Ultimate frisbee, el deporte inclusivo que suma jugadores

Nacido en Estados Unidos, no tiene árbitro y prohíbe el contacto físico entre sus jugadores. En Mendoza crece, integrando a gente de todas las edades y hasta a extranjeros de paso.

Es sábado por la tarde y el Parque Cívico parece un polideportivo: en un sector rueda una pelota de fútbol, en otro se ve una de fútbol americano y entre ambas llama la atención un disco que vuela por los aires.

No es alguien solitario que juega con su perro, sino un grupo de mendocinos y extranjeros que se juntan desde hace un tiempo para practicar un novedoso deporte: el ultimate frisbee. 

El juego, que consta dos equipos mixtos de 7 jugadores, consiste en marcar puntos capturando el disco en las zonas de anotación situadas en los extremos de la cancha. Nacido en Estados Unidos en la década de los '70 como resultado de la contracultura hippie, se diferencia de otros deportes porque no tiene árbitro y prohíbe el contacto físico entre sus jugadores.

En Mendoza comenzó a practicarse de forma intermitente en 2012, pero recién a principios de 2016 se formó un grupo estable que se reúne todos los sábados.

Son aproximadamente unos 20 los que forman parte de estas reuniones a las que invitan a sumarse a todo aquel que tenga ganas de aprender, divertirse y hacer ejercicio.

"En 2012 estuve trabajando para una ONG en la que conocí a un italiano que llevaba siempre un disco en su mochila y me comentó de qué se trataba el deporte", comenzó a relatar Marcos Ferrara (30), uno de los iniciadores de la movida local. A pesar de los intentos, en ese entonces no se formó un equipo estable.

“En febrero de 2016 coincidimos con varios chicos que conocían la disciplina de otros lugares, se armó el primer grupo y la buena onda empezó a hacer lo suyo”, continuó.

Magalí López (24) se unió al equipo hace 6 meses a través del boca en boca. "Yo vine prácticamente sola porque conocía a una chica que participó una vez y después dejó", recordó. Esto para ella no fue un impedimento porque, tal como destacó, el grupo tiene un espíritu y un clima "muy copado" y cómodo.

“Si bien uno no es un atleta puede venir a disfrutar un sábado con gente que no conocés pero que es lo más amigable del mundo”, aseguró. Esto es así porque los sábados siempre hay alguien dispuesto a enseñarle al principiante los tres lanzamientos principales y las reglas del juego.

“Siempre armamos equipos parejos y vamos cambiando para ver cómo se siente cada uno, porque el objetivo no es competir, sino divertirnos. No se busca el ganar o perder, sino el ganar-ganar”, remarcó.

Alicia Quiero (20) es otra jugadora estable que difunde el deporte. "La cultura argentina es mucho más del fútbol, uno ve algo chato como un plato y se dice '¿qué es esto?, ¿un ovni?', pero hay que ir mucho más allá", describió.

Según su experiencia, cuesta que la gente se sume: “Como todo lo nuevo es difícil que prenda, pero hay que abrir la cabeza mendocina para que cada vez vengan más”.

Para ella, practicar ultimate es una forma de romper con la rutina semanal. “No venís a cumplir horarios, uno viene a relajarse, a distenderse, es como terapia. Algunos hemos vivido lo que es el deporte competitivo y nos terminamos cansando”, señaló.

Constante intercambio

Al tratarse de una disciplina muy extendida en el mundo y con un perfil integrador, muchos extranjeros que llegan a la provincia buscan sumarse a los encuentros.

"Han venido chicos de Nueva Zelanda, de Japón, Estados Unidos y hasta tuvimos a unos chicos que están como refugiados de Siria", resaltó Marcos. Con todos ellos se genera un enriquecedor intercambio. "Ellos nos enseñan aspectos del deporte que no conocemos y nosotros les recomendamos lugares para ir, dónde comer, etc. Es un ida y vuelta", aseveró.

Josh Rubenstein (22), oriundo de Seatle, Estados Unidos, fue uno de los que se unió ayer al encuentro. "Estoy viajando por Sudamérica para aprender el idioma y hace cuatro días que estoy en Mendoza. Busqué en Facebook, encontré el grupo y vine", contó. Él practica este deporte desde hace siete años y lo describe como "el mejor para conocer a una comunidad".

“En mi ciudad es muy popular, cada colegio y universidad tiene su equipo”, describió. Así es que a medida que viaja se va reuniendo con otros jugadores. “Es una buena forma de conocer gente y de compartir”, subrayó en fluido español.

Además, una vez que finaliza el partido, los equipos comparten un momento de esparcimiento, similar al rugby. “Tenemos nuestro tercer tiempo. Nos sentamos a charlar y tomar unas cervecitas para compartir más allá del juego”, cerró Marcos.

En detalle

Juegos: todos los sábados de 17 a 19 en el Parque Cívico.

Facebook: Ultimate Mendoza.

Costo del frisbee: entre $ 250 y $ 300 (pero como son difíciles de conseguir en Mendoza, se comparten).

Organización: en nuestro país los jugadores están nucleados en la Asociación de Deportes de Disco Volador de la República Argentina (Addvra). Según la web, a este deporte lo juegan 75 millones de personas en el mundo. En Argentina se practica en 8 provincias, hay 15 equipos competitivos y 310 jugadores.

Torneos: se realizan competencias cada dos meses. La próxima se realizará del 13 al 16 de abril en Buenos Aires.

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