Fue el mejor de todos. Y lo demostró siempre. Disputó 24 partidos, ganó 21 y perdió sólo tres. Por algo, logró el ascenso a la Superliga. Estamos hablando de Andes Talleres Sport Club, campeón del Torneo Apertura Nivel I.
Más allá de las estadísticas, que resultan totalmente favorables, el Matador tuvo que trabajar, sudar y sufrir mucho, para poder cortar las redes. En la llave semifinal, eliminó a Banco Mendoza B por 2-0, pero ambos encuentros los definió en suplementario. Lo mismo sucedió en el primer cruce de la serie final contra el Club Obras (equipazo). Ganó 89-88 en dos tiempos extras.
En la revancha, otra vez estuvo contra las cuerdas, ya que en el segundo cuarto, llegó a perder por 8 puntos y en el tercer parcial, sólo marcó 8 puntos. Sin embargo, el Matador recuperó la memoria. Se hizo gigante. Y sacó a relucir esa “escuela de básquet que marcó una historia en el deporte provincial”. Con una defensa muy fuerte, anuló a los jugadores desequilibrantes de la Gotita. Y con la experiencia y paciencia que mostraron jugadores claves como Bardini (volvió al club y recuperó su mejor versión) y Delmonte, Talleres, metió un parcial de 19-4 en los últimos 10 minutos y liquidó la historia (ganó 58-46) y se adueñó del único ascenso directo a la Superliga.
El club más ganador del basquetbol de Mendoza, desde la unificación de las asociaciones en 1968 (14 títulos anuales) volvió a sonreír. Recuperó su lugar. Y la clave estuvo en que respetó la base del plantel del año anterior, donde realizó un excelente torneo Apertura, pero luego en el Clausura perdió la categoría.
Una mezcla perfecta de juventud y experiencia. Jugadores con un sentido de pertenencia único como Introna, Wilde, Castellino, Mauras, Gsponer, Cáceres, Ruiz y Nicastro. Otros, llegaron al club y son como esos hijos que adopta el corazón:Bardini, Delmonte, Quintana, Agüero, Frisón, Pino. Más el aporte y la experiencia de Galarza y Gallo, quienes sumaron adentro y afuera de la cancha. Palabras aparte para el DT, Eduardo Nicastro, un tipo que siente la camiseta como pocos y lo demostró en cada juego. Volvió el Matador, volvió un grande...