Ayer a las cuatro de la mañana, los integrantes de la Patrulla Rural de la policía divisaron una camioneta Peugeot 504 que estaba siendo consumida por las llamas en la zona del basural del departamento de Guaymallén.
Llegaron a tiempo para que el vehículo no se quemara del todo. En la gaveta de la Peugeot dieron con la documentación y la dirección del titular: no quedaba muy lejos (a menos de un kilómetro de donde estaba la camioneta) y hacia allá fueron.
La casa señalada quedaba en Callejón Ortega, de Puente de Hierro, Los Corralitos, Guaymallén. La morada, al igual que la camioneta, estaba en llamas. Antes de llamar a los bomberos, dos policías alcanzaron a ingresar a la vivienda, donde dieron con el dueño de casa, Leonardo Segura (80), quien estaba en el piso maniatado a una silla y atado de pies y manos; "además presentaba algunos golpes en la cabeza", acotó una fuente policial consultada.
Como aún estaba con vida, Segura fue trasladado hasta el micro hospital de Los Corralitos, pero el hombre llegó muerto. "Tal vez hayan sido los golpes, o alguna intoxicación con humo; la necropsia lo dirá", siguió la misma fuente.
Lo concreto es que cuando los familiares de Segura llegaron a la casa quemada parcialmente, indicaron que al propietario le faltaban varios elementos: un DVD, una heladera, dos rifles (uno de aire comprimido y otro de fuego), dinero y una buena cantidad de ropa. El fiscal del caso, Jorge Calle, de la Oficina Fiscal 9, caratuló el hecho como averiguación de homicidio.
La pesquisa
Hacia la mañana de ayer, algunos familiares de Segura indicaron ante los medios de prensa que meses atrás, el dueño de casa había sacado "a balazos" a una banda de ladrones que había intentado asaltarlo.
Con estos datos, en la cabeza de algunos pesquisas se posó la idea de que el móvil -más allá del robo que se perpetró- puede haber tenido que ver con una suerte de venganza por parte de los matadores.
"Es una posibilidad que no se descarta, pero (solo) es una de las posibilidades", soltó el detective consultado.
De hecho, una de las pistas que se siguen con más ahínco tienen que ver con aquel hecho
Según indicaron los familiares de la víctima fatal, Segura vivía en esa casa desde hacía más de 50 años. Tenía cuatro hijos y su esposa vive con uno de ellos por los cuidados que necesita debido a un grave problema de salud. El hombre asesinado era jubilado como trabajador de la Municipalidad de Guaymallén.
