La chimpancé Cecilia (20) , que fue trasladada del ex Zoológico provincial a un Santuario Natural de Simios en Sorocaba (Brasil) , continúa en un estado de evolución sorprendente y ya tiene un compañero de vida, Marcelino.
Así lo informaron desde el Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, Brasil, en un comunicado oficial que brindaron públicamente y en pleno contacto con las autoridades del Ecoparque y la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial.
Según lo que informa el comunicado escrito por el secretario general del Proyecto Gran Simio Internacional, Dr. Pedro Ynterian, “la soledad para un chimpancé es la peor tortura”.
También cuenta que "Cecilia buscaba desesperadamente una compañía".
Desde el Santuario, informaron que “estaban administrando la relación. Una semana Marcelino se quedaba con su madre y hermanos, y 3 semanas se quedaba solo. Se relacionaban por las ventanas, pero no es la misma cosa que la vida en común. Marcelino también necesitaba de una compañía permanente. Cuando comenzamos la aproximación, percibimos el interés de Cecilia en el joven candidato. Ella pasaba un buen tiempo en la ventana hasta que él aparecía”.
También explicaron que "el viernes pasado, decidimos abrir la puerta del recinto que los separaba y sucedió el encuentro. Al principio, como su padre dominador, él marcó el territorio, gritando y corriendo, sin demostrar intimidad. Cecilia intentaba por todos los medios de atraerlo y buscar el contacto físico, cuando él estaba más agitando, ella huía gritando".
"Los separamos durante una hora y ya sabían que estaban muy próximos de la intimidad. En el segundo encuentro, la aproximación sucedió y Cecilia asumió el papel de madre, y como Tata – la mamá de Marcelino- comenzó a hacer "grooming" en él, hasta que se rindió. Se abrazaron, se besaron y no se separaron más en las horas siguientes".
“Cecilia está fascinada con Marcelino y lo cubre de cariños constantemente. Y él en ningún momento la rechaza. Abrimos el acceso a otros dos recintos para que tengan más espacio. Sin embargo, ellos prefieren los túneles y los pasillos aéreos, donde su intimidad está más resguardada de la curiosidad humana”.
Cecilia, argentina y mendocina, y Marcelino, brasileño y sorocabano, inician una vida en común que mitigará la soledad y hará más aceptable la vida en cautiverio.
Marcelino
Con 10 años de edad, Marcelino es un chimpancé nacido en el mismo Santuario que alberga más de 50 simios de la misma especie. Muchos rescatados de diferentes situaciones que no conducen a las políticas de bienestar animal y hoy reciben de una plena atención por especialistas que dedican su tiempo a cuidar de estos y brindarles una mejor calidad de vida en un lugar plenamente creado para ellos de manera natural.
Este chimpancé, hijo de Peter y Tata que también viven en las instalaciones del Santuario, estaba desafiando la autoridad del padre, que ejerce una intensa dominación en la familia. Es el drama de los cautiverios en la vida libre, cuando son adolescentes y existen conflictos, buscan otro destino, ya que son libres para ir y venir.