la capacidad emocional de respuesta de la persona. En definitiva, sus mecanismos de afrontamiento le resultan insuficientes y se produce un desequilibrio e inadaptación psicológica.
"El estrés postraumático (o algunas manifestaciones sintomáticas de este cuadro) es un trastorno de tipo tardío o diferido que aparece como consecuencia de acontecimientos excepcionalmente amenazantes o catastróficos; la vivencia de una epidemia de gran magnitud, especialmente en personas que han experimentado pérdidas importantes puede ser causal de síntomas de estrés postraumático", afirma.
De todas formas aclara que no todos los problemas psicológicos y sociales que se presentan podrán calificarse como enfermedades. Por el contrario la mayoría serán reacciones normales ante una situación anormal.
Los más vulnerables
La entidad subraya cuánto mayor es el impacto para los sectores más vulnerables: "Los efectos en la salud mental, generalmente, son más marcados en las poblaciones que viven en condiciones precarias, poseen escasos recursos y tienen limitado acceso a los servicios sociales y de salud". En este sentido hay que tener en cuenta el escenario con que Argentina afronta la pandemia del nuevo coronavirus: con alrededor de 40% de pobreza en su población, salarios deprimidos respecto de la inflación con consiguiente pérdida de poder adquisitivo y el notorio impacto que se está observando que la infección está teniendo en los barrios populares de Buenos Aires. Habrá que ver cuánto, en una situación de emergencia sanitaria, se atiende la salud mental de estas personas.
Médicos de salud laboral y psicólogos ya advierten casi desde el inicio que reciben más consultas por trastornos de sueño, digestivos, dolores y de otra índole producto de las condiciones del contexto. De hecho, asociaciones de estos profesionales, municipios e incluso el gobierno de Mendoza comenzaron a prestar servicios de acompañamiento psicológico telefónico al detectar esta necesidad en la población.
Trastornos
La PAHO advierte que algunas manifestaciones psíquicas pueden considerarse respuestas esperables y transitorias ante las experiencias traumáticas vividas, también pueden ser indicadores de que se está pasando hacia una condición patológica.
“Algunos criterios para determinar que una expresión emocional se está convirtiendo en sintomática son: prolongación en el tiempo, sufrimiento intenso, complicaciones asociadas (ejemplo, conducta suicida), afectación significativa del funcionamiento social y cotidiano” detalla la entidad.
Luego explica que los trastornos psíquicos inmediatos más frecuentes son los episodios depresivos y las reacciones de estrés agudo de tipo transitorio. Señala que ocasionalmente también se ha observado el incremento de las conductas violentas, así como el consumo excesivo de alcohol. "Entre los efectos tardíos se reportan duelos patológicos, así como depresión, trastornos de adaptación, manifestaciones de estrés postraumático, abuso del alcohol u otras sustancias adictivas y trastornos psicosomáticos. También los patrones de sufrimiento prolongado se manifiestan como tristeza, miedo generalizado y ansiedad expresados corporalmente, síntomas que con frecuencia adquieren un carácter grave y de larga duración".
Las personas sienten un estado de malestar y alteraciones emocionales que afectan su vida social y su capacidad de adaptación.
Factores que influyen
Por otra parte, Lahitou Herlyn enumera aquellos factores que inciden en esta situación y que llama “predictores de trauma”:
* la mayor pandemia en más de cien años;
* el aislamiento de los pacientes en los hospitales, cuando resultan sospechosos o reciben un resultado positivo para COVID-19, quedan sólo en contacto con el personal de salud que utiliza severas medidas de protección;
* el miedo a la muerte por síndrome respiratorio agudo severo;
* el pobre entendimiento del mecanismo de contagio y la consecuente incertidumbre;
* las declaraciones de cuarentenas por parte de los gobiernos generan preocupación acerca de la extrema gravedad de la situación vivida, y
* el confinamiento y aislamiento social.