A cuento de los 5 años de su hija, Mariano Martínez recuerda al nene que fue: "A esa edad yo ya tenía novia. Mi mamá me tuvo a los 16 y siempre me manejé con mucha libertad. En determinado momento, fui casi más un amigo que un hijo".
¿Uno de los galanes más codiciados de la TV se acordará del nombre de su primera novia? "Por supuesto, Romina. Su familia tenía una perfumería en Villa Soldati, donde yo vivía, que se llamaba LoViRo... porque las tres hijas del dueño eran Lorena, Viviana y Romina. Fuimos novios hasta que me fui del barrio", comparte él, cierra los ojos ella."
¿Cómo no iba a querer formar pareja con él, si es un bombón de tipo? Mirá de todo lo que se acuerda. Sos un dulce, Marian", le regala Lali Espósito, ese tifón de energía que, cuando amerita, sabe bajarse de la velocidad. Escucha. Escucha al otro. Y en una entrevista compartida, previa a un estreno, ése no suele ser un verbo que se ponga muy en práctica.
Desde esta noche a las 20 hs por la pantalla local de Canal 7, serán los protagonistas de "Esperanza mía", la nueva tira de Pol-ka. Él será un sacerdote que vuelve a su pueblo y, en el regreso a las raíces, se cruza con una jovencita que busca justicia. En esa búsqueda, se calzará los hábitos para distraer al enemigo, sepultará el Julia original por el nombre de Esperanza y vivirá en el mismo convento que el padre Tomás.
Se sabe que en la productora de Adrián Suar 'el primer beso' tarda en llegar... Y más en este caso, que asoma como un amor prohibido. Pero el planteo de comedia blanca, ágil, sostenida por un puñado de nombres fuertes y sazonada con el condimento de la música, apunta a que valga la pena la espera.
Cuando Lali pregunta eso de "¿Cómo no iba a querer formar pareja con él?" se refiere a esa vieja charla que tuvo con Suar en tiempos de "Solamente vos", cuando ella hacía de su hija: "El me decía 'Vos no hagas nada el año que viene, guardate, guardate'. Después me contó la historia y me copó. Y me confesó que quería sí o sí a Mariano.
'Obvio', le dije yo. Pensá en toda su experiencia... y mirá lo que es. Tengo que hacer de monja, supongo que me lo voy a chapar en el capítulo 400, ponele, pero no importa, me la banco".
Lali es lo que se ve. No lo que las coordenadas indicarían. Es referente para una multitud de jóvenes (en Twitter, al menos hasta el cierre de esta edición, la siguen 2.640.000 personas), se presenta como cantante y llena los lugares que se propone, editó un álbum como solista ("A bailar", que es disco de oro), brilló con los "TeenAngels", lanzó su línea de perfumes, trabajó en la mayoría de los éxitos de Cris Morena ("Floricienta", "Chiquititas sin fin", "Casi ángeles") y, así y todo, su sencillez se impone.
"Ella siempre tira para adelante. Pensá que sólo tiene 23 años y muestra una actitud súper adulta en el laburo. Está concentrada en la letra, en la escena, en el compañero, pero también está pendiente del utilero, del técnico. Es una más, no se la cree ni un poco", suelta Martínez, que al hablar de ella está hablando también de él. No sobrevuela, sobre esta mesa, el fantasma de los egos.
La charla transcurre en una de las salas de reuniones de Pol-ka, mientras él come pollo con arroz y ella, omelette. "¿Estás mejor?", le pregunta al hombre invadido por un virus estomacal que no lo dejó dormir.
Que no haya suspendido la nota también habla de él. "Trabajamos juntos una sola vez, en una peli ("La pelea de mi vida"), pero siento que nos conocemos hace mil. De hecho hoy lo vi entrar así, medio chinito, y le dije 'A vos te pasa algo, ¿no?' Yo creo que la química se va a notar", apuesta la menor de esta historia.
Martínez: Con ella todo es muy fácil. Tiene una energía tremenda. Insisto en que sólo tiene 23 años...
Espósito: ¿Tengo 23 años? Ah, bueno, estoy arruinada. Ante el halago, un chiste, lo bien que hace.
"Yo tenía ganas de trabajar con ella. Y casi no se da, porque cuando me ofrecieron este proyecto, hace más de un año y medio, había que esperar mucho y yo necesitaba hacer algo: un poco por lo económico y otro poco por la cabeza. Así que lo tuve que dejar pasar.
Pero viste cómo es el destino... En el medio estuve en "Camino al amor" (Telefé) y al tiempito me volvieron a hablar por "Esperanza mía". Y aquí estoy, chocho con volver la noche, que es una franja ideal para este tipo de programas", dice Martínez, con conocimiento de causa, con títulos como "Valientes", "Son de Fierro" y "Son amores".
