Sembrar en tiempos donde nadie siembra, aportar un pequeño cambio para achicar la brecha de posibilidades de formación y perspectiva que tiene un actor en Mendoza, y que en un espacio confluyan distintos pensamientos, teorías y experiencias. Ese es el horizonte.
Un actor o actriz nunca deja de formarse, de buscar su camino y de fortalecer sus debilidades. Por eso, ante la necesidad que plantea la escena local, la actriz y directora Pinty Saba pensó en crear una nueva escuela artística en Mendoza, con una óptica amplia y abarcativa.
Algo que parecía utópico finalmente se hizo realidad. Así surgió Espacio Ficcional, la nueva escuela de formación de actores, con una modalidad innovadora, que reúne a un grupo de actores, bailarines y dramaturgos mendocinos y que funcionará en el Teatro Las Sillas.
“Tuve la iniciativa porque llevo muchos años dando clases y trabajando con los actores, acá y afuera. Y me di cuenta de que la formación de los actores es compleja y despareja. Entonces pensé de qué manera aportar al medio algo que complete lo que está faltando. Y me parecía que estaba faltando una escuela específica de formación del actor, no una escuela de teatro. Incluso las mismas escuelas importantes de Buenos Aires no están organizadas como una escuela integral. Por eso el objetivo es que el actor se forme de una manera integral con la línea de distintos maestros, y no en una sola dirección. Y convoqué a otros maestros que tuvieran esa solidez para que nos articuláramos”, cuenta Pinty Saba sobre este flamante espacio que durante el mes de marzo abrirá las inscripciones y a partir de abril comienza con el programa pensado para tres años de carrera.
Artistas que educan
Gustavo Casanova, Fabián Castellani, Daniel Fermani, Pinty Saba, Charly Chacón, Gonzalo Villanueva, Victoria Ansiaume, Eliana López, David Páez, Sergio Páez, Nefatlí Villalva y Victoria Guevara son la planta estable de actores, actrices, dramaturgos, directores, bailarines y cantantes que se unen en este flamante proyecto.
Unidos por el teatro, cada uno pertenece a una generación distinta y con visiones opuestas, y diagramaron un programa integral para formar a actores principiantes o con experiencia.
Actuación, técnicas vocales, técnicas corporales e historia de la actuación y el actor son los ejes que abarca el programa, pensando en las necesidades del artista que no solo es requerido para el teatro, sino para el cine, la televisión, espacios no convencionales y para potenciar las condiciones del actor.
“En lo que es la programación regular de la escuela voy a dictar materias teóricas, análisis del texto dramático, historia de la actuación, enfocada la historia del arte y la cultura desde la parte actoral y la historia del actor a través del tiempo. El actor será el núcleo y alrededor de él se construye el recorrido cultural humano. Es una base importante que tiene que tener el artista. A mí me entusiasma el proyecto porque somos personas que vivimos para el teatro. Y de mi parte estoy agradecido porque siempre estaba esperando una convocatoria así, con un proyecto libre y abierto. Creo que es histórico para Mendoza”, confiesa el dramaturgo y director Daniel Fermani, quien cuenta con un largo camino en el teatro experimental.
La modalidad de enseñanza no es igual al resto, sino que tiene un engranaje complejo, pero a la vez diverso y libre. Cada área se puede cursar de forma aislada o bien hacer los tres años de carrera. A ello se suman los distintos seminarios de actuación, crítica teatral, clown, Método Strasberg, entre otros que se dictarán a lo largo del año, con artistas mendocinos y profesionales nacionales e internacionales, abiertos para todo público.
“Nosotros, como institución, vamos a dar distintos créditos a cada alumno de acuerdo a lo que vaya cursando. Lo importante es que tenga el mismo nivel en los cuatro ejes formativos que son actuación, vocal, corporal y teórico. Cada uno va haciendo su propio trayecto de formación con la posibilidad que al final tenga la misma titulación, que uno que cursó los tres años. Son tres años de carrera, con más de 20 horas de cursado semanal, de lunes a jueves. Ahora vamos a comenzar solo con primer año”, aclara la directora de la escuela.
Tanto Pinty Saba, como Gustavo Casanova y Fabián Castellani serán los tres artistas encargados del área de actuación. Todos con distintas miradas y experiencias, pero que se unen bajo una premisa: lograr una integración de conocimientos, en base a lo que demanda el arte en la actualidad.
“Pretendemos que el trabajo del actor sea integral y a la larga nos vamos a unir todas las áreas. Un poco la propuesta es ir de lo general a lo particular. Hay mucha tela para cortar y está bueno que cada espacio no lo da un solo profesor, sino que somos varios y eso da cierta libertad para trabajar. Además le permite al alumno tener otras miradas”, sostiene Gustavo Casanova.
A lo cual Fabián Castellani agrega: “Al no tener una institución dura detrás, que nos pida que demos una cátedra, creamos algo más productivo para el estudiante, mucho más actual. No es su maestro con su libro cada año. Y al otro año te olvidaste de todo porque son concepciones distintas. Esta idea de tener la libertad, de compartir y de que el alumno tenga tres maestros diferentes en cada área, da la posibilidad de que esté todo más integrado”.
El cuerpo es la herramienta fundamental del actor. Por eso el entrenamiento corporal debe buscar la excelencia y el conocimiento del propio cuerpo. Aquí, el bailarín y coreógrafo Carlos Chacón, Nefatlí Villalva y Victoria Ansiaume son los responsables de las técnicas corporales.
"La idea es tener un acercamiento a la danza desde distintas técnicas, que fomenten la creatividad, como la fortaleza física. Y el conocimiento del cuerpo como elemento expresivo. Cada uno va a desarrollar diferentes aspectos de acuerdo a su formación, y el grupo de docentes tiene el soporte necesario para transmitir los conocimientos de la actuación. Mucho escenario y mucha práctica", aclara el bailarín Carlos Chacón.
En tanto Victoria Ansiaume, reconocida bailarina que integra el Ballet del Sur, apunta: "Lo que queremos es lograr un cuerpo disponible para cualquier tipo de expresión escénica. Para eso necesitamos tener el conocimiento del cuerpo y, a partir de ahí, encontrar un lenguaje corporal propio. Que surja de la propia morfología de la persona, pero que entienda cuáles son las herramientas para llegar a eso. Y además trabajar la improvisación del movimiento y qué vínculo hay entre el cuerpo y su forma expresiva".
El teatro mendocino y sus necesidades
En la actualidad, el teatro mendocino atraviesa un cambio generacional, con jóvenes artistas que se animan al cruce de lenguajes en la escena, otras poéticas y estéticas, pero que a corto plazo en algunos casos hace agua por la falta de posibilidades de capacitarse, profesionalizar el trabajo y buscar el debate permanente, además de ser permeable a la crítica.
“Me parece interesante porque se dio una capacidad de debate y discusión en el grupo. Y que no se pierda el teatro como espacio de debate que confronta al espectador, que lo cuestiona y con suerte encuentre una respuesta. Me parece que es enriquecedor en tiempos donde está todo atomizado, encontrar un lugar de puesta en común, de diálogo”, apunta Gustavo Villalba.
En este sentido, Gustavo Casanova reflexiona: “Es mi pequeña revolución, en el sentido de sumar y hacer una pequeña transformación en el medio, a transformar lo que está y no sentarse en un café a despotricar con que todo está mal. Ponernos hacer, sumar voluntades, y transformar lo que nos rodea. Este recorrido que proponemos plantea que el alumno, al final, pueda hacer su propia síntesis y situarse en su propia estética; pero que tenga esa libertad para elegir”.