Dan marcha atrás con subas salariales y prevén recortes

La caída de ingresos que han sufrido las empresas por la parálisis de las últimas semanas modificó sus previsiones de aumentos al personal.

Dan marcha atrás con subas salariales y prevén recortes
Dan marcha atrás con subas salariales y prevén recortes

A principios de marzo, las empresas mendocinas tenían previsto otorgar, durante el primer semestre, un incremento salarial promedio de 22%. Ahora, esa previsión de aumento se redujo al 13% y el porcentaje se explica, en gran medida, por el golpe recibido por más del 70% de ellas, que están paralizadas por la cuarentena decidida por el Gobierno nacional para prevenir el Covid-19. Además, algunas firmas han anticipado que, por la caída de la facturación, desvincularán personal en cuanto puedan hacerlo.

Las empresas, particularmente las pymes, venían atravesando una situación complicada por varios meses de baja acumulada en las ventas, inflación, falta de acceso al crédito, etc. La merma en la actividad durante 30 días e incluso el cierre total las pone en una encrucijada más compleja aún. 

Paula Pía Ariet, licenciada en Economía y directora de Gestión Consultores, detalló que hicieron un relevamiento a principios de marzo y las más de 100 empresas consultadas en la provincia indicaron que tenían previsto otorgar aumentos del 22% en promedio durante el primer semestre. Esto, resaltó, era una buena noticia porque implicaba mantenerse en el nivel de la inflación estimada para 2020 o un poco por encima, después de dos años de pérdida del poder adquisitivo. 

Sin embargo, con la abrupta caída de la demanda, asociada a las medidas para contener la propagación del coronavirus, ahora estiman que otorgarán apenas un 13% de aumento. Y este número se debe, sobre todo, a los incrementos que ya acordaron algunos sectores en enero y febrero, ya que de aquí en adelante son muy pocas las que van a dar subas.

Lorena Enríquez, quien junto con Gastón Kovalenko dirige la consultora Perfil Humano, detalló que casi todos los aumentos están frenados, excepto los que ya se habían acordado por convenio. Es que en marzo o abril, añadió, es cuando se suele aplicar el primer ajuste salarial por inflación o los que se otorgan por desempeño. 

El comportamiento ha sido diferente en las 100 empresas consultadas: algunos rubros frenaron los incrementos previstos, otros disminuyeron el porcentaje y hasta hay firmas que analizan bajar los sueldos para no tener que despedir personal. Es conocido el caso de Latam que, por verse obligada a suspender todos sus vuelos, redujo los salarios en un 50%.

El sector del transporte, analiza Enríquez, otorgará los incrementos previstos. Claro que se trata de uno que sigue trabajando en relativa normalidad. Más del 60% de las empresas de salud y de la industria darán aumentos, y también alrededor del 25% de las de comercio y servicios. En cambio, ninguna de las relevadas de la construcción y el turismo planea subir los sueldos. Enríquez señala que la gran mayoría prefiere dilatar los pagos a proveedores, pero mantener al día los salarios para no desmotivar al personal. 

A este panorama se suma la posibilidad de despidos. Ariet señala lo que ya ocurre en Estados Unidos (ver página 9) como consecuencia del coronavirus. En la Argentina, la doble indemnización que estableció el presidente, Alberto Fernández, en diciembre y la reciente prohibición, por decreto, de despidos sin justa causa y suspensiones durante 60 días dificultan la desvinculación de personal.

Sin embargo, la directora de Gestión Consultores anticipa que probablemente los despidos lleguen en cuanto se levanten las medidas que los restringen, porque sin ingresos es difícil sostener el pago de salarios. De hecho, estimó que el motor de la economía van a ser quienes dependen del Estado. En este esquema no sólo se incluye a los empleados públicos, sino también aquellos cuyos ingresos, de modo indirecto, serán sostenidos por medidas del Gobierno, como los Repro.

Enríquez coincidió en que habrá despidos después de que terminen las medidas de sostén, porque muchas empresas no van a poder mantener sus dotaciones de personal. Por el momento, añadió, sólo el 20% de las compañías analiza esta posibilidad en el futuro, si la economía no se recompone rápidamente.

Pese a eso, indicó que los empresarios saben que el costo de tener que volver a contratar gente con potencial es muy alto y no quieren perder a quien tiene el perfil adecuado, y también saben que en las estructuras pequeñas sacar a alguien implica recargar a los que quedan.

Por otra parte, la directora de Perfil Humano planteó que algunas firmas están considerando el proceso de Outsourcing, que implica que, a través de una consultora especializada, se acompaña a quien se despide en el proceso de reinserción. Aunque no necesariamente implica que consigan un trabajo, se les enseña, en particular a quienes llevan varios años en la empresa, desde cómo armar el currículum hasta de qué manera relacionarse, con quién contactarse, cómo publicar en redes. 

Aunque las medidas de auxilio al sector privado anunciadas el miércoles último por el Presidente podrían descomprimir la situación, la mayoría de los sectores acusa los efectos de la caída de actividad.

El turismo y la gastronomía son de los rubros más afectados. En el primer caso, debieron cerrar por completo y no saben cuándo podrán volver a abrir sus puertas, ya que serían uno de los últimos en poder retornar a la actividad cuando comiencen a levantarse paulatinamente las restricciones, según lo que ha dejado trascender el Gobierno. En el segundo, algunos han podido mantener algo de ventas con deliveries, pero la caída en la facturación ha sido marcada.

Desde el sector industrial ya habían adelantado que tendrían dificultades para pagar los salarios de abril, ya que sólo han seguido trabajando, parcialmente, las empresas vinculadas al petróleo (aunque la caída del precio del crudo es una amenaza) y las que prestan servicios a la agroindustria, pero sólo en asistencia, no en fabricación.

Si bien la construcción está incluida en las actividades exceptuadas de la cuarentena, hay problemas para conseguir materiales y el cierre de los bancos complica el pago a proveedores y trabajadores. En el caso del comercio, la situación no es tan acuciante para los que venden productos de primera necesidad, pero aun éstos han registrado mermas.

El decreto no prohíbe todas las suspensiones

Aunque el martes salió publicado en el Boletín Oficial de la Nación el decreto de necesidad y urgencia que establece la prohibición por 60 días de despidos sin justa causa y suspensiones, hay anuncios de que se suspenderá personal. Esto es así porque la norma exceptúa de la prohibición a las suspensiones que se efectúen por el artículo 223 bis de la ley de Contrato de Trabajo.

Este artículo menciona las que sean "pactadas individual o colectivamente" con el pago de prestaciones no remunerativas "que se entreguen en compensación por suspensiones de la prestación laboral y que se fundaren en las causales de falta o disminución de trabajo, no imputables al empleador, o fuerza mayor debidamente comprobada". El pago no remunerativo sólo tributará las contribuciones patronales de salud (obras sociales y PAMI).

Por otra parte, el abogado laboralista Matías Isequilla manifestó que si el DNU N° 329 "de manera contradictoria habilita por el plazo de 60 días a que las partes, ya sea por acuerdo individual o colectivo, reduzcan los sueldos de los trabajadores. Ese acuerdo tiene que ser aprobado (homologado) por el Ministerio de Trabajo o por un juez del trabajo". 

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