Banda XXI, Cuarteto con voz mendocina

‘Lucho’ Castro es de Las Heras y hoy es uno de los vocalistas de la exitosa agrupación cordobesa. En diálogo con Los Andes, elogia a ‘la Mona’ Jiménez y suelta: “Me gusta que la música aporte algo positivo”.

Cuando Lucho Castro habla, parece no haber distancias: es humilde, sincero y atento con los periodistas, que sin dudas le andan a la vuelta.

Especialmente allá, desde donde habla con Estilo, que es además la capital mundial del cuarteto: En Río Cuarto, Córdoba, una de las voces de Banda XXI tiene su centro de operaciones.  

Aclara: “Es que no podría llevar mi carrera desde otro lugar”, porque –evidentemente- sus fechas se desparraman por el interior del país, pero se aglutinan especialmente donde el vino “se toma sin soda”, como decía el Potro.

Con un disco que está a punto de salir, "Ahora y siempre", y dos exitazos como adelanto ("Bonita bomba" salió a finales de mayo), Luis Aníbal Castro, o "Lucho" para los amigos, se muestra más que contento.

Pero también entusiasmado, porque hoy la banda lo acompaña a visitar de nuevo la provincia donde comenzó su pasión por la música, escuchando LP de Julio Iglesias o José Luis Perales en su casa de Las Heras, o defendiendo un lugarcito en el Coro de Niños Cantores. Esta noche, se suman al 39º aniversario de El Santo.

Y, más allá de que nos agradezca esta entrevista al terminar la charla, lo de Lucho Castro es un agradecimiento total hacia la vida.

-La Mona llena todos los fines de semana, ¿ustedes también?

-Bueno, ¡la Mona es un dios, es algo fuera de serie! (ríe) Es increíble lo que genera. Va a quedar para la historia…

-¿Vas a verlo seguido?

-No, ya no, porque solemos tocar los mismos días, pero tenemos la suerte de cruzarnos en eventos, como en algún agasajo a los músicos, y nos vemos cada tanto.

-¿Qué opina de ustedes, por ejemplo?

-Nooo, re bien. Para los aniversarios de la banda nos graba videos saludándonos, nos agradece siempre. La Mona es una artista que es aceptado acá muchísimo, y el hecho de que nos elogie y nos desee lo mejor es algo incalculable. Es como tener la bendición (risas).

-El disco se llama "Ahora y siempre", ¿a qué viene el nombre?

-Bueno, creemos que es un nombre que refleja bien el momento en el que está la banda. Desde un principio, que la gente nos haya dado el aguante desde que nació, hemos estado  trabajando parejito, y sabés que mantenerse en el tema de la música es complicado, es incierto. Estar ya por cumplir 18 años, y con una carrera pareja, a nosotros nos sorprende mucho: ¡Hasta dónde se ha llegado con la banda! Tiene que ver con eso, uno trabaja mucho para poder llevar algún mensaje lindo a la gente, poner algo positivo para ellos y la familia.

-¿Muchas familias los ven?

-Sí, muchas.  Bueno, a veces tocamos en la madrugada y ahí no pueden ir menores, pero cuando tocamos en festivales nos van a ver parejas, muchos niños, abuelos, es muy variado el público.

-A medida que van pasando los años van pasando las generaciones…

-Sí, la banda ha marcado varias. Llegar a un lugar y que sea un éxito tras otro es increíble, eso habla de nuestra historia. Por eso también el nombre: ya casi con 18 años, creo que vamos a quedar en la historia de la música. Los temas son de la gente, y quedan para siempre.

"No porque sea música tropical hay que ser menos exigente, hay que tratar de interpretar la canción de la mejor manera".

-¿Se les ha hecho cuesta arriba esto de tener que reinventarse para estar vigentes?

-Ha sido un gran trabajo eso de reinventarse y estar a la vanguardia. La gente va  cambiando y escuchando nuevas cosas, por eso en cada disco  nos preocupamos por ofrecer cosas nuevas.

-¿Cómo ves el futuro del cuarteto?

-Bueno, todo el mundo sabe que es muy de Córdoba, pero yo me acuerdo que cuando era chico Mendoza, San Juan y La Rioja siempre consumieron mucho de esto. La Mona y Rodrigo lo hicieron sonar en todo el país, y nosotros también tenemos esa bendición de que siempre se llenan los lugares y la gente te conoce. Ahora uno sabe que la banda está sonando en Chile, y anduve por Brasil y escuchaban temas nuestros allá también. Internet está abriendo cada vez más los horizontes, más que nada por las redes sociales. Pero otra particularidad de la banda es que es una fusión, y eso abre posibilidades de que se expanda a Chile, México, por ejemplo… . Si bien la base es cuarteto, hemos fusionado otros ritmos.

-¿Y te gusta la movida de la cumbia electrónica, por ejemplo?

