Tras 3 décadas, el hombre fuerte de Osde (Obra Social de Ejecutivos de Empresas) en Mendoza deja un sillón para ocupar otro: será responsable del principal proyecto de la empresa para los próximos tres años, convertirse en prestador directo. "Llegué en febrero de 1988. Pasaron más de treinta años", dice Erice.
-Y mucha agua bajo el puente...
-Por supuesto, pero con el orgullo y la satisfacción de haber cumplido con objetivos, algunos sueños, y sobre todo con proyección acerca de lo que hace Osde, brindar servicios al socio. También con la Fundación, que desarrollamos en los últimos veinticinco. Hay objetivos cumplidos y desafíos por delante.
-¿Como el sanatorio en Godoy Cruz?
-Es el proyecto más importante de Osde, que cuenta con un equipo de trabajo altamente calificado y más de 6 mil empleados. Esto se basa en tres patas: el socio, los prestadores y nuestra gente. Ahí está la clave.
-¿Qué balance hace de las tres décadas?
-Me permitió conocer a mucha gente que necesitaba nuestros servicios y darles respuesta. Y poder desarrollar actividades en beneficio de la comunidad, con temas educativos, por ejemplo. En mi primera oficina nació en el 93 Conin, un emprendimiento del doctor Albino que tomé a título personal y para Osde fue ejemplo de responsabilidad social empresaria.
-Le tocó vivir distintas épocas. ¿Cómo ve al sector?
-Siempre dije que la problemática no distingue salud pública y privada; es una sola. La clave es cómo articular una verdadera política de Estado en la materia para una mejor y mayor cobertura. El avance de la ciencia y la tecnología en los últimos treinta años ha sido notable: tuvimos la oportunidad de recibir al doctor Montagnier (Premio Nobel de Medicina 2008 por descubrir el VIH), se diseñaron terapias que antes no existían, y la industria farmacéutica nuevos medicamentos. Una conjunción para una mejor calidad de vida.
-¿Cuál considera que fue el momento más difícil?
-La híper del 89. Lo prioritario era la atención, dado que el precio de los remedios subía por hora. La clave estaba en el aprovisionamiento, y no esperar a que la farmacia dijera “no tenemos stock”. Afrontamos la crisis con todos los actores, y tuvimos buena respuesta, como hasta hoy.
Otro hito fue la desregulación de obras sociales de Cavallo. Aprovechamos para desarrollar el sistema binario: atención al profesional y al socio, descartando la intermediación, que encarecía y dañaba al sistema. Ha sido la base de los últimos 27 años; la gente supo apreciar la libre elección, sin trabas burocráticas para acceder.
-¿Cuándo se plantearon un límite en cápitas para no resignar calidad?
-Fue una inquietud de años, que hablamos con dos empresarios como Luis Menotti Pescarmona y Ernesto Pérez Cuesta: la necesidad de tener un centro hospitalario de vanguardia. Vimos que nuestro crecimiento enfrentaba limitaciones. Un reto de la organización, que nunca había sido prestadora y financiadora, y hace 3 años eligió Mendoza para la primera experiencia hospitalaria del país.
-Muchos señalan a Osde por gozar ventajas de obra social y operar como una prepaga. ¿Qué responde?
-Osde nació en el 71 como entidad civil sin fines de lucro, y sigue siéndolo con la prestación de servicios tercerizados y el principio de “subsidiariedad”.
-Al menos hasta que el sanatorio sea realidad...
-Así es. Pero, repito, es una sociedad civil sin fines de lucro que siempre se movió dentro de un esquema jurídico y cumpliendo con la normativa de la autoridad de aplicación, en su momento el INOS y hoy la Superintendencia de Servicios de Salud. Lo que ocurre es que nació vinculada a la Unión Industrial Argentina y luego fue ampliándose, con las necesidades del personal de las empresas. Así, la figura del socio adherente puede resultar característica de una prepaga. Hay un tema jurídico, por el cual seguiremos siendo obra social por ser nuestra naturaleza.
-¿Cómo está el acuerdo por la deuda que el Gobierno reclamaba a Osde?
-Nuestra posición es que un gravamen sólo es facultad del Congreso, no una medida administrativa. La consideramos inconstitucional y por eso recurrimos a la Justicia. Desde ese punto de vista sigue amparándonos el derecho, aunque está la realidad de lo político. Osde siempre cumplió sus obligaciones, y en 2017 se negoció con el Gobierno en defensa de los intereses de la obra social y de 2,2 millones de afiliados.
-¿El futuro pasa por contar con efectores propios?
-No necesariamente tenerlos modificará la estructura tripartita que mencioné. Los profesionales son la tercera pata, y sin ellos sería imposible prestar servicios. En Mendoza los tenemos de excelente calidad, que se han destacado más allá de nuestras fronteras. Además, nuestra ubicación geográfica nos posiciona en turismo médico: tenemos la infraestructura y recurso humano.
-¿Qué peso tendrá para la oferta del futuro sanatorio?
-Mucho, es una parte importante para poder desarrollarlo. Pero sobre todo para que el resto de la oferta se vaya para arriba, algo similar a lo que ocurrió con los hoteles 5 estrellas; hace 15 años llegó el primero y luego el resto, levantando la vara para otras categorías. Es un modelo perfectamente replicable.
-Hasta hace meses el proyecto estaba en suspenso. ¿Cambió el máster plan?
-Siempre estuvo en nuestro ánimo desarrollarlo, pero somos prudentes porque administramos recursos de terceros. Es probable que sea durante el próximo año, con fecha a definir en dos meses. Aprovechamos para rediseñarlo y definir aspectos tecnológicos, de financiación y de la circulación.
Tendrá 150 camas en una primera etapa y 50 en la segunda. Es una prueba de confianza en el país y depende de nosotros concretarlo.
-En ese contexto, ¿el negocio de la medicina va hacia la concentración?
-Creo que primero se necesita una política de Estado. No sé si concentración, pero se vienen oportunidades para instituciones y la aparición de una oferta integral de servicios, con especialidades y subespecialidades para todos.
La “guerra” con Swiss Medical: “Para la competencia, todo vale”
“Fue una acción desleal. Nostros veníamos negociando con el Gobierno (el plan de pago) antes de trascender mediáticamente. Pero nuestro competidor usó información confidencial para llevar agua a su molino”, asegura Erice en relación al conflicto que disparó Claudio Belocopitt, de Swiss Medical (2 del mercado), para forzar a Osde a pagar más de $ 8.000 millones al Estado.
-¿Lo hizo para favorecer su proyecto en el Español?
- Osde siempre ha sido líder del mercado, por buenas prácticas, respeto al afiliado y cumplir la palabra empeñada. La gente nos elige por servicio más que por precio. Para algunos competidores, todo vale; para nosotros, no.
-¿Fue el punto de quiebre?
- El resto de los competidores fueron solidarios porque vieron la actitud desleal. Con SM recuperamos en cierto modo la relación que debe haber.
Hay que hacer las cosas lo mejor posible para que el cliente nos siga eligiendo.
Perfil
Arturo Erice (66) es contador egresado de la UNC (1977) y MBA de la Universidad de Córdoba. "Nací en la bodega Arizu. Y allí trabajé entre 1978 y 1983, antes de pasar el grupo Cartellone", reseña. El vínculo con la medicina también es familiar: tiene un hijo neurocirujano y la menor es oftalmóloga. ¿Y el tiempo libre? "Ando a caballo y disfruto de mi casa en Potrerillos", confiesa.