Arturo Lafalla fue un protagonista clave de la democracia en Mendoza, no sólo por haber sido gobernador; recordemos que también fue vicegobernador de José Bordón.
También fue un activo miembro -junto con Bordón y Gabrielli- de la línea interna Naranja del peronismo, la que gobernó durante 12 años en Mendoza.
Se diferenció de los ex gobernadores porque cuando pasaron 10 años de haber dejado el sillón de San Martín, publicó un libro en el que cuenta su testimonio sobre su gobierno, algo que debería ser obligatorio para todos los gobernadores que dejan el poder. Lector apasionado sobre distintos temas, reflexiona sobre diferentes temas relevantes.
-Le tocó gobernar durante la época del menemismo y las privatizaciones.
-Sí, primero aclaro que ninguna de las decisiones que tomé me las impuso nadie, me puede haber influido el clima de época seguro, a eso no le escapa nadie, pero tomé las decisiones entendiendo que era lo mejor en ese momento. Presiones tuve y el gobernador vive sujeto a presiones y no se puede quejar de eso. Mi gran error con Menem fue otro. En el ‘97 perdimos la elección de medio término y se hizo una reunión en Olivos para analizar las causas con el propio Menem. La reunión era para analizar por qué se perdieron las elecciones por primera vez desde el ‘89. Yo llevaba un cuadrito que indicaba que en el ‘95 la gente votó con la memoria del ‘94 en donde la pobreza estaba en el 24%, había bajado del 50% como resultado de la híper de Alfonsín, y el país crecía al 6-7%. En el ‘97, el país estaba creciendo nuevamente pero la pobreza aumentaba, se produjo un quiebre perverso en el proceso que había comenzado bien, lo que indicaba que el modelo era inviable. Afirmé entonces muy convencido que íbamos al más estrepitoso fracaso que era el incremento de la pobreza a pesar del crecimiento económico. Varios de los presentes me felicitaron por el aporte. Menem me dijo ‘Arturo, eso sólo pasa en Mendoza, el resto del país es diferente’. ¿Qué hice yo? Me callé, al igual que los demás. ¿Qué debí haber hecho? Salir a los medios y mostrar el cuadro y explicarles a los argentinos y mendocinos por qué me enfrentaba a la política del gobierno. Ése fue mi máximo error político. Eso hubiera significado también decirle a mis compañeros lo que había que hacer. No sé cómo me hubiera ido, pero creo firmemente que para eso tenemos gobernador, para pelear en la Nación las políticas que creemos equivocadas para nuestros gobernados.
-¿Qué consejo le daría a los gobernantes que están y a los que vendrán?
-Que la principal tarea, además de administrar bien el Estado provincial, lo que implica el equilibrio fiscal, educación para todos y de calidad, igual para la salud, seguridad que no es poco; hay una tarea que no está en la constitución ni en la ley y es discutirle al poder central las políticas que hacen al bienestar de los mendocinos, esto es más que ir a pedir fondos para un puente o un dique, es ir a pedir que no haya inflación, que los salarios sean dignos, que la producción se exporte, es ir a discutir las medidas estructurales. El gobernador está para ir y dejar su caballo en la Plaza de Mayo y no volverse hasta que el gobierno no modifique las políticas macro y si no morir en la pelea.
-¿Se puede?
-Se debe, porque eso hace que tengamos gobernador; si no, tenemos intendentes o delegados federales. El actual gobernador dice que la provincia está bien, ¿y qué es lo que está bien? ¿El funcionamiento de un Estado que se lleva casi el 25% del Producto Bruto Provincial cuando en los noventa no alcanzaba al 10%? Mendoza no es sólo el Estado. Los trabajadores de Mendoza no son sólo los empleados públicos. La pobreza, la inflación, las tasas de interés, la recesión, la presión impositiva; ésos son los problemas de Mendoza, y eso no está bien, está muy mal. Gobernar la provincia no es sólo que funcione el aparato del Estado, pagar los sueldos y recaudar, eso es ser intendente y no es peyorativo de los intendentes, es entender los distintos niveles de responsabilidad institucional que tiene cada cargo. Gobernar es hacerte cargo de los sueños y pesares de los mendocinos y no de los 100 mil estatales. Insisto, está bien que sean eficientes en el orden del Estado, pero eso no alcanza.
-¿Cómo ve la institucionalidad en Mendoza?
