El músico, autor y cantante Raúl Carnota, uno de los más grandes artistas del folclore actual, falleció ayer a los 66 años en el Sanatorio Güemes, Buenos Aires, donde permanecía internado desde el viernes.
La internación del compositor de “Salamanqueando pa mí” fue el paso final de una dolencia relacionada con pólipos en la garganta, sumada a una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que este año lo sacaron de la actividad.
Prolífico y creativo, Carnota desplegó una obra esencial nutrida por canciones propias y versiones que configuraron un horizonte renovado para la música popular argentina que resultó inspiradora para muchos jóvenes artistas.
“Siempre digo que uno de mis grandes maestros fue George Harrison”, aseguró en una entrevista que concedió a Los Andes en junio. “Y fijate que antes de juntarnos Rodolfo (Sánchez) había tocado como baterista en una banda de rock en Córdoba. Y ahora que estoy con Silvina (Orozco), disfruto de ese maravilloso swing tanguero que tiene. Lo de Eduardo (Spinassi) quizá sea más ortodoxo, pero él siempre ha tenido una cabeza muy abierta a nivel armónico, con matices jazzeros y demás. Siempre me junte con quien coincidiera estéticamente más allá del género, y que me despertara curiosidad”, dijo.
La generación de Carnota aprendió y aprehendió técnicamente a tocar una música tradicional, pero animándose a sacar los pies del plato: mixturas, polirritmias y la exploración permanente lo llevaron, con más halagos que críticas, a un podio folklórico de excelencia.
Raúl Carnota nació en Almagro el 30 de octubre de 1947. Grabó 13 discos y actuó junto a Susana Rinaldi, Adolfo Ábalos, Armando Tejada Gómez, Mercedes Sosa, Suna Rocha, Teresa Parodi, Franco Luciani y Willy González, entre otros.