Una de cada cuatro personas muere por infarto de miocardio

La mitad fallece durante las horas posteriores al hecho por demorar el pedido de atención médica. Desde el hospital Central dicen que si se reacciona a tiempo la recuperación es del 90%.

Cada minuto que se pierde en la asistencia médica frente a un infarto de miocardio es músculo cardíaco que no se recupera. El 25% de las personas muere por esta causa y la mitad de ellas lo hace en las primeras horas posteriores a su ocurrencia por no recibir atención a tiempo.

Este dato de la Federación Argentina de Cardiología (FAC) preocupa a los responsables del equipo de cardiología del hospital Central, por lo cual pretenden instalar una campaña para generar conciencia sobre la necesidad de actuar rápido para atenuar las consecuencias.

El doctor Orlando Caruso, jefe del departamento de Infarto de Miocardio, realizó junto a su equipo un trabajo que le permitió tener un panorama de lo que ocurre cuando se produce este cuadro.

Contó que, de acuerdo a lo que han podido constatar en el nosocomio, cuando se presentan los síntomas los pacientes tardan entre dos horas y media y tres en llamar al médico. Por el contrario, lo ideal es que la asistencia llegue lo antes posible: lo deseable es que sea en un lapso de entre 60 y 90 minutos. Por otra parte, destacó que una ambulancia puede llegar en 15 minutos.

Ese tiempo que se pierde implica que el daño cardíaco es cada vez mayor e irreversible. Caruso dijo que si la atención llega en el lapso de una hora la recuperación es del 90%. “Para nosotros estos números son terroríficos”, resaltó.

El infarto produce una inestabilidad eléctrica, una alteración de las contracciones del corazón lo que conlleva más riesgo de arritmias, que son las que pueden ocasionar la muerte.

“La gente se queda esperando que se le pase el dolor”, relató y agregó que “si bien la mujer presenta los mismos síntomas que el varón, son ellas las que más dilatan la llamada al médico”. Caruso explicó que las mujeres son más resistentes al dolor y a veces suponen que puede ser cualquier otro el motivo que lo produce.

Por eso, subrayó que es “fundamental enseñarle a la gente que no espere” ya que en su estudio identificaron que la parte crítica del suceso está en la fase prehospitalaria.

Desde el punto de vista del profesional del hospital Central, “la gente debe aprender a interpretar lo que le está pasando, como sucede  por ejemplo con el paciente diabético”.

El tema no es menor si se tiene en cuenta la potencial cantidad de afectados. La FAC estima que en el transcurso de 2015, 50 mil argentinos sufrirán un infarto y de ellos, 15 mil morirán.

La entidad señala que tres  de cada 10 argentinos muere por causas cardiovasculares, mientras que la mitad de quienes tienen este tipo de patología lo ignoran. El cardiólogo agregó al respecto que lo más preocupante es que estos indicadores muestran una tendencia progresiva.

Riesgos

Entre los 45 y los 60 años es la etapa en la que hay más predisposición a sufrir un infarto. Hay ciertos factores de riesgo que pueden resultar condicionantes. En primer lugar el factor hereditario, pero si a éste se suman otros aumentarán las chances. El tabaquismo, tener hipertensión, obesidad, diabetes o colesterol elevado se cuentan entre los predisponentes.

El estrés, una vez más, es declarado culpable de generar muchas de estas situaciones. Caruso explicó que el colesterol se deposita en la cara interna de las arterias coronarias y es recubierto por una placa. Pero el estrés puede romperla y liberarlo, así el colesterol entra en contacto con la sangre lo que da pie a la formación del coágulo que posteriormente puede traer problemas.

El médico hizo hincapié en la necesidad de consultar inmediatamente cuando se siente un fuerte dolor opresivo en el pecho que irradia. Dijo que la gente se da cuenta porque ellos mismos lo manifiestan con frases como “me parece que me voy a morir” y que la sensación es de mucha angustia.

También es cierto que muchos se acercan al centro asistencial con dolores en el pecho que atribuyen a problemas cardíacos que una vez allí son descartados. “El 80% de las consultas de la guardia general por este síntoma son descartadas, pero la gente igual debe consultar”, manifestó Caruso.

Y agregó que allí también suelen presentarse jóvenes a partir de los 25 años con este cuadro provocado por el consumo de cocaína, algunos de los cuales son graves. Esta situación se incrementa particularmente los fines de semana.

Frente a la sospecha las personas pueden optar por ir solas al hospital, llamar al médico de cabecera o solicitar un traslado. Lo ideal es esto último; a nivel estatal se cuenta con el Servicio Coordinado de Emergencias, el cual puede contactarse a través del 911.

Caruso aprovechó para destacar que la mortalidad de la Unidad Coronaria del Central es muy baja, de 4,3%, cuando en general en todo el mundo está entre el 6 y el 7%.

Dolor opresivo en el pecho

Desde el Departamento de Enfermedades Cardiovasculares del hospital Central buscan instalar la temática del infarto de miocardio para generar conciencia en la gente.

Por eso, realizaron un breve video explicativo en el que se detallan los síntomas de este tipo de infarto y cómo se debe actuar. Allí se indica que el síntoma es un intenso dolor en el pecho de tipo opresivo y acompañado de sudoración. Éste se irradia a la garganta, hombros o brazos (en el primer caso es cuando se requiere una atención mucho más rápida).

Si persiste el dolor más de diez minutos entre la mandíbula y el ombligo puede ser un infarto de miocardio. En ese caso se requiere la atención profesional inmediata.

Desde el Central recomiendan llamar al servico de urgencias en el caso de quienes cuentan con prestadora de salud o al SEC quienes no lo tienen, comunicándose a través del 911.

El video puede verse en YouTube como “Video Hospital Central Infarto Miocardio”.

Hospitales en red

Desde el Ministerio de Salud de la Nación se ha identificado la necesidad de generar acciones para evitar demoras en la atención de quienes presentan un infarto de miocardio. Por ello, entregarán nuevos electrocardiógrafos para ser instalados en ambulancias que permiten hacer el estudio en el momento y transferirlo a un hospital para interconsulta con otros profesionales y así tener un diagnóstico más certero.

Serán entregados a cinco nosocomios en todo el país, de los cuales entre 25 y 30 llegarán a Mendoza para fin de año. Estarán conectados con el hospital Central, que es el efector que colaborará en el análisis de los datos de ser necesario.

Con la misma intención se comenzará a trabajar en una especie de red de manera de proceder a la derivación a este centro o algún otro que esté más cercano si la distancia es mucha.

Con el mismo objetivo se capacitará a los profesionales para que fortalezcan la información que se suministra al paciente con riesgos respecto de cómo actuar y sobre los procedimientos que deben seguirse en la atención.

Asimismo, para dar mejor respuesta la unidad coronaria del Central se ampliará de 10 a 20 camas.

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