"¿Cuantos años me dieron?", dijo ayer Jorge Chirino (31) inmediatamente después de escuchar que lo habían condenado a 17 años de cárcel, sin dar crédito a la dura sentencia que leía la relatora de la Segunda Cámara del Crimen.
Cuando el juez José Valerio le repitió la pena, el hombre no dijo nada y esperó que un carcelero empujara la silla de ruedas en la que se mueve, ya que en junio del año pasado recibió algunas heridas durante una riña en el penal San Felipe.
Chirino fue condenado por haber asaltado durante diciembre de 2012 y diciembre de 2013 a unos ocho taxistas y remiseros. Siempre llevaba un arma y, en algunos casos, la utilizó, llegando a disparar 12 balas durante un atraco.
En los alegatos, el fiscal de Cámara Darío Tagua pidió una pena de 22 años por los ocho casos de robos agravados por el uso de arma y también por tenencia de arma. La sumatoria de las penas mínimas correspondientes a todos estos delitos llega a los 46 años y las máximas a los 152 años.
El defensor público Rafael Manzur había solicitado en su alegato una pena de seis años y ocho meses de prisión, aceptando que su defendido había realizado algunos de los robos en cuestión.
Finalmente, el juez Valerio optó por una pena inferior a la solicitada por el fiscal.
Un especialista
Durante el debate quedó claro que en diciembre de 2012 algunos taxistas y remiseros comenzaron a denunciar robos de características similares y con parecidas descripciones del atracador.
El ladrón actuaba y luego dejaba pasar unos días entre los robos. Todos los iniciaba sobre calle San Martín Sur de Godoy Cruz. Allí abordaba un vehículo y le decía al chofer que quería ir hasta las inmediaciones del barrio Campo Papa. Entonces, cuando se acercaban a destino, sacaba una pistola plateada y los apuntaba, se alzaba con el dinero y huía.
En al menos cuatro oportunidades disparó su arma y las vainas quedaron dentro de los vehículos. Tras varios cotejos, los peritos descubrieron que esas vainas se habían disparo de una misma pistola.
Además, en uno de los autos se halló una huella que lo delató. Pero uno de los aportes más significativos lo hizo el chofer de un taxi que durante el asalto logró sacarle una foto con su cámara de seguridad.
Todas estas pistas permitieron que el 24 de enero del año pasado Chirino fuera detenido tras un allanamiento realizado por personal de la Unidad Investigativa de Godoy Cruz en su casa de la manzana "M" del barrio El Cardenal, ubicado a unas quince cuadras del Campo Papa.
En ese sitio, la Policía halló el arma de fuego con la que realizaba los asaltos: una pistola Bersa calibre 22 de color plateado con cachas de color negro y cuatro proyectiles del mismo calibre. Además se encontró una riñonera similar a la que, según declararon sus víctimas, usaba para esconder el arma.