-Estamos mejor que buena parte del país, pero lamentablemente no hemos mejorado, al contrario. Está bien que no se pueda reelegir al gobernador y es importante que no tengamos un Comodoro Py; Comodoro Py no tiene toda la culpa, pero tiene mucho que ver con la impunidad, es lo peor de nuestro sistema judicial. Tuvimos durante el período democrático hasta hace poco una Corte que estuvo a la altura de las circunstancias, el pilar fue Aída Kemelmajer y la acompañaron otros miembros que le dieron equilibrio y racionalidad. Esa institucionalidad se dañó cuando tanto Jaque como Cornejo designaron como nuevos miembros a conspicuos militantes de sus respectivos partidos, y además, ministros de Gobierno de sus gestiones. En esto no tienen nada que ver las dos personas ni sus cualidades personales o aptitudes para el cargo, sino que designen a su ministro político, uno firme militante justicialista y el otro radical. Recuerden, Alfonsín le ofreció la presidencia de la Corte a Luder, su rival peronista en la elección del ‘83. No hemos aprendido nada. Se quejaban de Menem que decía con desparpajo que había que nombrar jueces amigos, siguiendo los consejos del Viejo Vizcacha, y hacen exactamente lo mismo. También afecta la institucionalidad la morosidad judicial. Cornejo ha tomado medidas acertadas con las reformas de los Códigos que hay que apoyar y profundizar.
Hay impunidad grande en materia penal donde si bien no hemos tenido escándalos de la magnitud de la Nación, han habido casos en los que la justicia penal debería haberse sacado la modorra. Creer que aquí no pasa nada es una ingenuidad.
En independizar los controles estatales del poder político de turno hemos también retrocedido. En el caso de la Fiscalía de Estado, puse a Giordano como titular, quien se desafilió de la UCR para asumir. Sabía quién era, fue un duro, nos volvió locos a todos los funcionarios, así debe ser. Los controles son clave para la democracia y la institucionalidad. En esa misma Fiscalía de Estado estuvo luego Joaquín De Rosas con Jaque y terminó destituido por juicio político. Pérez nombró a un ex senador del PJ, Simón, es brillante intelectualmente pero al pertenecer a uno de los sectores de la política se duda de su imparcialidad. Cornejo hizo lo mismo, y al dividir las funciones de la fiscalía puso como fiscal también a un ex legislador radical. Entonces insisto, la dirigencia no ha entendido nada. Vale recordar aquí que Bordón creó apenas asumido el primer Consejo de la Magistratura autolimitando la discrecionalidad del Gobernador para designar jueces, ése era el camino.
El equipo de los mendocinos
-Con Bordón y Gabrielli llegaron a gobernar la provincia durante 12 años y formaron el famoso "equipo de los mendocinos". Eso no volvió a suceder en Mendoza ni en el justicialismo.
-Creo que ayudó a ese proceso el que todos habíamos pasado por la realidad socio-económica ejerciendo nuestras profesiones. Además, incorporamos a ciudadanos no embanderados políticamente, empresarios, economistas e intelectuales, lo que permitió armar un equipo de gobierno muy amplio con el firme liderazgo de Bordón pero muy participativo. Nos animamos a realizar las reformas del Estado más importantes que se hicieron en el período democrático y que ayudaron a equilibrar las finanzas del Estado.
Se privatizó Giol -hoy Fecovita- que le producía al Estado un 3 ó 4% de su déficit.
Transferimos luego la Caja de Jubilaciones de los empleados públicos, que producía un 6% del déficit fiscal y por fin los bancos que ocasionaba un 5 ó 6%. Cuando terminamos el período de 12 años, los últimos cuatro años fueron con déficit cero a pesar que quedó una deuda de mil millones por los bancos. Si sumamos, sacamos cerca del 15% del déficit estructural del Estado. Gracias a esas reformas, realizamos la obra emblemática que es Potrerillos sin tomar deuda.
Perfil
Nombre y Apellido
Arturo Lafalla
Profesión
Abogado
Fue docente de la Universidad Nacional de Cuyo, vicegobernador de Mendoza cuando José Bordón fue gobernador entre 1987 y 1991, fue diputado nacional entre 1993 y 1995 y Gobernador de Mendoza entre 1995 y 1999.
Al dejar la gobernación volvió al Congreso Nacional como diputado entre 1999 y 2003. Actualmente, se desempeña como abogado.
Los presidentes
Raúl Alfonsín
“Un gran demócrata en los dichos y hechos, una pésima gestión económica, gestó la primera gran crisis de la democracia.”
Carlos Menem
“Nos sacó de la crisis, insertó a la Argentina en el mundo, vinieron inversiones pero tenía menosprecio por la profundización de la república y gestó parte de la segunda crisis.”
Fernando De La Rúa
“Intrascendente. Profundizó la crisis que heredó habiendo podido evitarla.”
Eduardo Duhalde
“Piloto de tormentas. Se lo tragó la tormenta.”
Néstor Kirchner
“Tuvo un muy buen comienzo, nos sedujo a muchos. Si terminaba en el primer mandato otra habría sido la historia.”
Cristina Fernández
“Gran liderazgo. Tiene una gran oportunidad histórica de generar una alternativa a Macri si renuncia a ser candidata y da explicaciones de su gestión.”
Mauricio Macri
“No entendió el momento que le tocó. Implementó viejas y fracasadas recetas con las consecuencias que padecemos todos los días.”