El Ministerio de Defensa ruso dijo hoy que no se hallaron señales de daños por explosión en los restos del avión militar ruso que cayó al mar Negro hace cinco días con 92 personas a bordo y sin sobrevivientes, pero agregó que no se descarta la hipótesis de un atentado, aunque no es una de las más firmes.
Pese a que los datos recogidos por la "caja negra" instantes antes del siniestro permiten concluir que no hubo explosión a bordo, sí pudo existir un fallo mecánico provocado de forma intencionada, explicó hoy en rueda de prensa el jefe de seguridad de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Serguei Bainetov.
Pese a esto, la versión del atentado no es una de las prioritarias, aclaró, horas después de que el gobierno ruso diera por concluidas las tareas de rescate en la zona de mar Negro donde se encontraron los restos del avión, un TU-154.
"Cada accidente aéreo tiene muchos aspectos. No se puede hablar de una, ni siquiera de dos causas de este suceso. Las causas se sitúan tanto en el ámbito del factor humano, como en las condiciones técnicas y las condiciones externas", apuntó Bainetov.
En tanto, la comisión creada por el gobierno para investigar el siniestro dijo hoy que, al comienzo de su tarea, manejaba más de 15 versiones de lo sucedido, pero tras un primer análisis de las dos "cajas negras", halladas esta semana, las posibilidades se han reducido a siete, incluido el atentado.
Aunque las primeras conclusiones oficiales sobre las causas de la tragedia no se darán a conocer al menos hasta dentro de un mes- como anunció hoy la comisión de investigación- sí se ha confirmado que hubo un fallo técnico instantes antes de que el avión se precipitara al mar.
"Es obvio que hubo un fallo técnico, pero sus causas deben ser aclaradas por los expertos" que trabajan con las "cajas negras" y con los restos de la aeronave recuperados del agua, aseguró el ministro de Transportes ruso, Maxim Sokolov. Bainetov precisó que habrá que esperar "al menos 30 días" para poder contar con las "conclusiones definitivas" sobre las circunstancias del accidente, informó la agencia de noticias EFE.
A bordo de la aeronave siniestrada el domingo pasado, además de sus ocho tripulantes, viajaban 64 miembros de la agrupación de coro y danza Alexándrov del Ejército ruso, periodistas, militares, dos funcionarios y la famosa doctora Elizaveta Glinka, presidenta de una fundación humanitaria.
Los artistas militares viajaban a Siria para ofrecer un concierto de Año Nuevo en la base área de Hmeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra que bombardean a grupos rebeldes que quieren derrocar al gobierno y que han amenazado a Moscú con represalias.
El Tu-154 militar ruso se estrelló en aguas del mar Negro instantes después de despegar del aeropuerto de la ciudad balneario de Sochi, donde hizo una breve escala para repostar combustible.
También hoy, los servicios de emergencias rusos dieron hoy por terminada la operación de rescate en la zona del mar Negro donde se estrelló el avión y dijeron haber encontrado 20 cuerpos y los restos de la mayoría de los muertos.
"La fase activa de la búsqueda" de restos humanos y fragmentos del aparato siniestrado "ha concluido", informó un portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencias ruso citado por la agencia de noticias rusa Interfax. Los buzos han logrado rescatar del agua "los cuerpos de 20 personas y los restos de casi todos los fallecidos", la mayoría de los cuales quedaron destrozados en el siniestro, explicó a Interfax una fuente del operativo de rescate.
Los últimos datos oficiales, ofrecidos ayer por el Ministerio de Defensa, hablan del rescate de 239 fragmentos de cadáveres, para cuya identificación será necesario un análisis de ADN cotejado con muestras genéticas de sus familiares.