-Sí, yo tengo la cabeza muy abierta con el tema de la música. Siempre y cuando tenga un buen mensaje y aporte algo positivo a la sociedad.

-Es la segunda vez que lo decís, ¿le prestan mucha atención al mensaje?

-Sí, una canción tiene que ser consciente de lo que dice. Las bandas tienen que estar conscientes de que hay muchos chicos que se forman escuchándonos.

-La música se filtra en lo cotidiano...

-Sí, hoy por hoy los niños tienen celulares, pueden ver cualquier cosa, es importante por parte de las bandas poder ayudar desde ese lado. Y no por querer llamar la atención con una letra hacer cualquier cosa y llevar un mensaje peligroso.

-Siempre recordás que tuviste que irte para hacer carrera, ¿pero qué fue puntualmente lo que te hizo decidir?

-Mirá, desde muy chico la luché mucho. Vengo de una familia humilde y, gracias  Dios, mis viejos nunca me hicieron faltar nada, pero yo siempre quería llegar un poco más. Y cuando en Mendoza y en los departamentos iba a tocar, veía que había un click en la gente, que algo generaba, y me dije que tenía que aprovecharlo. Pero bueno, no tuve la oportunidad de enganchar algún empresario al que le interesara, así que me fui a buscar a otro lado.  Yo salía a cosechar uva y ciruela a un galpón de Las Heras, en la semana me ganaba un mango con eso y los fines de semana con la música, pero siempre pensaba que no quería estar toda mi vida haciendo eso. Siempre me gustó cantar, y si podía vivir  con esto mejor, era la soñada para mí. El fallecimiento de mi mamá fue el detonante. Tenía 17...

-Duro.

-Sí, pasé por San Luis, me probé después en Río Cuarto, y acá estoy.

-¿Qué características tiene que tener, para vos, el cantante de cuarteto ideal?

-Para mí no le puede faltar la chispa, tiene que llegar a la gente. En este género, y en cualquier lado, si no le llegás a la gente se complica. Otra cosa: no porque sea música tropical hay que ser menos exigente, hay que tratar de interpretar la canción de la mejor manera. Gracias a Dios, comparto escenario con Santiago (Dadone) y Yuthiel (Pérez Mondeja, "El Cuba"), dos grosos, cantorazos que te cantan lo que sea, personas de las que estoy aprendiendo mucho. Venía con la idea de aprender y aprender, y tuve la suerte de tener siempre buenos cantantes al lado mío.

-Ya que estás entrando en tema, ¿cómo recordás a Walter Romero (ex vocalista, que se suicidó a principios de abril)?

-Mirá, yo no compartí mucho con él. La noticia me cayó muy mal, como a todos, porque era un colega, aunque no tuve posibilidad de conocerlo tanto, porque estuve pocos meses con él y después decidió hacer  su carrera de solista. Cada algunos años nos cruzábamos, pero era una persona que tenía todo el talento...

-¿Aprendiste mucho de él?

-¡Sí, mucho! Lo miraba siempre, pero no hubo forma, siempre fue increíble lo que hacía. Yo trataba de mirar y rescatar algo de lo que hacía. Siempre tuve mucha admiración hacia él.

-¿Y ustedes estaban al tanto del mal momento que pasaba?

-No, yo al menos no tenía idea. Él prácticamente se fue de la banda y pasaron como 15 años que nos encontramos muy poco.

-¿Le había costado insertarse?

-Bueno, él tenía problemas de  depresión, y eso le jugó muy en contra. Incluso en la mejor época de la banda él también tuvo episodios así. Acá se lo trató siempre de ayudar, pero cuando se fue obviamente nosotros seguimos haciendo nuestro camino y él el suyo.

-Me decías que poder vivir de la música era tu sueño de más chico. ¿Lo cumpliste?

-Sí, pero fueron muchos años de lucharla, porque esto es muy incierto y uno tiene que estar, estar, estar y no aflojar. Te demanda estar lejos de tu familia, perderte un montón de cosas, pero es un esfuerzo que hay que hacer. Hay que seguir y buscar su sueño.

Camino a los 40

El  Santo abrió por primera vez en 1978, como una pizzería en la que, a una hora determinada, se sacaban las mesas y sillas y se armaba el baile. Pasaron los años, hasta convertirse  en uno de los boliches más populares de Mendoza: Javier Calamaro, Marcela Morelo, La Mosca , Catupecu Machu, Los Auténticos Decadentes y Miguel Mateos son algunos de los artistas que pasaron por las primeras pistas que armaron.

En el 2007 inauguraron el estadio cerrado, con Los Piojos. Por aquí pasaron músicos del calibre de Charly, Las Pelotas, Divididos, Kapanga, entre muchos otros.

La ficha

Banda XXI visita Mendoza
Fecha y hora:
Hoy, desde la medianoche.
Lugar: El Santo (Los Baños 1369, Rodeo del Medio)
Entrada: Chicas $100 y chicos $200 (ambas con consumición)

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