Parque Tupungato, lo privado y lo público

El Parque Provincial Volcán Tupungato, si bien es una riqueza de todos los mendocinos, tiene muchas restricciones de ingreso y los ciudadanos no lo pueden disfrutar libremente. Es un territorio de gran riqueza, fabuloso reservorio de agua dulce, que debe

En forma reiterada este diario ha llamado la atención sobre la apropiación de tierras fiscales que impiden, en primera instancia a los mendocinos y en general a todos los argentinos, la libre circulación por espacios naturales que en definitiva son bienes comunes de todos los habitantes.

Esto ha ocurrido y ha sido denunciado por cultores de la pesca en los ambientes de arroyos y ríos de montaña, y recientemente se han puesto en evidencia las trabas para ingresar al Parque Provincial Volcán Tupungato. A pesar de estar creado por la ley Nº 5.026 de 1985, la población no tiene irrestricto acceso a este tesoro de la naturaleza, lo que está impedido en general por privados terratenientes y por limitaciones impuestos por el Ejército argentino.

Los habitantes de la provincia en general no pueden entrar libremente a distintas áreas del parque, de unas 150 mil hectáreas, porque se lo impiden tranqueras, alambrados, disposiciones militares (por la vecindad con el RIM 11 General Las Heras) y litigios entre privados. No está habilitado el libre acceso a esta reserva natural, donde nace buena parte del agua que riega vastas extensiones del territorio provincial.

En la actualidad existe un proyecto de ley -autoría de un legislador tupungatino, Marcelo Osorio- para expropiar tierras a un privado y por allí asegurar un camino seguro y permanente al parque, por el costado norte del río Las Tunas. Esta iniciativa no es nada fácil de concretar porque supone expropiar tierras que potencialmente tienen valores altos, pero sería un importante paso para democratizar el ingreso y disfrute de una reserva natural. La misma Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR) la considera una solución "oportuna" porque puede agilizar una solución largamente esperada por los sectores ciudadanos.

Quienes también se congratulan con la reapertura de las negociaciones para abrir vías de ingreso a paisajes y contornos de inigualable belleza, son los vecinos autoconvocados por el Agua Pura, que hasta promovieron una petición masiva a través de la plataforma virtual Change.org.

Otro de los problemas existentes es que la extensa superficie carece de guardaparques, que aseguren su administración, mantenimiento y cuidado, como sí ocurre en el Parque Provincial Aconcagua.

Todo esto -la protección de su flora, fauna y las reservas de agua y sus riquísimos glaciares- había sido dimensionado por el lucido creador de la ley que dio amparo a la reserva, el gran hombre de montaña que fue Alfredo Eduardo "Tito" Magnani. Inclusive el desarrollo de un turismo sustentable y la protección de las riquezas contenidas en las 150.000 hectáreas, hubieran tenido otra realidad de haber prosperado el proyecto que quiso convertir la zona en parque nacional, lo que en definitiva no prosperó y vastas extensiones de tierras fiscales han dejado de ser propiedad común, para ser pertenencia por métodos turbios de unos pocos oportunistas.

Por otra parte, Mendoza pudo haber tenido un parque nacional, lo que hubiera sido de indudable beneficio para la provincia y la comunidad, como ocurre en otras partes del país. Desde esa forma, la actual reserva provincial en Tupungato contaría con la protección y los importantes recursos económicos de la Administración de Parques Nacionales (APN). La Nación tenía, en ese plan abortado, la voluntad política de incluir en el presupuesto fondos para expropiar las tierras necesarias y en cambio tenemos enormes extensiones alambradas e infranqueables al ingreso de los ciudadanos en forma libre.

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