Un cura dejó los hábitos y se casó con un hombre

Pablo García sintió que el amor era más fuerte que el sacerdocio y se casó con Oscar Acosta. Ambos se dedican a organizar eventos en Villa Mercedes, San Luis. 

Pablo García dejó el sacerdocio por amor.
Pablo García dejó el sacerdocio por amor.

En la ciudad de Villa Mercedes, en San Luis, hay una historia de amor que para muchos es increíble porque está envuelta en una magia propia de las telenovelas y tiene como protagonista a Pablo García, quien por casi 20 años ocultó su deseo hacia los hombres y se puso al servicio de Dios, como sacerdote. Cuando reconoció su amor por Oscar Acosta, dejó los hábitos y se casó.

Durante casi diez años ofició las ceremonias en dos parroquias de Capital Federal. En el 2016 conoció a Oscar Acosta y dejó el sacerdocio para siempre y se casaron en el 2017.

Hoy, además de conformar una familia, se dedican a organizar eventos. Pablo es oriundo de la localidad bonaerense de 1º de Mayo en San Vicente, sin embargo su amor por la religión católica comenzó en Salta, luego de que se mudara a la casa de sus tías tras la muerte de su mamá

Pablo García dejó el sacerdocio por amor.
Pablo García dejó el sacerdocio por amor.

Allí tomó la Comunión, la Confirmación y a los 21 ocultó su orientación sexual en el clóset y se dejó guiar por el llamado espiritual de parte de la Orden de San Agustín: "Un sacerdote de ahí me invitó a un retiro vocacional para ver si quería ser cura. Ese año no entré, me tomé un año más, y en el '98 ingresé a la casa de formación, que es como un seminario. Estuve 9 años y uno más en Brasil donde se hace el noviciado, allí no se estudia teología y filosofía, sino que está dedicado más a la espiritualidad, a conocer las raíces de San Agustín", relató a El Diario de la República.

Luego vivió año en Montevideo, Uruguay y viajó a Buenos Aires donde fue designado a los templos de San Agustín y el de San Martín de Tours. El confiesa que por aquellos días tuvo encuentros homosexuales, pero en secreto. Para él no era nada fácil lidiar con su deseo y su vocación. Pero hace unos tres años, cuando viajó a la ciudad a cuidar a su padre enfermo - que estaba radicado desde los '80 por trabajo - el impulso de querer apartarse de la Iglesia Católica empezó a ser muy fuerte.

"Mi papá ya tenía dos by pass y parecía que ya no daba para más. Me quedé una semana acá y en ese momento me contacté vía Facebook con Oscar. Aún no había dejado el sacerdocio, lo estaba pensando, era un momento de reflexión, de crisis por saber si seguía con mi vocación o con esto que estaba sintiendo. En la Orden podés pedir un año de dispensa y pensar qué vas a hacer pero no dije nada, solo sostuve que había razones particulares. Nunca conté a nadie de la Orden que tenía la inclinación homosexual y que había tenido relaciones. Pero después de ese año tenía que decidirme y contarlo", recordó Pablo.

Pablo García dejó el sacerdocio por amor.
Pablo García dejó el sacerdocio por amor.

Entre ese tire y afloje, propio de una decisión que además de repercutir en su vida iba a tener un gran impacto socia, sobre todo por parte de los miembros de la iglesia, García envalentonado y un poco enojado con los superiores de los Agustinos publicó una foto con su marido para que se enteraran. Entonces los directivos de España le manifestaron que la manera más directa y fácil para desligarse de los votos y obligaciones como sacerdote era casarse. "Decidimos que en marzo del 2017 sería el civil, así que luego envié el acta y así me desvincularon", explicó.

El amor con Oscar creció cada vez mas y en agosto del año pasado organizaron la fiesta para sellarlo ante sus seres queridos. "Fue una noche soñada con muchos invitados que no conocían la historia. Hicimos un video donde cada uno contó su pasado y así muchos se enteraron que había sido cura", recordó.

Para que ambos pudieran trabajar juntos en la organización de eventos, Pablo hizo un curso de cocina. Actualmente tienen en un salón sobre la calle Almafuerte y sus eventos son muy conocidos. Aún les queda pendiente la luna de miel en Europa, pero tienen tiempo de sobra para seguir concretando sueños.