La audacia de un joven delincuente que saqueó una tienda a plena luz del día no pudo contra su mala suerte y terminó costándole caro cuando eligió el patio de la casa de un policía para esconderse con el botín.
Aprovechando la quietud del centro alvearense el domingo a la siesta, Nahuel Amaya (19) domiciliado en el callejón Echeverría y con varios antecedentes en su haber, tomó un trozo de escombro y arremetió contra una de las vidrieras laterales de la Tienda Quesada, ubicada sobre la avenida Alvear Oeste y Ameghino, a sólo cuatro cuadras de la Seccional 14, sobre la misma vereda.
Aunque se lastimó la mano en el proceso y comenzó a sangrar profusamente, Amaya no se amedrentó y tentado por la gran cantidad de prendas que había dentro ingresó el torso y se alzó con un buen número de pantalones, remeras y otros objetos que estaban en exhibición al alcance de la mano.
Luego emprendió por la huida a pie por calle Ameghino hacia el sur, pero un vecino que observó todo ya había alertado al 911 y las patrullas que llegaban a toda velocidad estaban a punto de atraparlo.
Decidido a escapar a toda costa el joven apuró el paso y torció hacia el este por Intendente Morales y al verse acorralado lanzó los bultos por encima de un tapial a mitad de cuadra, para luego introducirse él mismo dentro de la propiedad, en un intento por despistar a sus perseguidores.
Pero la fortuna otra vez le fue esquiva y terminó dando con el patio de la casa de un policía al que el ladrón prácticamente "le cayó del cielo" como bromearon algunos uniformados.
El efectivo lo redujo y avisó a sus compañeros que, forcejeos mediante, terminaron por meterlo en un móvil y lo trasladaron hasta los calabozos de la Comisaría 14 donde quedó alojado a disposición del IV Juzgado de Instrucción de Alvear que le imputó el delito de robo agravado, por el que fue indagado ayer mientras espera que el magistrado resuelva su situación procesal.
Todo lo que Amaya logró sustraer de la tienda fue restituido a su propietario el mismo domingo.
Experto en robos
Con más de 20 saqueos a cuestas en la última década, Adolfo Quesada (61), el dueño de TQ, ya puede considerarse un experto "de hecho" en materia delictual. Eso sin contar el aprecio que le tienen los vidrieros del departamento, que cuando lo ven llegar ya van preparando los cristales para reemplazar los que le rompen periódicamente para robarle alguna prenda de vestir.
"Si tengo que poner rejas en un local de la cuadra 1 de la principal avenida de Alvear, me voy del país" enfatizaba el comerciante en abril de 2011 a Los Andes, y reclamaba mayor presencia policial en las calles.
Tres años después, aunque todavía no se resigna a colocar rejas en el frente de su negocio, ya debe estar consultando los precios de vuelos al exterior.