Espósito: A mí me molesta que cuando uno dice que va a hacer una comedia blanca aparece como una cosa de que la comedia blanca es medio naba. Y nada que ver. La comedia blanca no es fácil, porque tiene que conquistar al nene, a los padres, a los abuelos. Solamente vos era una gran comedia. Y era blanca.
Martínez: En mi caso, por ejemplo, mi mamá, el marido, mi hermano, su mujer y mi hija se engancharon mucho con el avance. Tanto que Olivia (la pequeña de 5 años, hermana mayor de Milo, que cumplió 2) me pregunta '¿Papá, voy a poder ver este programa?' 'Sí, hija, te va a encantar'. El otro día la traje a la grabación y flasheó con Lali.
¿Les preocupa que las ficciones argentinas no estén midiendo como hace unos años? Ya superar los 15 puntos pareciera imposible...
Martínez: Sí, está costando conseguir el puntito de rating, pero creo que tenés que ir a buscarlo con un buen cuento para contar.
Espósito: Yo creo que el punto cuesta porque la calidad se fue masivamente a las series y ahora accedés a las series desde el celu, la tablet... Está jodido que la gente prenda el televisor para verte. Sinceramente, creo que esta historia lo va a lograr.
Pero "Las mil y una noches" sí lo consigue a diario.
Espósito: Te digo la verdad, yo no la veo, me parece re lenta. Pero entiendo que hay una historia, un culebrón bien tratado y por eso el público se copó.
Martínez: Yo la vi un par de veces y me parece muy buena. Hay contenido y eso es lo que vale. Y tiene un ritmo propio.
No resta que tengan gustos distintos. Es más, son de generaciones distintas, aunque ella asegure sentir que "tenemos la misma edad. Tal vez porque empecé a laburar de muy chiquita.
A veces me preguntan si me perdí algo en la vida. Y, no, creo que gané un montón. No quemé ninguna etapa. Jugué a lo que había que jugar, tuve mi primer novio a los 14 años (Peter Lanzani)... Era tan chica, por Dios. A Peter lo quiero un montón, pero fue un amor de adolescentes. Con Benja tenemos un amor más adulto, aparte me lleva 8 años. Somos los dos muy relax y respetamos mucho el lugar del otro.
Tenemos una relación muy piola", reconoce sobre su noviazgo con Benjamín Amadeo. Como la charla luego entró en nombres y fechas, Lali apeló al humor: "Vos, si podés, poné que les mando un beso a todos los que salieron conmigo, como para que nadie se sienta mal".
Martínez le celebra la salida. Como celebra ella cuando él cuenta que "Olivia está de novia con un compañerito de la escuela. Es muy romántica y sensible, promueve que los chicos del jardín se den besos. Y no sabés cómo abraza. Milo también es muy dulce".
Los dos despliegan sus sentimientos sobre la mesa, las emociones, los afectos, la realidad, aunque el disparador de la charla haya sido la ficción.
Los personajes y la historia
Escrita por Lily Ann Martin y Claudio Lacelli, esta comedia romántica, con toques musicales, cuenta la historia del padre Tomás Ortiz (Mariano Martínez) y Julia Albarracín, un sacerdote que vuelve a sus pagos después de 4 años y una jovencita empeñada en denunciar a los responsables de la enfermedad de su madre adoptiva.
El destino les cruza los caminos y, por caprichos del guión, terminan en el mismo convento, él aferrado a su fe, ella disfrazada de novicia, rebautizada socialmente -mas no religiosamente- como Esperanza... Que no tardará en ser 'Esperanza suya'.
"Esperanza mía" contará, entre otras, con las actuaciones de Gabriela Toscano, Ana María Picchio, Carola Reyna, Rita Cortese, Federico D'Elía, Angela Torres, Tomás Fonzi, Karina K, Mónica Cabrera, Natalie Pérez y Alejandro Fiore.
Los apodos de la infancia
Ella: "Me llamo Mariana, pero me dicen Lali desde siempre. Mi abuela me decía Maru o Mari, y a mi hermano, que es 13 meses más grande que yo, no le salía bien y en vez de vez de Mari me llamaba Lali. Y quedó".
El: "Yo no tengo apodos. Algunos me llaman Cabezón. Mi medida es 61..., ¿cabeza grande, no?". Al rato, la memoria emotiva: "Ah, mi mamá me dice Bebé. ¿Te parece que me llame así a los 36 años? Y, bueno, es mi vieja".
El superclásico de este amor
El domingo pasado, Mariano Martínez volvió a una cancha después de 8 años. "Quería llevar a mis hijos a ver a Boca por primera vez y fue hermoso", comparte el actor, tras el 3 a 0 del club de sus amores frente a Estudiantes de La Plata.
"Soy fanático de Boca desde siempre y por ahora mis hijos heredaron los colores... El tema es que mi mujer es de River".
Como lo es Lali Espósito, que defiende los colores sobre la mesa, aunque reconoce que "me quedé un poco en el tiempo. Imaginate que para mí sigue atajando (Germán) Lux" (se fue del club en 2005).