Escuchamos que es una comedia al aire libre e itinerante. El prejuicio, para muchos, ya empezará a funcionar: ¿Será que, para mantener atrapado a un público diverso y disperso, se violente el ritmo de la acción, se caiga en el cliché o se resignen aspectos estéticos?
No, no. "120 kilos de jazz", una de las obras seleccionadas de la Comedia Municipal Cristóbal Arnold este año, viene a decirnos que no: se puede hacer teatro itinerante y satisfacer a todos los gustos.
Por estos meses estará girando por espacios públicos y hoy es la primera obra de la grilla de la Fiesta Nacional del Teatro, en calidad de invitada.
Así también la vimos el domingo pasado, en las escaleras del Parque Central. Y fue una buena sorpresa para los que pasaban por ahí, porque muchas familias con niños, jóvenes y allegados al teatro se quedaron y aplaudieron a rabiar. El sol todavía no se iba...
En esta obra, una adaptación de "La jam session de Méndez" (César Brie), conocemos a Méndez (Víctor Di Nasso), un simpático gordito que está enamorado de la chica más linda y rica del pueblo (Magdalena Lucero). Mientras avanza la obra, se suman dos amores más: el que siente por el jazz (imita al contrabajo no solo en su corpulenta fisonomía, sino también con su voz pizzicateada) y por la comida (pizza, chori, sushi...).
La música, como sugiere el título, tiene un papel preponderante en el montaje, con participaciones notables de los actores y músicos del elenco Marabunta Teatro: Matías González, Manuel Damia y Pablo Mestre, que acompañan con precisión los gags, ponen en clima y se lucen en las partes musicales.
El uso del (poco) espacio es cómodo y total; el del cuerpo y la voz, impecable. El ritmo, por otra parte, es vertiginoso, y no por eso confuso: es que para mantener la atención constante es indispensable desplegar todos los recursos.
Reconocemos aquí la experiencia que traen los Marabunta, además de Di Nasso, un Méndez entrañable y resistente a los ajetreos de la puesta (tiene muchos café concert y varietés en la mochila).
Pero todo esto no sería posible sin una mente que concierte rigurosamente, que dirija con atención los engranajes de esta máquina itinerante. Aquí el mérito es de Pablo Longo, que en lo que refiere a lo minucioso de un montaje ya tiene experiencia en su Compañía Pájaro Negro, la única que en la provincia hace teatro de sombras. Ariel Blasco y Wally Sánchez lo asistieron en la dirección.
“120 kilos...” pone bajo el sol no solo buena música y una historia de amor que se revitaliza en lugar de agotarse: también recuerda la necesidad de que el teatro vibre afuera de las salas. El humor puede ser accesible y a la vez tejer una red de referencias por donde se asoman Miles Davis, Chico Buarque, una parodia muy honrada del “Summertime” y una urgente crítica social.
Esta obra ganó la convocatoria postergada del año pasado, por lo que pronto la Comedia seguirá estrenando: en “Pequeños círculos" (de William Prociuk) se intercambian los roles Longo y Blasco. Éste dirige y aquél asiste.
Ficha
"120 kilos de jazz". Adaptación de la obra de César Brie a cargo de la Comedia Municipal Cristóbal Arnold, apertura de la 32° Fiesta Nacional del Teatro.
Funciones: hoy a las 18.30 en Plaza Independencia con entrada libre y gratuita; sábado a las 16 en el CIC N°1; domingo a las domingo a las 16 en la entrada Barrio San Martín; el sábado 27 a las 18 en la Plaza Pedro del Castillo y el domingo 28, a las 16 en el Gimnasio N°5 de La Favorita.
Con: Víctor Di Nasso, Matías González, Magdalena Lucero, Manuel Damia y Pablo Mestre.
Dirige: Pablo Longo, con asistencia de Ariel Blasco y Wally Sánchez.
Calificación: Muy buena